Gloriana. Britten.- T. Real. Entrevista. Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Miércoles, 11 de Abril de 2018 18:35

GLORIANA
AMOR Y DEBER

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FOTO: JAVIER DEL REAL

loriana es el apelativo con el que el poeta del siglo XVI, Edmund Spenser  (1552/1559 -1599) adjudicaba a Isabel I de Inglaterra, la Reina Virgen,  en su poema, The Faerie Queene. Tal nombre se convirtió en popular al referirse a la Reina, y tras la victoria sobre la Armada Invencible en 1588, las tropas en Tilbury la saludaron con los gritos de Gloriana, Gloriana, Gloriana.

ISABEL I, DAMA BRAVA Y RUDA
Y DAMA DEL RENACIMIENTO

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  GLORIANA, estreno 1953. ROYAL OPERA HOUSE, LONDRES

Lytton Strachey autor de la obra Elisabeth & Essex. A Tragic History(1928) la describe como una

"dama brava y ruda, de bromas toscas, gestos plebeyos, cazadora incansable, se podía volver de pronto una mujer de negocios, de semblante oscuro, cerrada durante horas con los secretarios, leyendo y dictando despachos, examinando con rigor los menores detalles de informes y mensajes. Al poco rato, deslumbraba la refinada dama del Renacimiento, porque eran muchas y brillantes las cualidades de Isabel. Dominaba seis lenguas, además de la propia, conocía el griego, era una notable calígrafa y excelente músico, era experta en pintura y poesía, bailaba al gusto florentino con una suprema distinción". 

A partir de la obra de Strachey, William Plomer construye un libreto operístico que música Benjamín  Britten (1913 - 1976). Es obra de  encargo para celebrar la Coronación de Isabel II de Inglaterra. Por definición debería ser una obra de glorificación. No lo fue, y la crítica negativa se  cebó en ella, condenándola al ostracismo posterior, con lo cual es una obra muy desconocida. El libreto se centra en la fascinación que Isabel I, con 53 años de edad, se enamora de Roberto Deveureux, un joven con menos de 20 años, conde de Essex. Este período de la vida de Isabel I ha sido profusamente tratado en teatro, cine, y literatura.

LA ÓPERA
FRACASO EN EL ESTRENO DE 1953

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DAVID McVIDAR
FOTO: JAVIER DEL REAL
 

Al Teatro Real llega de la mano del director musical titular del Teatro Real Ivor Bolton y del director de escena David McVicar (Glasgow), el cual se formó como actor en la Royal Scottish Academy of Music and Drama. Ha dirigido en la Royal Opera House de Londres; en el Metropolitan de Nueva York; en Chicago;  Staatsoper de Viena; Liceu de Barcelona; Opera Australia; Scala de Milán; Aix-en-Provence; Viena y Tokio; Medee, Der Rosenkavalier, The Turn of the Screw, The Rape of Lucretia, y Alcina (ENO), Scottish Opera; Opéra National du Rhin. Fue miembro de la Diamond Jubilee Birthday Honours List de 2012 y fue nombrado Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres por el gobierno francés.

La razón de ese rechazopor parte de la crítica y del público inglés se debió a que con la llegada de la reina Isabel II se esperaba una nueva era inglesa y esta ópera venía a celebrarla. David McVicar subraya que lo que exigía la ocasión

  • Britten no podía dárselo. Se le pedía una ópera laudatoria, pomposa de un carácter beligerante de postguerra (la segunda guerra mundial) ensalzando un nacionalismo británico.  Lo que compuso fue una obra oscura, intensa, un reflejo psicológico de una historia de amor, entre una mujer añosa, 67 años y un joven de 32. No era la obra adecuada tampoco para ese público.  Se puede ver en las fotos al público de ese estreno en 1953: Jefes de Estado, Reyes y Reinas, todos en traje de gala, incluido el Príncipe Felipe y la Reina Isabel II con su tiara y sus joyas reales. Todos ellos pensaban que iba a ser una celebración muy agradable, muy alegre. En cambio se encuentran con una ópera que consideran un verdadero insulto para la joven Reina que  acaba de ser coronada.   
  Maqueta Gloriana 1
  MAQUETA, ESCENOGRAFÍA DE ROBERT JONES

A este encontronazo entre la ópera no adecuada al acontecimiento y el público, David hace hincapié en que

  • Britten era un compositor muy joven. Había alcanzado una gran popularidad y componía obras de gran envergadura y tenía un relativo reconocimiento. El estreno de Gloriana supuso para él un cambio de paradigma, porque el "stablishment" musical británico y gran parte de la crítica se puso en su contra  de forma violenta, y aprovecharon el fracaso de esta ópera para cargar contra él, y con mucha homofobia detrás - Britten era homosexual - y con el objetivo de  hundirle. Es algo que  muchos buscaban por envidia. Este fracaso fue un golpe muy duro para Britten, pues le hizo perder mucha confianza en sí mismo. Se retiró a su ciudad natal - Lowestoft, condado de Suffolk -, donde fundó el Festival Aldeburgh al que se consagraría después, y a una serie de obras de menor envergadura con los recursos inferiores que tenía. Ahora podemos abordar esta ópera si prejuicios y vemos que es realmente magnífica. Todas sus escenas son maravillosas. Es de  una enorme calidad. Ahora tenemos la suerte de poder evaluarla en su verdadero valor.

ISABEL I, "UNA OUTSIDER"

David adjudica a Gloriana un gran poder evocador en cuanto que

  • retrata las obsesiones un tema recurrente en todos los trabajos de Britten: la lucha de los "Outsider", de los que están fuera de la sociedad, y, lo creamos o no, la Reina Isabel I forma parte de estos "outsider", a pesar de ser la Reina de Inglaterra. Es un personaje muy solitario que nunca ha podido entablar relaciones humanas normales debido a su posición de  poder. Vive inmerso en una gran soledad, un gran aislamiento. Esto lo vemos reflejado en otros personajes de las óperas de Britten. En la actualidad el carácter de Isabel I nos resulta atractivamente moderno, debido al profundo retrato psicológico que  hace Britten. Estamos más familiarizados con estos temas de lo que pudieran estar los espectadores de la época de Britten. Entre ellos el tema del poder en una mujer que refleja el tema de género, y que, ahora, es más cercano a nuestra generación.
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LEONARDO CAPALBO / ANNA CATERINA ANTONACCI
FOTO: JAVIER DEL REAL
 

El personaje  de Isabel I recuerda, según Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, a Peter Grimes de la ópera homónima (1945), y piensa que Gloriana hay que  leerla como una obra

  • típica, típica de Britten y entonces es cómo cobra una intensidad realmente brutal. La segunda parte de la ópera está llena de citas reales de discursos Isabel I, una maravilla literaria, y en una de ellas define lo que es el ser una "outsider": "Conocemos la diferencia entre  confianza y amor. Sabemos que es necesidad amar a los pocos  que se han ganado nuestra confianza, pero que nunca jamás  se debe confiar en quienes amamos".   

ISABEL I: SUMA DE VERE Y CLAGGART,
PERSONAJES DE BILLY BUDD

Por otro lado Gloriana es una obra muy cercana a otros títulos de Britten, además del mencionado, como puede ser Billy Budd  (CLIKEAR).

  • En el tema central del tercer actoThe Queen’s Dilemma, la reina sabe que, por muy enamorada que esté de Essex, no le queda más alternativa que asumir la responsabilidad, que odia,  de firmar su condena a muerte por traición. Conecta con Billy Budd. Porque para detentar el poder es imprescindible la supresión de todo sentimiento en nombre de la autoridad, como sabía perfectamente el capitán Vere de la ópera anterior de BrittenBilly Budd, la ópera anterior aGloriana. Y porque ejercer el poder implica, de alguna manera, ser capaz de destruir cualquier objeto erótico cuya amarga represión corra el peligro de desafiar el control de uno mismo, como intuía John Claggart, el maestro de armas del mismo Billy Budd.Glorianaestá muy cercana aPeter Grimespero también de Billy Budd. En Gloriana, Britten se atreve a condensar en una única figura, Isabel I,  las personalidades de los dos protagonistas deBilly Budd, Vere y Claggart.  Esa figura es Isabel I, la mítica Reina Virgen, cuya "pregonada virginidad– escribe Alison Weir -era más un asunto de política de Estado que una decisión personal, que en muchos sentidos le costó caro, condenándola de por vida a un solitario aislamiento, a la carencia emocional y a una forzada castidad". Vista  así tiene todos los temas recurrentes de Britten y por tanto no es una obra amable, muy oscura y muy compleja.

El papel de Isabel se alterna entre  Anna Caterina Antonacci (Ferrara, Italia, 1961) y Alexandra Deshorties(Canadá- Marsella, 1975)

ANNA CATERINA ANTONACCI
ES UN PERSONAJE FASCINANTE
EN LA ETAPA FINAL DE SU VIDA

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  ANNA CATERINA ANTONACCI
FOTO: JAVIER DEL REAL

Anna Caterina Antonacci estudió en el conservatorio de Bolonia e hizo su debut como mezzosoprano cantando Rosina (Il barbiere di Siviglia) en Arezzo en 1986. Al inicio de su carrera se especializó en obras de Rossini. Desde 2000 se ha centrado en el repertorio para soprano dramática. Ha actuado regularmente en prestigiosos teatros de ópera: el Teatro alla Scala de Milán, la Staatsoper de Viena, la Royal Opera House de Londres, la Opéra national de Paris, La Monnaie de Bruselas y la Ópera de San Francisco. También ha sido una recitalista muy activa. Recientemente ha interpretado a Cesira (La Ciociara) en Cagliari y Charlotte (Werther) en Valencia. En el Teatro Real ha participado en un concierto y en Don Quichotte.

Anna Caterina advierte que Isabel I

  • es un personaje histórico y, por tanto, una intérprete debe ceñirse a lo que conocemos del personaje. En Medea  y Casandra, personajes mitológicos y no históricos, podemos añadir algo, en Isabel no. Es un personaje fascinante en la etapa final de su vida y por  lo tanto hay una valoración de su reinado, de su sacrificio, y lo que ha tenido que encajar como mujer. Es un personaje complejo, intenso y oscuro en sus deseos, todavía presentes, a pesar de ser una mujer mayor, por un hombre joven. Es un personaje de un interés enorme. Me siento muy afortunada de encarnar este  papel. En algunos momentos veo a  la Isabel de Britten como a una artista. Hay un paralelismo entre el fin de una carrera de una cantante y el fin de la carrera de la Reina. Al final hay una frase de Isabel que dice: "Una Reina está sobre el escenario sola, bajo la mirada de todos y no puede equivocarse". Para mí esta es la frase más bella de la ópera pues presenta la Reina y a la Artista. Esto explica mucho del carácter del personaje, que  Britten ha querido subrayar en Isabel.

ALEXANDRA DESHORTIES
UN SER HUMANO QUE OCULTA
EL TENER CORAZÓN

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ALEXANDRA DESHORTIES
FOTO: JAVIER DEL REAL
 

Alexandra Deshorties,  estudió en el conservatorio de Marsella, en la Escuela de Música de Manhattan y en el Programa Lindemann para Artistas Jóvenes de la Metropolitan Opera House de Nueva York, donde interpretó diversos personajes.  Con personajes protagonistas ha cantado en escenarios tan reconocidos como la Royal Opera House de Londres, el Liceu de Barcelona, La Monnaie de Bruselas, el Théâtre des Champs-Elysées de París, las óperas de San Francisco, Los Ángeles, Houston, Dallas y los festivales de Salzburgo y Aix-en-Provence. Más recientemente ha interpretado a Elisabetta(Maria Stuarda)en Viena, aNorma en Ginebra y a Elisabetta(Elisabetta, regina d'Inghilterra)en la Opéra Royal de Versalles.    

  • He encarnado muchas veces el papel de Isabely suscribo lo dicho por la diferencia entre  un personaje histórico y otro no histórico en el momento de interpretarlo. El hecho de que la Isabel de Britten se centre en el momento final de su vida, lo hace especialmente interesante, porque es un fase en que se hace balance entre esas dos partes de su vida. Isabel era una mujer especialmente brillante que tuvo que asumir una situación muy difícil: ser un ser humano y cumplir con su deber, y, al mismo tiempo, ocultar a los demás que tenía corazón. No desvelar nunca que tenía sentimientos para estar a la altura del Rey-hombre, e incluso por encima de lo que su pueblo esperaba de un Rey-hombre. Sabiendo la trayectoria de su padre Enrique VIII y lo que le ha llevado a ella al reinado, tenía que mostrar las cualidades de un hombre y, además, ir más allá, por ser una mujer. Cualquiera que haya asumido un papel público en la política, e incluso en las Artes y otras profesiones, entiende perfectamente esa situación. Tiene que formar parte de una estructura que  no deja de ser, todavía, patriarcal o que está adaptada a la psicología masculina, sin olvidar que es una mujer, logrando hacer siempre  lo correcto y conseguir el equilibrio entre la moralidad establecida y la ética personal. Muchos de los personajes que asumimos cuando interpretamos óperas son arquetipos. Isabel es un personaje de carne y hueso, pero es tan real en el presente que se ha convertido, al mismo tiempo, en un arquetipo. Por eso ha despertado tanto interés en muchos compositores que han tratado a este personaje: la reconciliación de la mujer, el personaje privado, con el monarca, el personaje público. Hay una paleta muy amplia de emociones, de sentimientos que casi puedes tocar  cuando sumes este personaje. 

AUSENCIA DEL ARIA FINAL

Anna Caterina apunta que, contrariamente a los finales de las  óperas donde se suele terminar con un aria, en este ocasión

  • es un discurso hablado. Habla y estas frases se disuelven ante la muerte. Por eso no me extraña que en 1953, esta ópera no se entendiese y se considerara ofensiva.  
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  ANNA CATERINA ANTONACCI
FOTO: JAVIER DEL REAL

A nivel vocal, en opinión de Alexandra, no tiene una especial dificultad. A lo más la larga duración, ya que son tres horas.

  • Se ha hablado de que no hay aria final. No hace falta, ya que son casi tres horas de Aria. Mantener el equilibrio para que la técnica vocal no prevalezca sobre los demás aspectos de la interpretación y en el realismo del personaje y su emoción, tienen que estar al mismo nivel. Eso es lo difícil. Tenemos que  olvidar que estamos cantando y , en cambio, encarnar bien  un personaje, y mantener la congruencia y la síntesis de los distintos elementos: la teatralidad, el drama, la musicalidad. Que todo esté al mismo nivel porque así está escrito. Eso es lo que hace a está opera realmente única.       
  • Quiero añadir que la música es bellísima y maravillosa - añade Anna Caterina. Estoy de acuerdo con Alexandra en lo que ha dicho que técnicamente  no es difícil. No prevalece el aspecto de la oscuridad en la complejidad de la ópera, porque no es compleja ni oscura de escuchar.
  • En la música hay citas no literales, porque es música de Britten, puesta a la manera de la música isabelina de la época,  a la manera de Purcell, que sabe adaptar a su propio estilo para que  suene a la música isabelina, siendo profundamente  una música de Britten. La escritura del coro es una escritura madrigalista. - abunda Joan. Ivor Bolto que es un especialista en Britten y en Purcell, parece como si hubiera sido compuesta para que él la dirija.

LA PUESTA EN ESCENA
ESPACIO ANTIRREALISTA
CON UN VESTUARIO REALISTA Y
UNA DIRECCIÓN DE ACTORES CONTEMPORÁNEA

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LEONARDO CAPALBO
FOTO: JAVIER  DEL REAL
 

La puesta en escena es típica de David Mcvicar. Crea un espacio alegórico, simbólico, absolutamente antirrealista y alusivo al drama.

  • Se completa con un vestuario de época isabelina, impresionante y espectacular. La dirección de actores es de teatro contemporáneo, lleno de energía. Lo que hace es destruir la asociación de vestuario contemporánea con la dirección de  actores  contemporánea. Quiere demostrar que es perfectamente posible hacer teatro rabiosamente contemporáneo con vestuario absolutamente de época en un espacio escénico no realista. De este modo el espacio escénico no es realista  con un vestuario de época que conecta con ese espacio. Este  es el estilo de David MacVivar que en Gloriana da unos resultados maravillosos.

Anna Caterina recuerda haber trabajado muchas veces con David, a quien adora, y de lo que él valora es que

  • me ha permitido expresarme completamente, en vez de complicarme el modo de expresarme. Estoy de acuerdo con lo dicho: dirección de  actores contemporánea situados en la época isabelina. Soy "fan" de David.    

Por su parte Alexandra destaca la capacidad de David por poner en pie personajes que todos conocemos históricamente.

  • La estética está ahí en los trajes, pero también el ser humano que se representa junto a otros muchos parámetros al mismo nivel. Podemos ser capaces de comprender plenamente a todos esos seres humanos en toda su riqueza, su vida interior, sus limitaciones y no solamente el aspecto formal y eso es lo que  le hace único.

ISABEL II,  ENCANTADA CON
EL TRATAMIENTO Y CON LA OBRA

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   ISABEL I 

Gloriana nació tras unas vacaciones de Benjamin Britten y Peter Pears - el tenor inglés pareja de Britten - en Austria en el invierno de 1952, para esquiar junto al conde de Harewood George Lascellese y su esposa. Uno de los días conversaron acerca de las características de por qué un opera es checa, alemana, rusa o italiana. No encontraron los rasgos de la ópera inglesa. Britten ya tenía en su haber varias óperas y la única característica que  encontraron es el que se cantaba en inglés. Fue el conde quien propuso a Britten que compusiera esa ópera inglesa por antonomasia. Sería Gloriana.

El contexto en el que compone Gloriana está influido por los años anteriores y según Joan Matabosch hay que tener en cuenta que

  • la guerra mundial había terminado ocho años antes de este encargo. Britten se había instalado en EEUU, y al volver a Inglaterra se había declarado objetor de conciencia, se había negado a esconder su homosexualidad. Era pública y notoria pese que en Gran Bretaña en esa época era un delito. No lo decía explícitamente porque podía terminar en la cárcel, pero no lo escondía en absoluto. Esto quiere decir que llamar, en aquel momento, por parte de Isabel II a Britten para un proyecto institucional como era el de su Coronación, era una apuesta increíble, en cuanto a la tolerancia, que ese vidente que eso mismo cayera bien en todo los ambientes. Esto generó una profunda indignación en muchos ámbitos. Isabel II estuvo al tanto del proyecto perfectamente. Meses antes del estreno hubo una cena en casa de Lord Harewood, su mujer, la primera intérprete de GlorianaJoan Cross, la Reina Isabel II, su marido Felipe de EdimburgoBenjamin Britten y Peter Pears, en que se pasó la obra  de cabo a rabo. Isabel II estuvo en cantada con el tratamiento y con la obra. Lo que sucede es que luego pasa lo que pasa: el entorno es más papista que el Papa y empezaron todas esas envidias. Lo que sí es que hay que tener narices y sacarse el sombrero por los que tomaron esta decisión, incluida Isabel II.

Joan Matabosch añade lo que califica de chismorreo:

  • A Peter Pears, que interpretaba a Roberto Deveureux, conde de Essex (tenor), no le gustaba nada que Britten le hiciera hacer el papel de Essex. Lo que quería era hacer el papel de Sir Robert Cecil, que era el papel que le gustaba. Estaba indignado que Britten compusiera ese papel para un barítono-bajo.
 

Más información
     Gloriana. Britten.-  McVicar_Bolton.T. Real

José Ramón Díaz Sande
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FOTO:
BOGUSŁAW TRZECIAK

 

Teatro Real
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28013 – Madrid
Tf. 91 516 06 60
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Parking: Plaza de Oriente
Cuesta y Plaza de Santo Domingo
Plaza mayor

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Última actualización el Jueves, 12 de Abril de 2018 13:35