La hija del aire. Entrevista Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Lunes, 15 de Marzo de 2010 15:56
LA HIJA DEL AIRE
de PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA

[2005-01-05]

Jorge Lavelli, se dio a conocer en los escenarios españoles de teatro de prosa en 1980 cuando estrenó Doña Rosita la Soltera de Federico García Lorca.

 

LA HIJA DEL AIRE
de
PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA


Fotos. Carlos Furman

JORGE LAVELLI, DIRECTOR DEL MONTAJE, DEDICA LA HIJA DEL AIRE
A SU AMIGO POLACO, EL ESCRITOR Y DRAMATURGO
WITOLD GOMBROWICZ
EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO.

Jorge Lavelli, se dio a conocer en los escenarios españoles de teatro de prosa en 1980 cuando estrenó Doña Rosita la Soltera de Federico García Lorca.
  • “Aquello fue un proyecto – aclara Jorge Lavelli que surgió por iniciativa de Nuria Espert y gracias al consentimiento de la hermana de Lorca que permitió que la estrenásemos. Era una de las últimas obras en que estaba trabajando Lorca en Argentina. Después vino a su país y murió de la forma que ya sabemos. A partir de aquella Rosita trabé una gran amistad con Nuria y con todos cuantos trabajaban en este proyecto”.


Jorge Lavelli
Foto: Carlos Furman

EL IDILIO DE JORGE Y BLANCA

Volvimos a ver a Jorge Lavelli en 1997 con motivo del estreno en Madrid de Eslavos de Tony Krushner. En aquel reparto estaba Blanca Portillo y el flechazo – no de revista del colorín – surgió hasta el punto que la convirtió – usando el término gastado – en su actriz fetiche para La hija del Aire.

  • “Cuando surgió el proyecto de La hija del Aire en el 2000, vino a mí el trabajo que había hecho con Blanca en Eslavos y pensé que ella era la actriz ideal para el personaje doble: encarnar a Semirámis y a su hijo Ninas”.

Tal sentimiento es recíproco y Blanca, con esa firme voz - cuyo rotundo castellano madrileñista la denuncia - y presencia física que le caracteriza, no se anda por las ramas en el momento de alabar al maestro.
 

  • “Hoy es un día muy especial para mí. Se cierra un sueño. En el 2000 no se pudo hacer la función y aquella frustración fue terrible para mí. No hacerlo fue muy doloroso. Después de Eslavos con Lavelli, mi vida se quedó marcada con un antes y un después. Descubrí a un director monumental. Trabajaba de una forma nada habitual en España. Lo pasé francamente bien. De todos modos nos prometimos que estaríamos juntos para La Hija. Los dos somos pacientes y esperamos”.

La prohibición mencionada ocurre en el 2000. Se celebraba el IV Centenario del nacimiento de Calderón de la Barca y se pensó en esta obra.

  • “Este proyecto surgió por iniciativa del Sr. Rafael Pérez Sierra, director del Teatro Clásico. Me propuso montar una obra de Calderón. Después de más de un año de búsqueda, elegí La hija del Aire. La expulsión del Sr. Pérez Sierra provocó la anulación pura y simple del proyecto en vísperas del comienzo de los ensayos y sin que ninguno de los que habíamos trabajado en su concepción obtuviéramos ninguna compensación material.”

Con la llegada de Mario Gas al teatro Español vuelve a pensarse en el proyecto y Jorge y Blanca, retoman el truncado idilio artístico.

Cuando el Teatro San Martín de Buenos Aires se interesó por la propuesta de Mario Gas en esa orientación teatral del Teatro Español de “colaboración con los centros Municipales” – confirma el propio Mario - ésta ha sido una de las primeras colaboraciones que está “llena de mestizaje y fusión al aunar a una actriz española y actores argentinos al frente de un director argentino”.

En toda coproducción, ya se sabe, hay un compromiso de contratar participantes de ambos lados. En este caso no se reducía solamente a una cláusula estatutaria.

  • “Para mí era ineludible el reencuentro artístico entre Blanca y yo. Era un volver al origen del proyecto. Le pedí que viniera a Buenos Aires”.
Tal petición supuso que a Blanca había que divorciarla. Los guionistas de la inmemorial comedia de situación Siete Vidas, tuvieron la crueldad de crear una situación tensa en el matrimonio, llegar al divorcio y que Blanca pudiera saltar el charco.
  • “Sin dudarlo, dejé mi familia y mi trabajo, y acepté la propuesta de Jorge. Es un privilegio trabajar a las órdenes de este hombre tan sabio que nadie te ofrece – todo esto lo dice delante del propio Lavelli. Y también estaba Buenos Aires con la cual me siento muy vinculada porque se hace mucho teatro y bien Un tipo de teatro que me gusta. Por otro lado cómo no iba a acudir, cuando se juntaban director y un personaje que raramente te tocan. A mis 41 años era fascinante hacer de madre y de niño”.

A este encuentro artístico se une, para Blanca, la ilusión de “volver al Teatro Español, que nunca pude pisar, y de encontrarlo gracias a Mario Gas con una aire fresco, limpio de telarañas y lo que es más importante: parece que todo comienza a colocarse en su sitio. Estar aquí en el Español era el remate final. Por fin hemos venido a Madrid, a pesar de que había gente que no quería que viniéramos”.

LA HIJA DEL AIRE

Jorge Lavelli (Buenos Aires, 1931), llega París en 1960 para estudiar en las Escuelas de Lecoc y Dullín. En su mochila llevaba los recuerdos de su amigo Witold Gombrowicz, dramaturgo y escrito polaco exiliado en Argentina. Sus recuerdos y sus textos. Monta de este autor El matrimonio y gana un premio. Más tarde echará mano de los textos de Gombrowicz y los dará a conocer en Francia: Ivonne, princesa de borgoña – texto muy recurrente en la Escuelas de Arte Dramático - y Opereta.

Comienza una carrera como director teatral y se queda en Francia, obteniendo la nacionalidad francesa en 1977. Su labor como director se extiende al teatro de prosa y al teatro lírico. En 1987 funda en París el Théâtre Nacional de la Colline y lo dirigirá hasta 1996. El repertorio de este teatro se centrará en autores contemporáneos y en él dio a conocer El público de García Lorca y las Comedias bárbaras de Valle Inclán. Uno de los últimos títulos fue Eslavos de Tony Kushner.

El CDN (Centro Dramático Nacional) se asoció con el Théâtre Nacional de la Colline y llegaron a un acuerdo para que el montaje se hiciera en España con actores españoles. Allí nació Blanca para Jorge y también el contar con el para La hija del Aire.

  • “De todos modos, La Hija es un proyecto muy anterior al IV Centenario de Calderón. La descubrí en los años 80. En aquella época me había liado con dos obras de Calderón. Una El mágico prodigioso para el festival de Liège (Bélgica), por cierto muy mal traducida, y que resultó mediocre. La otra en 1982: La vida es Sueño, que dirigí para la Comédie Française con traducción de Céline Zins y que sirvió para que Calderón entrara en la casa de Molière. Después se presentó la oportunidad del Centenario”.

La versión ofrecida aborda solamente la segunda parte (150 minutos) y tal elección ha sido motivada porque.
 

  • “Hacer una condensación de la obra era difícil y quedaban desvirtuadas las dos. Elegir entre la primera y segunda no fue fácil. Me decidí por la segunda porque en ella Semirámis ya aparece como Reina de Babilonia y con una duplicidad de personaje: ella y su hijo. Tal duplicidad decide y guía su comportamiento en el modo de ejercitar el poder y la ambición hasta el punto de modelar el personaje, que posee una gran seducción y sin límites hacia el egocentrismo y la violencia. Esta visión ofrece teatralmente grandes posibilidades y la posibilidad de de mostrar el poder más allá del tiempo. Por ello tiene resonancias modernas. Calderón hablaba de los personajes de su época, pero para evitar la censura oficial, no lo hacía desde la historia, sino desde la leyenda”.

Esta obra de carácter iconoclasta está emparentada con La vida es sueño. Tanto Semirámis como Segismundo están en prisión, al comienzo, porque sobre ellos pesa el vaticinio de que son dos seres negativos y desastrosos para el reino. La puesta en escena pretende:

  • “esclarecer y valorar el sentido político de la obra: el juego obsesivo de quienes, desde el poder y como en una suerte de “huis clos”, celebran minuciosamente el placer de disponer de la libertad de los otros, de aquellos que por estar ausentes del rodeo, percibimos sólo sus voces, sus ecos, sus clamores. Pasando de lo simbólico a lo real y de lo poético a lo fantástico, este trabajo intenta un tratamiento muy preciso: rescatar el dolor, el amor y la emoción como conducta de la historia”.

Se ha hablado de la obra de Calderón como una crítica feroz al poder político:
 

  • “Sí, efectivamente. La situación política condiciona el comportamiento de los personajes. Es una forma de ponerlo en evidencia y aquí se acentúa claramente. Pero lo propio del barroco es hacer subsistir lo trágico y lo cómico y tal tratamiento está presente en esta crítica del poder que la entrega con un cierto humor”.

LA SEMIRAMIS DE BLANCA PORTILLO

Para Blanca, Semirámis es la fuerza de la naturaleza, en la que se condensas mucas emociones. Ira rabia…

  • “Semirámis es muy humana pero lejos de lo humano. Mi trabajo con ella es no acerca el personaje a mi (yo soy muy enana) sino que voy yo hacia él. Es un personaje muy complejo que te exige toda la inteligencia y emoción posibles. El mayor ejercicio físico del que seas capaz. Lo pide Jorge, perro también el personaje. A Jorge ya lo conocía en este aspecto, porque si ve que le das 100 el te pedirá 1.000.000. Hoy por hoy doy todo de lo que soy capaz de dar como actriz”.

Ninas, el hijo de Semirámis, un adolescente es interpretado por la propia actriz. Una elección que Jorge tuvo clara desde el principio: “Se podrían separar pero el que Semirámis y Ninas sean tan iguales, hace que el personaje gane y simplifica lo esencial: el parecido entre los dos”. Este doblete es para Blanca un desafío interpretativo pero lo ve como necesario porque
 


Blanca Portillo como Ninas


Blanca Portillo como Semirámis

  • “Ninas es el contrapunto de Semirámis, aunque tiene sus mismos genes y esos aparecerán. Lo más bonito de esta función es que no hay nadie bueno ni nadie malo. No existe el maniqueísmo. El niño también busca algo pero es ilustrado. Son dos personajes en parte opuestos y en parte con una cierta ligazón. Hago de la madre, del hijo y de la madre haciendo de hijo. En realidad son tres personajes. Es difícil por la intensidad y por la calidad. Este desdoblamiento triple hace que no pare de hablar en la función. Hoy por hoy todas mis posibilidades están en esos tres personajes”.

A CUESTAS CON EL VERSO: DOS PERFUMES.

Argentinos (melodiosos ellos) – algunos actores del reparto comenzaron a expresar su visión del montajes y su participación en él - y la Portillo castellana (melodía dura y agresiva) es un dudoso maridaje lingüístico o al menos, intrigante. Yo pensaba preguntar cómo se ligaban las dos melodías, pero mi temor a ser mal interpretado –yo que sé, por ejemplo de racismo lingüístico – mantenía la pregunta en la punta de la lengua sin que saliera fuera. Pero no fue necesario porque Blanca, que parece que todo lo tiene previsto y sin que nadie le pregunte, pide el micrófono y…

  • “Una de las grandes sorpresas, para mí, fue que creemos que el castellano es nuestro y se olvida que lo hablan millones de personas. Y al escuchar los versos de Calderón allí, noté que escuchaba mi mismo idioma con un perfume diferente- Caí en la cuenta de que es tan de ellos como nuestro. El idioma crece. Se hace con otro aroma. Es el mismo idioma, pero ese perfume oyendo a Calderón es peculiar. Es sutilmente diferente. Oímos el mismo idioma con dos perfumes distintos”

Uno se puede hacer a la idea de que el maridaje puede funcionar, una vez que la tal Semirámis, una señora de talante agresivo, puede marcar muy bien su distancia con otro “perfume” como insinúa Blanca. Un “perfume” que supongo será más duro, más agresivo. No obstante Luis Herrera – Heliodoro en la función precisa:

  • “Cuando escuché a Blanca por primera vez en la primera actuación, tuve ganas de cerrar el libro. Si es verdad que en Argentina hubo una gran tradición del Clásico a través de los autores españoles, eso se perdió. Coincido con Blanca en que la diferencia de musicalidad en las dos lenguas al principio, a través de los ensayos conseguimos que se unieran”.

La prueba de fuego de que no chocasen tales “perfumes” fue al enfrentarse con el público real.

  • “No se produjo ningún distanciamiento. Al ser en verso, él te arrastra. Los dos acentos se llevan con absoluta normalidad. Por otro lado Semirámis es diversas y esta diferencia melódica le ayuda”.

Para Jorge Lavelli se contaba con esta diferencia melódica:

  • “Podría decirse que esta problemática se había prefijado de antemano. No se pretendía que los actores argentinos se transformaran en actores españoles. Interesaba el fondo y no la forma. Importa el verdadero sentimiento. No he planteado “vamos a hacer un teatro en verso”. Más bien me interesó un análisis de la dramaturgia y de sus consecuencias. La procedencia de diferentes acentos no me parece fundamental. La unidad se da si se da lo esencial del autor. Este ha sido el punto de partida. La tradición del teatro en verso en Argentina, después de la guerra civil terminó su ciclo. Los actores españoles exiliados dirigieron Centros nacionales, hicieron un repertorio formidable, pero esa tradición se interrumpió por razones culturales, económicas o por falta de interés. Hoy no importa tanto cómo se dice el verso, sino lo que se dice. Una vez que se descubre el fondo, la forma viene sola. Por otro lado no hay nadie que pueda determinar con absoluta certeza cómo recitar un octosílabo o una décima. Desde el punto de vista dramático no existen reglas. Lo importante es la credibilidad, sin ella no hay verso ni teatro. Y esa credibilidad se obtiene con una comprensión de la dramaturgia, de la acción y las situaciones. El trabajo teatral no me interesa por la forma, me interesa por el fondo y la dinámica de la acción que es la que comunica, la que transporta la idea central del autor, de acuerdo con el leal saber y entender del director y sus actores. Un actor puede decir el verso de la manera más académica posible pero nadie se lo va a creer si lasituación aparece como idiota.”
La Hija del Aire ha contactado ya con el público en el Teatro San Martín de Buenos Aires. Para su exhibición el Teatro Español ha tenido que ser ajustada al espacio. Se mantendrá hasta el 16 diciembre. Después:
  • Cada uno marcha a su casa. Termina aquí en Madrid. – concluye Jorge.

Han venido todos los actores, salvo los dos niños que los hemos sustituido por dos niños españoles que irán alternando (Lo exige la ley). En total 21 personas en escena: 19 argentinos y 2 españoles (Blanca y el niño). A ello hay que añadir 6 músicos solistas que interpretan en directo. El total del elenco lo forman 26 personas.

Casi un mes para disfrutar de un espectáculo que promete.

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José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Martes, 27 de Abril de 2010 17:33