ADICTOS
JUGANDO A SER DIOSES

texto
DANIEL DICENTA HERRERA Y JUANMA GÓMEZ

dirección
MAGÜI MIRA

intérpretes
LOLA HERRERA, ANA LABORDETA, LOLA BALDRICH

en el
TEATRO REINA VICTORIA
de
MADRID

Edad recomendada: mayores de 16 años.
(Esta recomendación no impide el acceso a la sala.)

Del 1 de septiembre  a finales de octubre de 2022

- Lola Herrera, Lola Baldrich y Ana Labordeta estrenan Adictos, un texto escrito por Daniel Dicenta y Juan Manuel Gómez.

- Magüi Mira dirige  este "thriller" distópico que reflexiona sobre un futuro próximo y se cuestiona los paradigmas de la sociedad actual

-  ¿Nos hace la tecnología realmente libres?

- La comunicación y la incomunicación, la soledad, la libertad y el uso excesivo de la tecnología son algunos de los temas que trata este texto escrito

MAGÜI MIRA, directora

UN TEXTO ESCRITO ES NEGRO SOBRE BLANCO,
TIENE QUE HACER UN VIAJE PARA LLEGAR  AL ESCENARIO

Adictos en manos de Magüi Mira como directora del espectáculo ha sufrido cierta transformación más allá del tema de la temática sobre la desinformación y manipulación en el mundo de la comunicación.

	MAGÜI MIRA FOTO: www.madridteatro.net

Daniel y Juanma, los autores, es de esa temática que quieren hablar, pero para ello necesitas unos personajes y una acción, una trama que es la que ellos no cuentan, pero es la que han escrito. Un texto escrito es negro sobre blanco, y luego tiene que hacer un viaje para llegar  al escenario. Ese viaje está en manos de la dirección. Es así, el teatro suma. Un texto teatral no es un fin en sí mismo. Una novela sí, ahí acaba. La lees, y como lector, imaginas lo que tú quieras. Yo soy la lectora de ese texto como directora. Yo. Lo que yo leo es lo que llevo al escenario. Por supuesto con la ayuda, y seguimos hablando de que el texto suma. Tengo la necesidad y por eso antes se decía Compañía, ahora no. Siempre se ha hablado de compaña teatral porque sumamos muchos oficios: los técnicos, el espacio de Curt Allen, la luz de Guerra, y por supuesto están estas tres mujeres-actrices, capitaneadas por una salvaje Lola Herrera, para la que no tengo palabras para describirla, porque es una mujer tan inteligente, con tanto oficio, tanta sensibilidad y tanta emoción…Todo eso, lógicamente, lo he pertrechado yo. Ese calidoscopio maravilloso lo he conseguido. He hecho ofertas y he tenido la suerte que me las aceptaran y ahí están.

Tales ofertas se concretan en convencer a Curt y explicarle la historia.

Decir lo que necesito y él ha hecho ese espacio maravilloso; lo mismo con la luz con José Manuel Guerra, y lo mismo con mi lectura de ese texto que han escrito magníficamente dos autores noveles, Dani y Juanma de los que espero que tengan mucho futuro.

NOS CONTROLAN ESOS PODERES
QUE NO SABEMOS DÓNDE ESTÁN EXACTAMENTE.

LOLA HERRERA
LOLA BALDRICH / ANA LABORDETA
ANA LABORDETA / LOLA BALDRICH
LOLA BALDRICH / ANA LABORDETA
LOLA BALDRICH / LOLA HERRERA / ANA LABORDETA FOTOS: www.madridteatro.net

El trabajo fundamental ha sido trabajar con las tres actrices

para buscar la emoción,  la belleza, aunque habla de los temas centrales sobre la comunicación y que por sí misma tienen una identidad. Lo he apoyado con contrastes tan importantes para mí como la belleza y ese estar en este primer mundo que vivimos en la que la tecnología nos es necesaria e imprescindible, nos facilita la vida, pero, por otra parte, nos traiciona porque no la podemos controlar. Nos controlan esos poderes que no sabemos dónde están exactamente. Sabemos que ese gran poder económico es el que está debajo de todos, un agua subterránea que todo lo mueve. Lo que no sabemos es a donde va a  ir toda esa información y esa tecnología, que  ahora nos es esencial en la vida, y creo de una manera muy positiva, pero tiene una parte de traición, que también existe, y lo he puesto sobre el escenario.

Esa parte de traición viene referida al tercer mundo, la cual se visibiliza en

una perversión en cuanto que el personaje de Lola Herrera, trabaja, investiga y cuando llega a conseguir una investigación que cree que va a mejorar la vida de las personas, se encuentra con algo que le descubre que no va a mejorar la vida de las personas, sino al contrario. Va a  establecer un poder muy perverso  con todo el control que tiene desde cada hogar. Eso que ella teme, como es la marginación de tantas personas que se van a quedar en el umbral de la pobreza para siempre, está también en el escenario, de una manera muy esencial  en esa cama que hemos podido de cualquier bombardeo, esas silla con números impresos. He intentado sumar ese primer mundo al que estamos tan habituados, y, a lo mejor algún día abrimos un grifo y no sale agua, como ahora. Es como si no fuera verdad, como si fuera una película, y a lo mejor no es una película. Por eso he intentado sumar ese primer mundo con ese tercer mundo. Esta técnica maravillosa está apartando cada vez más, a tanta gente a ese umbral de la pobreza, del que es muy difícil salir y tener una vida digna. 

SON TRES MUJERES QUE DECIDEN.
E INTENTAN LIDERAR ESTA UTOPÍA

En este mundo de múltiple información y desinformación, en principio negativo, puede tener su lado positivo en cuanto que da lugar un nuevo ser humano que no se conforma con una información única, y desconfía de ella. Busca otras interpretaciones. Magüi advierte que el problema está en que

nos quitan la capacidad de decidir, porque, cada vez decidimos menos cosas. Cada vez el avance tecnológico decide más por nosotros. Cada vez me despierta con fotos y músicas diferentes. Cuando entro a ver qué variedades de lechugas, estoy recibiendo días y días propaganda de dónde comprar lechugas…Eso es algo que, si no eres muy consciente, "¡Mira qué fácil!", y al final terminamos siendo personas más moldeables, más ingenuas porque nos van quitando la capacidad de decidir. En esta función es todo lo contrario. Son tres mujeres que deciden. Quieren volver a un estatus digno; quieren parar esta perversión.  Es una utopía, pero una utopía de la mano de tres mujeres, y esto muy de acuerdo el que los autores pongan a tres mujeres, que son las que toman este control, y, de alguna manera,  intentan liderar esta utopía. Creo que las mujeres tenemos un pacto con la vida y somos muy generosas, porque, a nivel mundial, seguimos dando la vida. Incluso en ese primer mundo tenemos esa seguridad que deberíamos tener. Al final acabarán pariendo los laboratorios, porque cada vez necesitas más generosidad para parir, ser madres y tener crías. También digo, y aquí soy positiva, que precisamente porque vivimos un momento en que todo se mueve, es un momento muy fascinante porque es un momento de cambio.

No es inocente el que los autores hayan escogido a tres científicas. Además de toda la temática expuesta, parece que en el fondo es un modo de reivindicar el papel de la mujer. En este aspecto Magüi quiere subrayar que

la gran científica internacional es una mujer de más de 80 años. Nos parece muy normal que los sabios que reciben premios Nobel, Cervantes…, escritores sean hombres. Es lo habitual. Empiezas a ver fotos y todos son hombres muy mayores. En cambio mujeres "viejas"…, hombres "viejos", sí. Tienen visibilidad y la sociedad les apoya civilmente, económicamente, socialmente, y los Medios de Comunicación, también. Las mujeres no estamos habituadas a este paisaje. Mujeres viejas y sabias las ha habido, las hay, las habrá siempre, pero como dice Virginia Wolf, necesitan una habitación propia (CLICK). Ser independientes y tener una credibilidad por la que, todavía, tenemos que seguir luchando. Esta función es, también, una manera de luchar.

A nivel de dirección Magüi reconoce que no ha sido fácil, ya que no ha sido fácil de explicarlo a todo el equipo, sobre todo el pretender que fuese de

una manera tan esencial y tan depurada como ha sido mi propuesta, pero, la final, has conseguido hacer el mismo viaje que es lo importante.

DIRIGIR A LOLA HERRERA
PARA MÍ EL RESPETO ES ALGO
SIN EL CUAL NO SALGO DE CASA

Lola Herrera a sus 87 años  es ya un icono de la interpretación en España.  Los que lo vemos desde fuera imaginamos que dirigir a una mujer tan sabia en su arte, no debe ser tarea fácil. Magüi considera que éste es un tema interesante.

	LOLA BALDRICH / LOLA HARRERA / ANA LABORDETA
	LOLA HERRERA / ANA LABORDETA
	LOLA BALDRICH / LOLA HARRERA / ANA LABORDETA
	FOTOS: www.madridteatro.net

Simplemente hay que tener un respeto, aunque no siempre lo hay. A mí hay directores que me han llamado "cabrona", que me han insultado…, se creen, como dice el personaje de Ana Labordeta "se creen dioses". Se creen que dirigir es tener más poder. No. El respeto siempre tiene que existir. En este sentido yo respeto exactamente igual al que abre la puerta de un teatro o a la actriz más importante de este país como es Lola. Para mí el respeto e algo sin el cual no salgo de casa. En esta profesión muchas veces falta mucho respeto o ha faltado mucho respeto. Es verdad que yo tengo una edad, pero yo lo he vivido, hasta que llegué a dirigir unos montajes de repertorio en San Petersburgo, y entendí que un actor tiene el mismo valor que un director, el mismo valor que un productor, y que si no le gusta lo que está haciendo, se va a otro proyecto y no pasa nada. Aquí si te vas a otro proyecto, no vuelves a trabajar no sé cuántos años, porque hay otro estatus y otra manera de hacer. Aprendí mucho. El teatro es un tablero de ajedrez: un día eres la Reina, el otro un Peón un Alfil… Eso hablando del respeto.

LOLA ES UNO DE LOS TESOROS QUE TENEMOS,
EN NUESTRO PAISAJE ACTORAL
ACUMULA TANTA SABIDURÍA…

Referente a Lola Herrera, Magüi confiesa que

le tengo una admiración tan grande…, pero haya tanta complicidad…, ya que es la tercera vez que trabajamos juntas. Por supuesto aprendo de ella. Cada ensayo, para mí, es un tesoro cuando la estoy dirigiendo. Además ella acepta perfectamente mi rol de directora, porque la respeto. Sabe que hay una admiración mutua. Ella también cree en mí, y yo en ella. Es uno de los tesoros que tenemos en estos momentos, en nuestro paisaje actoral, y en este caso actrices, porque acumula tanta sabiduría y además es una mujer tan inteligente, tan sensible. Para mí es un  placer, aunque hay momentos duros como siempre, pues el trabajo no es un viaje en una lancha por el mar viendo las olas y la puesta del sol. El trabajo tiene una gran parte de placer cuando te das cuenta de que estás logrando metas, consiguiendo objetivos, pero, a veces, también es muy duro cuando ves que no, y tienes que volver y volver hasta encontrarlo, pero eso  es parte del trabajo.

En el mundo de las compañías de teatro, años atrás, ha habido un tópico: las rencillas y celos entre unos y otros. En la actualidad ha surgido otro tópico distinto: los hemos pasado muy bien y somos una familia. Las tornas han cambiado totalmente.

Tampoco es tan así. No se pasa muy bien. Hay momentos muy duros y no me gusta jugar a caperucitas, ¿qué pasa que caperucita era tonta y no veía la cara del lobo?, pues lo mismo. Claro que se pasa mal y, a veces, hay que resolver muchos mal entendidos. Estamos trabajando con personas, no somos máquinas. Y personas especialmente sensibles, que juegan y trabajan con sus emociones. Yo como directora tengo que tocar muchas teclas. A veces, dirigir es saber escuchar, saber dar seguridad, saber desenredar conflictos. No es nada fácil. Eso de que "lo hemos pasado muy bien", entre comillas. El resultado es estupendo, y se puede decir "lo hemos pasado muy bien", pero es un viaje con muchas curvas y precipicios, pero lo que sí es que ahora esa agresividad de antes ya no existe, entre otras cosas porque es denunciable. Hemos visto cómo grandes directores han sido denunciados por acoso y maltrato y prefiero no dar nombres. En estos momentos si a mí un director me llamara "cabrona" como me han llamado lo denunciaría.

LOLA BALDRICH, jefa del Departamento de psiquiatría

AYUDARLA A SALIR DE LA DESMEMORIA
PARA ENCONTRARSE CON UNA REALIDAD
QUE LE VA A DOLER,

Para Lola Baldrich Adictos es un texto que va más allá de la temática sobre la comunicación-incomunicación y la información-desinformación.

	LOLA BALDRICH FOTO: www.madridteatro.net

Tiene ingredientes de "trhiller",  ingredientes de protesta política, y más. Todo eso metido en una coctelera  donde tres mujeres, finalmente, deciden ir adelante para dar un mensaje sobre una amenaza contra la sociedad.

El tema de la información-desinformación y el mundo de la comunicación Lola lo ve como

el pistoletazo de salida para que luego el espectador cuando salga se haga preguntas sobre lo que trata la obra, sobre las decisiones que toma cada personaje, sobre la evolución de cada personaje en cuanto a una realidad. Está basada en problemas acuciantes de hoy en día, como la desinformación, la no realidad, la no verdad, ser adictos al sistema del bienestar,  y que nadie nos baje de ese burro. Mete el dedo en la herida de algunos conceptos importantes sobre la ética.

Lola Albrich interpreta a una psiquiatra, cuyo comportamiento resulta un tanto ambiguo.  Ello se debe a

los ingredientes de "trhiller" que los sirvo personalmente yo. Es un personaje equívoco, al principio. Se puede pensar, incluso, que es de las fuerzas malas del poder, pero no. Es una profesional, una doctora en psiquiatría, que le llega a sus manos un caso de una amnesia profunda de Estela Anderson que es Lola Herrera, nuestra protagonista. Yo tengo que ayudarla a salir de la desmemoria para encontrarse con una realidad que le va a doler, y unirse a ella para que el mensaje que quiere desvelar la científica, no quede sin lugar a término.

QUE SEA UNA CIENTÍFICA CON MUCHO PODER
ES UNA REIVINDICACIÓN DEL PODER FEMENINO

En el mundo del teatro últimamente se están creando, por motivos de producción, obras a dos o tres personajes, con la peculiaridad de que abunda el tres hombres o tres mujeres. Hay como una división de sexos. Algo parecido sucede cuando se ven en las terrazas de los bares la misma situación. En Adictos son tres científicas y no tres científicos, lo cual parece apuntar a una reivindicación del papel de la mujer. Lola concede que algo de eso hay en la obra pero hay algo más

LOLA HERRERA / LOLA BALDRICH
LOLA HERRERA / LOLA BALDRICH / ANA LABORDETA
LOLA HERRERA / LOLA BALDRICH FOTOS: www.madridteatro.net
LOLA HERRERA FOTOs: www.madridteatro.net

está también la mujer que lidera y que es inteligente, pero que es la mujer mayor. Eso es muy importante y muy bonito. Que Lola Herrera interpreta octogenaria, me parece una rareza. No es la mujer o la abuela o la mater familias. Es una científica con mucho poder. Aunque sea transversalmente y no sea intencionado, es una reivindicación del poder femenino. Lo que llaman ahora, y no me gusta ese término, empoderamiento. No obstante eso de que sea por una lado las mujeres y por otro los hombres, me preocupa un poco. Creo que todos conceptualmente vamos cogidos de la mano por el mismo camino.

TODA ESA AVALANCHA DE CONSIGNAS
SUPONE UN BAMBOLEO DE VALORES

Al margen de la obra, en este marasmo de información-desinformación que ha generado las redes sociales, Lola Baldrich se siente

optimista, porque lo soy de base, pero empiezo a estar un poco asustada. Aparte de actriz, soy madre. Entonces toda esa información, toda esa avalancha de consignas,  que nos lanza la sociedad, que a la vez nosotros construimos, supone un bamboleo de valores, y eso sí que me hace plantearme preguntas: ¿A qué nos vamos a agarrar para saber cuál es la profunda verdad? ¿Cómo le vamos a transmitir a las generaciones venideras que no se salgan del tiesto de esa verdad? ¿Cómo agarrarse a la verdad profunda de los valores: de la solidaridad, de la colaboración, de la ética, de la moral, porque este supuesto ejercicio de libertades, que podemos llegar a todo y todo nos llega, creo que es un ejercicio de pérdida de libertad. Se da esa contradicción. Como mujer, como madre, como profesional, como conciudadana me hago todas esas preguntas. No quiero asustarme, pero quiero estar alerta. Hay una necesidad de estar alerta y cuidar el cultivo humano. Dar la mano a quien se esté perdiendo o que me la den a mí, si me pierdo.

Este deseo personal de Lola como utopía, en la obra se apunta, aunque

está más claro el hecho de la denuncia, con un control de la sociedad a través de robarnos datos, de perder identidades, de alienarnos, de someternos a todos a una estandarización. Eso lo apunta la obra y abre un poco el melón de la denuncia. Nos contaban los autores que empezaron escribir la obra hace dos años,  que la barajaron mucho, pues la serie de acontecimientos como la Pandemia, la guerra de Ukrania, parecía que iban como por delante de lo que ellos querían contar. Expiraba la novedad. 

NO SABEMOS DÓNDE ESTÁ LA VERDAD

Nos ha tocado contemplar la guerra Rusia-Ukrania, lo cual ha traído como una perversión del lenguaje. Rusia habla de defensa y sus solados son Héroes. Ukrania habla de crímenes y sus soldados son víctimas. A estas dos posturas se ha asociado el resto del mundo. Tales puntos de vista tan opuestos crean en el ciudadano de a pie un desconcierto y, tal vez, ir en busca de una verdad más cercana a la objetivad.

Lo bueno de esto es el no creértelo. Ya en noticias menos transcendentes te cuenta una cosa, unos de una manera y otros de otra. "Ha sido un éxito la cumbre de la OTAN en Madrid. Está superbien hecho y va poner a España en…" Otra noticia: "Un desastre. Lo único que ha hecho es consumir el dinero que estaba en nuestras arcas, empobrecer el País y la ciudad de Madrid. ¡Qué mala gestión! ¡Qué mal momento de elección!"  Yo no soy política. Como ciudadana manejo conceptos políticos, pero no estoy metida en todas las tramas ¿Con cuál me quedo? ¿El mejor acierto o la mala gestión? No sé a qué carta quedarme. ¿Qué pasa? En temas que me interesan, profundizo, pregunto, me informo. A mi edad, mi trayectoria me ha hecho conocer un amplio abanico de gente que sé que no me va engañar en temas que ellos controla, pero para un chico de 20 años ¿con qué se queda? ¿Dónde está la verdad? Cuando yo era una niña te daban una única verdad y esto no debe ser. En las décadas posteriores las verdades eran casi las del individuo. Cada individuo tenía su propia verdad y eso es una maravilla. Es la libertad. O sea que tú eres importante también para opinar, para decidir, para autodefinirte. Ahora hemos dado otra vuelta de tuerca, no sabemos dónde está la verdad. Esto me preocupa. También puede ser una línea de madurez del individuo para que él se forme su opinión.