Todo irá bien. Serrano. Crítica Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Sábado, 02 de Abril de 2016 15:58

TODO IRÁ BIEN
LUCHAR SIN HERRAMIENTAS

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  JUAN DÁVILA / PILAR BERGÉS 
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  PILAR BERGÉS / LAURA BARCELÓ
  todo ira bien 68 b
  IGNACIO MATEOS / PILAR BERGÉS
FOTOS:www.madridteatro.net

La Trastienda, el Off del Lara y ahora el Teatro Fernán Gómez. Este es el trayecto que ha recorrido Todo irá bien. En esos trasbordos ha ido incorporando nuevas aportaciones hasta desembocar en un "ring" de boxeo, como alusión a la lucha por la vida de unos treintañeros, aparcados en la cuneta con motivo de la crisis. Ese "ring" tiene suelo de baldosas y una cama como presidenta. Las cuerdas del "ring" no sólo nos obligan a identificarnos con tal espacio boxístico, sino que, al enmarcar el suelo de baldosas, incluida cama y nevera en la esquina, evoca el acotamiento de la vida de su inquilina y visitantes, amén de ser su apartamento.

La historia se asoma a la relación de cuatro personajes, amigos de Instituto, que han llegado a la treintena con desigual éxito. Los cuatro son reflejo de esta generación que llamamos perdida a causa de la crisis, y que ha acampado como ha podido por trabajos menos cualificados o bien por la emigración, gracias a sus estudios superiores, no a sus habilidades manuales. Pilar, Carmen y Miguel ni siquiera se encuentran entre los candidatos a la emigración, porque no poseen las herramientas que hoy exige la emigración: tener estudios cualificados. De todos el "friki" del Instituto Luis, laboralmente, ha conseguido un estatus más estable y de nivel superior, pero su madurez emocional y sentimental no.

José Manuel Serrano - autor y director de la obra -, dentro de esa generación perdida, se ha centrado en aquellos que, por falta de estudios y por haber sido seducidos por la golosina del salario inmediato que ofrecía el trabajo manual, se encuentran en la encrucijada de falta de trabajo o de trabajo sin cualificar que pueda vislumbrar una mejoría y seguridad. De los cuatro, Pilar es el pivote sobre el que giran los otros tres personajes. Ella, en paro, tras trabajar como cajera en un supermercado, tiene que lidiar con los primitivos instintos de Miguel - su jefe en el supermercado y quien la despidió por ajuste de personal - que fue su "novio" y entiende el amor a dos bandas: Pilar, su desfogue sexual, y, una novia con la que piensa casarse. Otra lid la tiene con Carmen, funcionaria repartidora de correos por oposición, por lo que se siente segura laboralmente y que pretende organizar la vida de Pilar, para que siga adelante y no se amilane ante tal incierto porvenir. Por último está Luis, que podría ser la solución económica y afectica para Pilar, pero, debido a su gran inmadurez emocional, no lo tiene fácil. Mírese por donde se mire el conjunto es que Pilar tiene que lanzar golpes a diestro y siniestro para poder encauzar su vida, que se le presenta como una continua lucha. De ahí el mencionado ambiente escénico y la estructura de la obra en 16 escenas y un epílogo, tratados como 16 "rounds boxísticos", incluido "gong" de sonido.

Esta historia de perdedores que puede parecer un dramón neorrealista, transcurre por las lindes de la comedia, aunque comedia amarga y con buena dosis de humor que obliga al espectador a la sonrisa y, a veces, a la sutil carcajada, aunque éstos últimos términos parezcan contradictorios. Importa el reflexionar sobre un hecho que se convierte en denuncia y en aviso. Cuando la gran famosa burbuja inmobiliaria, que llenaba generosamente los bolsillos con el trabajo manual, muchos adolescentes abandonaron los estudios. Desinflada la tal burbuja, se encuentran con que no tienen herramientas para a acceder a otros trabajos más cualificados - en el extranjero, no en España -, porque la emigración de recolección en el campo o en la industria como peón ha dejado de existir. Todo irá bien nos hace pensar en lo dudoso de estas soluciones fáciles, pero precarias. En definitiva, la obra apunta a otra tesis, muy voceada últimamente, "la cultura os hará libres".

Además de este tema central, tal cual está concebida esta historia a cuatro, hay una clara división entre ellos y ellas. Pilar y Carmen aparecen  más maduras y luchadoras, mientras que Miguel y Luis más torpes en lo que se refiere al ámbito emocional. Ellas dos terminan por ser el motor y el hálito de esperanza, no ausente en la obra. Un reiterativo tema sobre el valor de la mujer con respecto al hombre, en esto de la lucha por la vida.

José Manuel Serrano maneja bien los diálogos que resultan ágiles, creíbles, así como "il tempo" de toda la historia. Se sigue con interés, a nivel de contenido, y se mantiene bien el ritmo, encontrando su duración adecuada. El texto revela la capacidad de un nuevo autor - ha tenido otro texto anterior, un monólogo: La página en blanco -, para crear historias y personajes verosímiles. Consigue además, lo cual no es fácil, aunar dos estilos, que, en principio, podrían chocar:  mezcla un estilo realista con ese espacio metafórico más deudor del expresionismo. Tal conjunción no resulta gratuita, porque con el espacio escénico visualiza la idea de lucha que supone la vida misma.

Otro acierto es el trabajo de dirección en la situación espacial de los personajes que evocan, discretamente, las líneas boxísticas de un "round", sin que ello se subraye. Todo esto se completa con un trabajo interpretativo muy bueno de los actores. No es fácil ni justo destacar uno más que otro. Cada intérprete se encarna bien en su personaje, que queda roto cuando sale fuera del "ring" y espera su próximo "round" en su correspondiente esquina. De este modo, el espectador siente el desdoblamiento de personaje y actor como algo natural.

Pilar Bergés (Pilar, la protagonista) despliega una amplia gama de matices para un complejo personaje, que se enfrenta con tres ataques distintos. Dentro de esa complejidad está, también, Luis, interpretado por Ignacio Mateos. La complejidad le viene dada por el lado emocional, en el cual está hecho un auténtico lío, pues tiene que lidiar con la lírica del enamorado y, a la vez,  su torpeza en el momento de declarar su amor  a Pilar. Es un trabajo muy bueno el que desarrolla Ignacio Mateos. Juan Dávila y Laura Barceló, abordan personajes menos complejos, pero no fáciles. Juan Dávila es ese "boxeador sonado" - no realísticamente -, y sabe mantenerse en un equilibrio entre lo real y lo expresionista. De los cuatro, Carmen es, probablemente, el personaje que puede parecer más realista. Pisa tierra, pero, al mismo tiempo, se encuentra ligada - acotada - a su padre y a un hermano en paro recién divorciado. Laura Barceló mantiene bien el tono de ese "pisar tierra", como quien, por necesidad, pisa tierra firme. Llama la atención, en todos, una frescura y naturalidad con las que abordan sus personajes y dicen sus textos.

Los 16 "rounds" y el epílogo, vienen anunciados siguiendo el ritual del boxeo. Una voz en las alturas de la megafonía se encarga de ello, así como el consabido "gong". Cada "round" tiene su titular referente a lo que se va a desarrollar. Esta parcelación de la obra resuelve bien los pasos de tiempo de las escenas, y encuentra su justificación en el esquema del boxeo. Funciona en todo el contexto. No obstante, para el espectador, al menos para mí, sobra tal enunciado del titular, ya que no se le presta mucha atención - soy incapaz de recordar los tales titulares -  y añade poco al desarrollo total. Bastaría con el "gong", y ganaríamos en agilidad. Otra cosa sería que el tal titular apareciera en un cartel luminoso, durante la transición de acción y entrada en el "ring" e los nuevos contendientes.

Todo irá bien es un atractivo, y, por momentos, divertido espectáculo con una interesante reflexión, que nos da que pensar cuyos 70 minutos de duración pasan volando. Vale la pena acudir a esta peculiar velada de boxeo.

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   JUAN DÁVILA / LAURA BARCELÓ / PILAR BERGÉS / IGNAIO MATEOS
FOTO: PRODUCTORA

Título:Todo irá bien
Autor:José Manuel Serrano
Escenografía:Alberto Puraenvidia
Iluminación:Luis Perdiguero
Ayudante  de dirección:Amanda Ríos
Intérpretes (por orden de intervención):Pilar Bergés (Pilar), Juan Dávila (Miguel), Laura Barceló (Carmen), Ignacio Mateos (Luis)
Dirección:José Manuel Carrasco
Duración:70 minutos
Estreno en Madrid (nueva versión):Teatro Fernán Gómez (Sala Jardiel Poncela), 30 - III - 2016

 


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande

 


TEATRO FERNÁN GÓMEZ
Sala Jardiel Poncela
Aforo: 316
Pz/ de Colón, s/n
28001 - Madrid
Metro: Colón, Serrano
Bus: 5/14/27/45/21/53/150/1/9/19/51/74
RENFE: cercanías.

 

 

Última actualización el Sábado, 02 de Abril de 2016 16:35