Roberto Zucco. Entrevista. Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Martes, 16 de Marzo de 2010 08:07

ROBERTO ZUCCO
de
BERNARD – MARIE KOLTÉS
en el
CENTRO DRAMATICO NACIONAL
de MADRID
de la mano de

LLUIS PASQUAL


FOTOS: ROS RIBAS

ROBERTO ZUCCO, UN PERSONAJE COMPLETAMENTE AMORAL, PORTADOR DE LA AMORALIDAD QUE CARACTERIZA NUESTRA ÉPOCA”.

Bernard-Marie Koltés fue un autor familiar en España, cuando se abrieron las puertas a una cultura más amplia. Se estrenaron varias de sus obras:

Combate de negro y de perros (1990)
En la soledad de los campos de Algodón (1990)
De noche justo antes de los bosques (1992)
Muelle oeste (1994)
Roberto Zucco

Si se atiende a los años de su estreno en nuestra nación, hay que barruntar que otro motivo obligaba a familiarizarnos con Koltés. Su prematura muerte – tenía sólo 41 años – en 1989, daba pie, por la actualidad, a que se recurriera a él.
 

Roberto Zucco es su obra póstuma. La dirigió Peter Stein en Berlín, poco tiempo después. Lluis Pasqual la abordó en su etapa del Lliure y ahora vuelve a ella.
  • “Desde la primera lectura me sentí fascinado por Koltés. Como los grandes autores, Koltés nos deja acuñada en su texto una implacable metáfora: el mundo es una cárcel, después de un muro hay siempre otro muro; uno sólo se puede escapar hacia arriba, hacia lo alto.

El propio Koltés, parece ser que se quedó fascinado por la personalidad de Zucco: un asesino en serie sin escrúpulos que mata gratuitamente. El personaje real surgió de la crónica negra. En torno a él un mundo de marginación: chulos, putas y demás gente del gremio… lo que sucede es que Koltés como hizo Lorca con aquella crónica negra del asesinato de una novia a punto de casarse - que tituló Bodas de Sangre - , trasciende la mera crónica y le inyecta una intensa poesía en un descarnado realismo. De ahí surge un héroe de nuestro tiempo. Koltés no trata de justificar o de buscar una explicación a los reiterativos crímenes de su protagonista. Roberto Zucco se convierte en un poema “de rabia y desesperación de un personaje que huye de sí mismo y de la sociedad que lo enajena”
 

  • Zucco es una búsqueda permanente de la verdad como su antecesor Hamlet. – puntualiza Lluis - Quiere realizar sus actos sin ningún escollo y al mismo tiempo desaparecer, “ser transparente”. Es la neurosis de nuestra época: somos conscientes de todo lo que ocurre en este mundo, y al mismo tiempo el querer no saber nada, desaparecer. En este fulgurante poema Koltés ha conseguido crear el último gran personaje del teatro contemporáneo. No es un héroe, no es un antihéroe. Y es este extraño equilibrio el que da su carga emocional al personaje y a toda la obra. Un personaje completamente amoral, portador de la amoralidad que caracteriza nuestra época”.

La puesta en escena de Lluis Pasqual la define como una “aventura por no hacer nada. Ante un poema tan grande, lo mejor es no molestar”

UN ZUCCO DETRÁS DE OTRO

Del Lliure al 2005 han llovido muchos años. Lluis admite que, indudablemente, han cambiado los montajes de Zucco.
 

  • “Uno no puede pasar indemne al pasar por Genet, Zucco y autores o títulos de similar calibre. Son como puertas que se van abriendo y nos quitan engaños, cataratas en los ojos… Es lo mismo que pasa con Chejov, que siempre sorprende. Son autores que ponen en boca de sus personajes frases, en principio inapropiadas pero que consiguen ir más allá de la vulgaridad, aunque lo que diga es una trivialidad. Siempre recordaré la frase de Liubov Andreevna en El jardín de los Cerezos de Chejov. Todos intentan que no vea al preceptor de su hijo, hijo que se ha ahogado. No pueden evitarlo. Cualquiera de nosotros pondría en su boca una desesperación, un reproche o no sé… Chejov simplemente le hace decir algo inesperado “¡Que feo te has puesto, se te ha caído el pelo!” Esto nunca lo diría un personaje de cartón piedra. Con Zucco sucede igual, suelta frases que uno no se las espera. Esto es lo que produce esa sensación de movimiento, algo que también lo da la música”.

Roberto Zucco, en realidad, es una obra oscura, tétrica con un gran tremendismo. No obstante el montaje de Lluis irradia luminosidad. Esto lo consigue porque los poetas, en opinión de Lluis:

  • “son lúcidos. Saben que no tienen la verdad y por eso no son pedantes y sobreviven con sentido del humor. Koltés es un poeta y tiene ese sentido del humor, como sucede en la escena de dos guardias de seguridad que se ponen a hablar de pollas. O bien la frase de la hermana de la chiquilla (Carmen Machi) cuando dice: “Lloro a la misma hora para llevar ventaja”


Esta frase que subraya Lluis, es curioso que, de modo similar se encuentra en Enrique Jardiel Poncela, cuando su Francisca en
Usted tiene ojos de mujer fatal (1931) dice algo parecido:

“Yo lloro todas las tardes de cinco a seis”
 

  • Zucco tiene una parte lírica, pero intentando que no se pierda el sentido del humor”.

UN DESCUIDO Y ZUCCO
SE TRANSFORMA EN UN SAINETE

 

Uno de los valores que destaca Gerardo Vera - “soy el que ha visto el espectáculo más veces” - y que le llena de asombro en este montaje de Roberto Zucco, es que:
  • Es una obra con un tipo de personajes (chulos, putas, borrachos…) que si se leen superficialmente bordea el sainete. Lluis lo ha leído con gran modernidad y nunca te remite a una comedia de costumbres, en lo cual sería muy fácil caer. El aliento poético que Lluis le da, sobrecoge. En esta línea los actores están espléndidos.

UN AMPLIO REPARTO

Extenso es el reparto (24 actores) a pesar de los “dobletes”. Y variopinto por lo que respecta a las generaciones. Rostros de toda la vida en el teatro y otros que han entrado en nuestras casas a través de las series televisivas.

Muy veterana, retirada del teatro hace tres años y al que sólo acude como espectadora en los estrenos con sus flameantes cabellos de un escandaloso rojo artificial, a punto de ser peluca, quiere aclarar su presencia en este Zucco. Es María Asquerino:
 


MARIA ASQUERINO
  • “Quiero aclarar que me he retirado y el haberlo dicho y hecho en estos tres años no es solamente un modo de hablar o porque no me ofrecían nada que valiese la pena. Me he retirado de verdad, lo que sucede es quién se resiste al María Guerrero, a Zucco, a la Compañía, a Lluis Pasqual y a Gerardo Vera. Es demasiado acoso. Y después está este actor guapísimo, que me hace unas cosas… ¡eh! ¡Cuidado… me las hace en escena! Hago un papel muy pequeño y es una suerte porque en esta ocasión son las otras damas las que tienen que estudiar. El papel es tan pequeño que soy la única que puedo ver toda la función desde el patio de butacas. Y cuando la veo, lloro. Es una función maravillosa”.

Sobre Lluis Pascual, con el que “nunca había trabajado”, lo define como regañón, pero que también sabe gastar bromas.

Ese ser tan “guapísimo” que le “hace unas cosas” a la Patrona (María Asquerino), se llama Roberto Zucco y en la vida de a pie Ivan Hermes. Su rostro es familiar en el mundo televisivo a través de series como Al salir de clase, Policías, Hospital Central, Cuéntame… También el cine le ha fotografiado y el teatro ha acudido a él con el monólogo de Martí Pera Ferrer La última silla; Panorama desde el Puente de A. Miller (versión de Miguel Narros) y El amor de Fedra de Sarah Kahn (versión de Carlos Marchena). Posee una personal idea de lo que es ser actor:

  • “Me metí en esta profesión porque tenía ganas de gritar”.

Una señora elegante es Mercedes San Pietro (no necesita presentación). Sin entrar en su elegancia de todos los días, aquí está obligada a serlo porque así lo requiere el autor Koltés.

  • “Estoy muy contenta y feliz de estar en esta casa, donde he vivido los dos mejores años de mi vida. Mi personaje es fantástico. Pocos textos contienen formas que te hablen tan lúcidamente de la vida real. Roberto es una víctima de este mundo tan absurdo”.

IVAN HERMES
MERCEDES SAN PIETRO

Un rostro harto conocido y que hace caer en el garlito a cualquiera que la vea es Carmen Machi. Ya saben “Siete Vidas” y ahora “Aida”. También 5 mujeres. Com. Y si no lo saben pues asómense al televisor en busca de sus series. Ha entrado en nuestras vidas a través de la comedia de situación televisiva en un papel cómico, a pesar de que su Aida televisiva es el resultado de una sociedad que le ha dado pocas oportunidades. Es como antes se decía en los repartos: la “cómica”. Aquí se tantea la ropa porque tiene que cambiar de registro:
 


CARMEN MACHI
AIDA FOCH
  • Estoy supercontenta de hacer esta función extrañísima. Es un regalo el hacer la hermana – hermana de la chiquilla – pues es un personaje muy rico y me permite sacar mi perfil dramático de mi faceta como actriz. Agradezco a Lluis este regalo. No es fácil ese papel porque si te pasas… pues te pasas y si no llegas haces la “mamarracha”.

De Reus es Lluis Pasqual y de Reus es Aida Folch. Hace “la chiquilla”,
 

  • “Es la primera vez que hago teatro. Le tenía bastante miedo de no llegar. Pero me siento muy contenta con mis compañeros. Me encanta el texto y espero que guste la obra. Y en cuanto a mí, pues a seguir”.

AIDA FOCH

“NO HE QUERIDO ILUSTRAR EL TEXTO”

Quien respira así es Frederic Amat, el escenógrafo. Tiene una larga trayectoria teatral junto a Lluis Pasqual. Su trabajo escenográfico lo define como el de:
 

  • “Un francotirador. Yo soy pintor. Me estimula más poder crear una poética y la escenografía también la concibo bajo ese punto de vista. Roberto Zucco tiene un gran peligro desde el punto de vista escenográfico: limitarse a ilustrar el texto. En cada Zucco que hemos montado – tres en total – Lluis Pasqual descubre un nuevo halo poético. Así que en cada obra hay una visión diferente. Apenas si hay escenografía, pero sí ha habido un trabajo muy complicado, ya que hemos intentado no ilustrar el espacio sino sugerir ese espacio”.

A KOLTÉS LO CONOCÍ EN PARÍS

La vocación teatral de Koltés (Metz (Francia) 9 de abril de 1948 – 15 de abril de 1989) le surge a través de María Casares.

Hija de Casares Quiroga que, junto a su familia, con el régimen de Franco tuvo que exiliarse. Allí desarrolló una gran carrera como actriz y volvió a España, cuando se abrieron las puertas de la democracia. Interpretó El adefesio de Rafael Alberti, bajo la dirección de José Luis Alonso, y lo que llamaba curiosamente la atención es que, a pesar de tantos años en el exilio francés, al hablar en castellano denunciaba su origen gallego. La cantarina melodía galaica adornaba sus palabras.

Pues bien, tras esta digresión, María Casares fue la que introdujo a Koltés en este mundo de los cómicos.
 


Bertand-Marie Koltés
“Fui por primera vez al teatro ya muy tarde: tenía veintidós años. Vi una obra que me emocionó mucho, y que he olvidado, - se trataba de Medea, bajo la dirección de Jorge Lavelli - pero con una gran actriz, María Casares. Me impresionó, y enseguida me puse a escribir una obra a partir de "Enfance" de Gorki y la monté con unos compañeros. Fue en Estrasburgo. Hubert Gignoux la vio y me propuso que entrara en el TNS (Escuela del Teatro Nacional de Estrasburgo). Allí seguí escribiendo obras y montándolas con alumnos actores. Así pasaron ocho años, sin que ninguna de mis obras fuera estrenada en un verdadero teatro.
(entrevista a B-M Koltés por Jean-Pierre Han, Europe, 1983).

No obstante no entrará de lleno en este mundo sino hasta 1977, cuando estrena su primera obra: De noche justo antes de los bosques. Se atreve también con la dirección ayudado por Yves Ferry. El estreno fue en el Festival de Aviñón. Éxito como nuevo autor y director y gira por París, Edimburgo. Múnich, Londres y Copenhague. A partir de entonces se suceden los títulos a estrenar:
 

1982: Combate de negro y perros
        (Nueva York y dos meses después en París).
1986: Muelle Oeste
1987: En la soledad de los campos de algodón.
1988: Regreso al desierto (le consagra definitivamente
         como dramaturgo a nivel internacional).
1989: Muere dejando escrita Roberto Zucco.

En tan sólo 12 años de vida como dramaturgo, Koltés consiguió una producción teatral interesante. Lluis Pasqual lo conoció en París:

  • “Lo conocí en una cena. Yo estaba un poco fuera de lugar y durante la cena
    no hablé con él. Llegado un momento topé con él y me dijo.

               “¿Te aburres”?
               “Sí”, respondí
    Salimos por la noche y estuvimos paseando hasta las siete de la madrugada por París. No hablamos nada de teatro, sino de multitud de cosas de la vida. Posteriormente volví a encontrarlo y me dijo algo que me resultó curioso:
“me gustan más mis obras en mexicano y en brasileño que en francés. El francés es una lengua muy académica y mis obras tienen mucho de meridionales. Poseen esa música meridional de un francés mal hablado, pero eso no se permite en francés. El mexicano y el brasilero, poseen esa musicalidad. Y mis obras sin esa música meridional pueden resultar banales”.

 

Más información

           ROBERTO ZUCCO - Información General

           COMBATE DE NEGRO Y DE PERROS - Crítica Teatro
           DE NOCHE JUSTO ANTES DE LOS BOSQUES - Crítica Teatro
           MUELLE OESTE - Crítica Teatro
           EN LA SOLEDAD DE LOS CAMPOS DE ALGODON - Crítica Teatro
 


José Ramón Díaz Sande
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