Las bodas de Fígaro. Lliure. Reseña. 1994 Imprimir
Escrito por Eduardo Pérez Rasilla   
Lunes, 13 de Febrero de 2017 08:53

nov 1994 b
RESEÑA 1994
NUM. 255. PP.5

LAS BODAS DE FÍGARO
EL LLIURE EN EL TEATRO DE LA COMEDIA

La versión de Las Bodas de Fígaro de 1989 por el Teatre Lliue de Barcelona cuando estaba en el Barrio de Gracia ha llegado al Teatro de la Comedia de Madrid. Supuso un acontecimiento. Publicamos la Crítica que, en su momento, publicó Eduardo Pérez Rasilla en la revista RESEÑA. 

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   FOTO: ROS RIBAS

La primera gira del Lliure con actuaciones en castellano tenía todos losingredientes de un gran acontecimiento teatral y, en efecto, no ha defraudado al público. La puesta en escena de Las bodas de Fígaro, de Caron de Beaumarchais, ha constituido una lección de amor por el teatro, de buen hacer, de cuidado de los detalles y de elegancia, en definitiva.

Las bodas de Fígaro es un texto inteligente, lleno de guiños, de posibilidades que se convierten en un verdadero reto para un director con talento. Se combinan en ella la mejor tradición de las comedias de enredo -particularmente logrado, en este caso - con la proclamación prerrevolucianaria de los derechos del pueblo frente a las prerrogativas de los nobles. Siguiendo la vieja tradición de las comedias de enredo, los criados, a los que aquí se suma la señora, traman toda clase de engaños para lograr un fin al que pretende oponerse a otro personaje, en este caso el señor. Pero no se trata ahora de un juego ingenuo o una mera búsqueda de final feliz, sino que se orienta hacia una intención menos inocua: Fígaro es el representante de la nueva clase social ascendente que tras una larga serie de fracasos logra al fin sus objetivos, como explica en el célebre y vibrante monólogo, que constituye más bien una breve pieza independiente, pues su acción no se deriva necesariamente de la historia que vertebra la comedia. Sin embargo, la fuerza de este pasaje no sólo tira para arriba de la función, sino que presta fuerzas al actor que lo0 pronuncia, Lluís Homar, quien consigue aquí su mejor momento en la interpretación de la comedia. Y, frente al triunfo de Fígaro, recibe una lección el señor, que cae de su pedestal y pierde así, al menos simbólicamente, su poder omnímodo e indiscutido.

Los detalles de la puesta en escena se han puesto al servicio de las posibilidades de la comedia. Ninguno desentona ni busca una autonomía respecto al conjunto. Esta coherencia básica junto a la sensación de limpieza, de pulcritud, son las dos notas dominantes del espectáculo del Lliure.

La acción se desarrolla en un espacio escénico amplio, a la vez sobrio y grandioso, que permite realizar con fluidez juegos y engaños y que ofrece en sí mismo una imagen de gran belleza. La iluminación y la escenografía, sin pretender una reproducción precisa, sugieren el ambiente sevillano en el que se desarrolla la acción. La música refleja adecuadamente ese entramado de ambientes populares y aristocráticos. El vestuario, por su parte, combina también la elegancia y el buen gusto con una cierta sencillez, que es la ténica del montaje.

La dirección es ajustada y funciona correctamente. Nada desentona. Se han evitado, al menos habitualmente, los recursos fáciles, la búsqueda de la risa inmediata. Se ha creído en las posibilidades del texto, en definitiva, y se han procurado resaltar. La única salvedad que puede hacerse es la excesiva duración de la comedia, a la que en algunos momentos se le podría imprimir un ritmo más rápido.

La interpretación revela también a un grupo de profesionales, conjuntados, disciplinados y eficaces, Su trabajo es de calidad. Sin embargo, defraudan algunos aspectos de Lluís Homar, mejor actor de lo que muestra su personaje de Fígaro en esta ocasión, tal vez un tanto envarado en algunos momentos, Pero es quizá una objeción menor. Llama la atención, como en los demás aspectos de la puesta en escena, la sensación de conjunto, la falta de altibajos y de estridencias, fruto sin duda de una esmerada e intensa labor que mereció la recompensa de uno de los aplausos más prolongados que se recuerdan durante los últimos años en Madrid.

Título: Las bodas de Figaro.
Autor: Caron de Beaumarchais.
Traducción: Jose María Valverde.
Dirección y escenografía: Fabia Puigserver.
Coreografía: Montse Lloret.
Ilu­minación: Xavier Clot.
Vestuario: Cesar Oli­var.
lntérpretes: Jaume Bernet, Jordi Bosch, Rut Descals, Pep Guinyol, Lluis Hamar, Anna Lizaran, Blai Llopis, M6nica López, Carlos Lucena, Joan Matamalas, Santi Ricart, Enric Serra, Carlota Soldevila.
Estreno en Madrid: Teatro de la Comedia, 16-IX-94.

 

Más información
    Las bodas de Figaro.Lliure.Critica. 2017
    Les noces de Fígaro. Lliure. Reseña. 1989
 
   Las bodas de Fígaro. Lliure 40 años
    Las bodas de Fígaro. 40 años. Entrevista

Eduardo Pérez – Rasilla
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Última actualización el Martes, 14 de Febrero de 2017 15:38