ESPERANDO A GODOT autor SAMUEL BECKETT dirección ANTONIO SIMÓN intérpretes PEPE VIYUELA,  ALBERTO JIMÉNEZ,  FERNANDO ALBIZU, JUAN DÍAZ,   JESÚS LAVI en el TEATRO BELLAS ARTES de MADRID Edad recomendada: mayores de 14 años (Esta recomendación no impide el acceso a la sala.) Del 21 de noviembre de 2019 al 5 de enero de 2020

En 1953 se estrenaba en París Esperando a Godot. Samuel Beckett, su autor, era un desconocido y la obra desconcertó. A partir de entonces el título se ha ido representando en los escenarios del mundo. En España llegó en 1967 Esperando a Godot. Reseña 1967. Crítica.  (CLIKEAR) Desde entonces la obra circuló por teatros oficiales y grupos independientes:

(CLIKEAR)(CLIKEAR)(CLIKEAR)(CLIKEAR)(CLIKEAR).

	FERNANDO ALBIZU / JUAN DÍAZ / ALBERTO JIMÉNEZ / PEPE VIYUELA FOTO: www.madridteatro.net

En 2013 llegaba al Teatro Valle Inclán, como producción del Centro Dramático Nacional (CDN) y dirigido por Alfredo Sanzol. La obra calificada de incomprensible y de que nada pasaba fue contestada por Alfredo Sanzol en este montaje declarando:

"quisiera  remover dos prejuicios. El primero es "que no se entiende y es aburrida", y el segundo "que no pasa nada". Quiero mostrar que se entiende todo lo que pasa y que es más racional de lo que parece: primero porque el ser humano es el absurdo, segundo porque pasan pequeñas cosas e importantes. La obra quiere iluminar la naturaleza del ser humano, tiene regularidad y maestría, es comprensible, es coherente, racional y objetiva. Es decir todo lo contrario del absurdo. Lo que hace la obra es contar que el ser humano es absurdo. Que el ser humano es irracional, extravagante, contradictorio, arbitrario y disparatado. Llamar a esta obra absurda es realmente lo absurdo".

Ahora, en el 2019, este proyecto nace por las ganas que tenía el director Antonio Simón de dirigir este texto. Durante mucho tiempo intentó que lo produjese el Teatro Español y la final habló con Jesús Cimarro y  se interesó por el proyecto. Antes de llegar a Madrid se ha estrenado en Avilés el 8 de octubre. Le siguió en Logroño el día 15 de octubre y ahora llega a Madrid. Ya en Logroño pudieron comprobar cómo ante un grupo numerosos de jóvenes la obra les llegaba totalmente: aplaudieron mucho, se rieron mucho. 

ESPERANDO A GODOT en la temporada 2019 /20

ANTONIO SIMÓN FOTO: JAVIER NAVAL

Antonio Simón, ha centrado la dirección teatral en autores del siglo XX. Su actividad se ha desarrollado en la dirección teatral, el mundo académico y la docencia. Ha obtenido diversos premios.

Tengo la satisfacción de ser el primer director que ha escenificado en España a autores como: J. Pommerat, D. Keene, G. Tabori, D. Harrower, J. Fosse. Además, he puesto en escena clásicos como Sófocles y Lope de Vega. Al igual que mi pedagogía, mi poética se basa en el trabajo con los actores como fundamento de mis escenificaciones. He desarrollado mi carrera en teatros públicos, festivales y salas alternativas.

Referente a Esperando a Godot la considera un clásico del siglo XX y se encuentra en el imaginario colectivo.

La fuerza, el humor, la poesía, la ternura, el dolor, la risa que nos transmite esta obra, metáfora de la vulnerabilidad y el coraje del ser humano, siguen vigentes. El público merece ver representada esta maravilla. Una obra que Beckett definió cómo horriblemente cómica. 

Los personajes son Estragón, Vladimir, Pozzo, Lucky, y el Muchacho, a los cuales Antonio Simón los ve llenos de

raudales de humanidad en personajes desamparados, errantes, desacoplados, que nos recuerdan que el ser humano, aun en situaciones muy difíciles, es capaz de levantarse o por lo menos como hace Estragón en el final de la obra, de volverse a poner los pantalones, que, a falta de cinturón, se ata con una humilde cuerda. Un espectáculo fundamentado en la humanidad y comicidad de sus sensacionales actores, en la palabra y el espacio, en la poesía y el humor.

La situación que Beckett plantea, aparentemene, es sencilla:

Dos amigos (Estragón y Vladimir), casi hermanos, una extraña pareja que mientras están esperando, hablan, discuten, juegan, se desafían, se reconcilian, se aman, se repelen. Llega otra extraña pareja (Pozzo y Lucky), aún más extraña, el juego se diversifica. Godot no llega, pero llega su emisario (muchacho).

ALBERTO JIMÉNEZ ES VLADIMIR
NUNCA ME HABÍA ATREVIDO A HACER
NINGUNO DE LOS PERSONAJES

	ALBERTO JIMÉNEZ / PEPE VIYUELA FOTO: www.madridteatro.net

Es la primera vez que Alberto Jiménez interpreta Esperando a Godot.

Nunca me había atrevido a hacer ninguno de los personajes. Me parecen dificilísimos. Nunca tuve oportunidad de hacerlos ni siquiera en ninguna escuela de arte dramático en las que  he estudiado. Es la primera vez. En un principio iba a hacer el personaje de Lucky, que es un personaje maravilloso, pero Vladimir es otro hito en la historia de los personajes de teatro. Por diversas circunstancias los actores que lo podía interpretar no estaban disponibles. De todo modos hubiera sido muy feliz de hacer Lucky.      

"¡FALTA EL SEGUNDO ACTO!"

Cuando la obra se estrenó en España en 1967 (CLIKEAR), no dejaba de ser enigmática para el público de entonces. Al finalizar el  primer acto, el público creyó que la obra terminaba y se iban. Los actores tuvieron que salir a buscar al público: "¡Falta el segundo Acto!".

Es alucinante esa anécdota, porque nosotros tenemos la sensación de que después del primer acto, "Eso se ha acabado", porque son dos obras en una: el primer acto y el segundo, el cual es muy peculiar. Tiene un anticlímax a mitad del acto y es un viaje extraño. Es un texto que al tener una gira larga después de estar en Madrid, tienes la oportunidad de poderle sacar mucho que está oculto y que hay que ir desbrozando. En los años setenta y ochenta era un texto obligado en los grupos de teatro universitario. Es la obra más representada del siglo XX y todos los años se hace un Esperando a Godot en España y fuera de España.
 

ALBERTO JIMÉNEZ / PEPE VIYUELA FOTO: www.madridteatro.net
FERNANDO ALBBIZU / ALBERTO JIMÉNEZ FOTO: www.madridteatro.net

Esperando a Godot ha soportado el sanbenito de obra incomprensible.  Al tenerla que interpretar Alberto afirma que se le ha hecho  indudablemente

más comprensible. Ahora que llevamos un tiempo ensayando, la hemos estrenado y estudiado afondo, es una obra que habla de lo cotidiano, de lo que nos pasa a cualquiera de nosotros en nuestras vidas. Un dato que nos dio Antonio y que  me parece muy interesante el decirlo y pensarlo, es que  cuando lo escribió Samuel
Beckett no era el  Samuel Beckett del teatro del absurdo. Era un señor sin más. El que se convirtiese en referente del teatro del absurdo vino después, pero cuando la escribió era sólo una obra y no una obra  del teatro del absurdo. Es una etiqueta que  le vino después. Creo que  hay muchas cosas que estamos descubriendo que son cotidianas, de las relaciones de las personas, de las parejas a lo largo del tiempo, sobre la vida y la muerte, sobre el movimiento de la vida cuando uno muere y nace. Habla de cosas que están muy cerca de nosotros.

Una de las cualidades que Alberto destaca en la dirección de Antonio Simón, es que deja que el texto y los actores hablen.

Interviene lo mínimo posible para que se cuente de la manera más eficaz posible. En un texto como éste, no hace falta darle la vuelta. Con decirlo y jugarlo basta. Hay frases que vas descubriendo, dices "¡Qué fuerte!". Además está todo muy encadenado, porque ves que lo que dices en un momento es porque hace tres hojas decía una frase que  está conectada con esta otra. Son hilazones que vas descubriendo conforme hacemos la obra.

¿VOLVER AL TEATRO DEL ABSURDO?

En estos años se ha recurrido a títulos de el Teatro del absurdo: El Rinoceronte (CLIKEAR) de Ionesco (CLIKEAR), Tres sombreros de copa (CLIKEAR) de Miguel MIhura, Jardiel Poncela… Parece como si se estuviera redescubriéndolo y encontrándole nuevas claves

	FERNANDO ALBIZU / PEPE VIYUELA FOTO: www.madridteatro.net
	ALBERTO JIMÉNEZ / PEPE VIYUELA FOTO: www.madridteatro.net

No sabría decirlo. Nuestra  propuesta es acercar el texto al público y no quedarnos en esta etiqueta de teatro del absurdo, sino descubrir las cosas del día a día y tan cercanas a nosotros y que están en el texto. No creo que  haya una  tendencia artística de retomar el teatro del absurdo por alguna razón. La mayoría de ellos son textos maravillosos y merecen ser representados. Puede ser que, ahora, como  vivimos una situación política, social y económica del país y del planeta tan absurda, a lo mejor buscamos, también, la clave  de lo que nos sucede en esos textos, en los que, tal vez, hay mucha premonición de lo que nos pasa, pero no creo que haya una corriente artística de retomar el teatro del absurdo.    

Al retomar la idea de que en su origen no tenía la etiqueta del teatro del absurdo, este montaje ha abordado el texto bajo el prisma de la comedia.

hay mucha comedia tipo "clown", y las dos veces que lo hemos representado y les ensayos con amigos, coinciden en que ese humor de "clown", que está en muchos de los momentos ayuda a contar esta historia que, aparentemente, es tan hermética cuando lo lees por primera vez. Luego empiezas a releerlo y si lo llevas a ese lugar del humor, empiezas a descubrir cosas que les pasan a los personajes que te tocan y nos tocan. Hay frase que  yo digo que "¡Ostras! esto lo podría decir cualquier personaje de cualquier texto escrito hoy en día". 

EL GORDO Y EL FLACO
TRAS ESTRAGÓN Y VLADIMIR

Estos Estragón y Vladimir rozan, a nivel plástico, la mendicidad y apuntan tonos de "clown". Para la construcción de estos personajes se han inspirado en

la pareja del gordo y el flaco, es la que nos sugirió Antonio al principio de los ensayos, tanto por parte de Pepe Viyuela como la mía. Esa pareja en la que se  necesitan el uno al otro y son complementarios. Son iguales, pero a la vez opuestos. También el concepto de vagabundos, que está en la mayoría de las puestas en escena, porque así  lo sugiere Samuel Beckett en sus acotaciones. Referente al punto de "clown", Pepe es uno de los mejores "clowns" de este país y el director le ha pedido que trabaje un poco con ese color.  No somos payasos, pero sí que  tengamos ese eco y los recuerde para  que ese "clown" facilite el tránsito por  todos los lugares por los que ellos viajan. Aquí hay momentos de Gila, La vida de Bryan… Seguro que Gila se leyó Esperando a Godot antes de hablar por teléfono (bromea Alberto). 

UN REGALO TRABAJAR CON PEPE VIYUELA

	PEPE VIYUELA / JUAN DÍAZ FOTO: www.madridteatro.net

Con Pepe ya había trabajado hace muchos años en el Teatro de la Abadía, en el Retablo de la avaricia, la lujuria y el amor, pero no había vuelto a trabajar juntos.

Cuando hicimos Retablo trabajamos muy bien y Pepe es un actor maravilloso y es un regalo trabajar con él. Está todos los días creando, creando, creando y proponiendo, algo que le viene muy bien a este proyecto porque hay una dinámica interior, que  a pesar de que aparentemente no pasa nada, tiene que haber, de alguna manera, una acción interna que la historia fluya y continúe hacia no se sabe dónde.       

Alberto nunca había trabajado profesionalmente ese color de "clown", pero

teniendo a Pepe como compañero, lo que hay que  hacer es seguir lo que  él va sembrando e irlo recogiendo en la medida de mis posibilidades. Me ha costado, pero Antonio, con el que trabajé en Himmelweg,(2004) (CLIKEAR) de Juan Mayorga , una obra que se estrenó en el Teatro María Guerrero, tiene una virtud: lo hace muy fácil. No te complica en cuanto acotaciones y te deja hacer. Te va corrigiendo poquito a poco  y casi sin que te enteres. Ha sido un proceso que no lo he sentido como difícil y farragoso. Ha sido divertido aunque laborioso. Es un texto largo en donde suceden muchas cosas, aunque, aparentemente, no pasa nada. Eso para una obra de teatro es nefasto. El segundo acto hay un momento en que es anticlimático. No se trata de hacerlo más ágil ni más rápido, sino que te vas a encontrar lo que  Beckett plantea. De repente la función se para y nos encontramos en un espacio donde, realmente, no pasa nada. Parece que la propuesta escénica falle, pero no es que falle, sino que Samuel Beckett quería llevarlo a ese extremo, y, luego, a partir de ahí  abre una puerta y a ver hacia dónde se dirige el final de la obra. Es dejarte llevar a partir de esa nada y ver lo que sucede. 

DOS VÍAS DE TREN INERTES

	JUAN DÍAZ FOTO: www.madridteatro.net

La escenografía en los diversos montajes de Esperando a Godot,es un tanto imprecisa, salvo un árbol seco,  un cruce de caminos, una especie de desierto… En esta ocasión Paco Azorín ha diseñado una vía de tren con un desvió que se  trunca. Al árbol no se renuncia, y también se  cuenta con una cortina veneciana que desciende en un cierto momento.

Hay una propuesta en la que Estragón y Vladimir  son dos refugiados. El texto lo escribió después de  la segunda guerra mundial y, en esa época, había muchísimos que habían perdido su hogar y estaban deambulando hacia ningún lugar. No tan explícito, pero Paco, ha querido indicar que son dos refugiados, lejos de su hogar y lugar de nacimiento. Están perdidos en un lugar que no se sabe muy bien. Un cruce de caminos que no lleva a ninguna parte, y están a la espera de que venga ese famoso Godot a que les pueda decir  hacia dónde tienen que seguir en su camino. Las vías de tren tienen que ver  un poco con las vías de tren de Auschtwitz. Paco Azorín nos enseñó algunas fotografías en las que se había inspirado y son vías que nos conducen hacia Auschtwitz. En la obra se habla de fosas comunes que, en la obra, tienen que ver con Auschtwitz, pero aquí en España tiene que ver con la guerra civil y lo que sucedió después.  Todo esto no es de una manera muy explícita, pero a nivel de evocación en el imaginario del espectador.

En el texto Samuel Beckett  especifica: Primer Acto: Camino en un descampado, con árbol. Atardecer. Segundo Acto: Al día siguiente, el mismo lugar. El árbol tiene algunas hojas.

Las vías del tren son muy evocadoras, pero al estar un poco levantadas, precisa Alberto

son difíciles y duras para nosotros, pues conllevan cierto peligro, pero al ser este teatro pequeño nos ayudan mucho a tirarnos encima del espectador.  

EL ACCIDENTE DE ALBERTO JIMÉNEZ. MUY AGRADECIDO A LA SANIDAD PÚBLICA PORQUE ME HAN SALVADO LA VIDA Y HAN SALVADO MI CUERPO      ALBERTO JIMÉNEZ FOTO: JAVIER NAVAL Alberto Jiménez hace unos dos años tuvo un grave accidente de moto. Un coche le embistió. Su pronóstico fue grave, y se siente totalmente recuperado aunque con algunos tornillos en el cuerpo. Esperando a Godot es su primer montaje a nivel de gran formato, pero ya ha interpretado una pieza con una creadora, Patricia Ruz, que se llama Kapow, que estuvo en el Teatro Pradillo unos  tres días en el Festival de Otoño, y una intervención en Un roble (CLIKEAR) que se presentó en el Teatro de la Abadía al principio de temporada. Después del accidente, Esperando a Godot está siendo un regalo de la vida fantástico, porque volver después de casi dos años sin trabajar debido al accidente  y volver haciendo Vladimir no podría maginar mejor regreso que éste. Fue largo. Seis meses haciendo rehabilitación todos los días. Estoy muy agradecido, y, aunque no venga a cuento, siempre  lo digo: muy agradecido a la Sanidad Pública porque me han salvado la vida y han salvado mi cuerpo. También a Fremap por el trabajo que hice en Majadaonda con la Fisio que me tocó. Estuvimos todos los días 6 horas durante 6 meses, y estoy aquí gracias a los médicos del  Hospital Clínico y a los fisios y médicos del Fremap.

LOS INTÉRPRETES

El resto de reparto lo conforman: Pepe Viyuela (Estragón),  Alberto Jiménez (Vladimir),  Juan Díaz (Lucky),  Fernando Albizu (Pozzo),  Jesús Lavi (Muchacho) Fernando Albizu, interpreta a Pozzo. En opinión de Alberto es como si Beckett

hubiera escrito la obra para Fernando Albizu. Es que es Pozzo. Es tal cual. Se  lo puede imaginar uno cuando lee el texto, pero no solo físicamente - es orondo - sino por su manera de actuar. Es grande, grande y es algo que le viene muy bien al personaje de  Pozzo.

Pozzo tiene un esclavo: Lucky , cuya interpretación recae sobre Juan Díaz (CLIKEAR)

PEPE VIYUELA	FERNANDO ALBIZU	JUAN DÍAZ	JESÚS LAVI

FUNCIÓN
Miércoles a viernes: 20:00h.
Sábados: 19:00h. y 22:00h.
Domingos: 19:00h.

PRECIO
De 28 €  a 24 €

	ALBERTO JIMÉNEZ / PEPE VIYUELA / JUAN DÍAZ / FERNANDO ALBIZU / JESÚS LAVI FOTO: www.madridteatro.net

Título: Esperando a Godot
Autor: Samuel Beckett
Diseño de escenografía: Paco Azorín
Diseño e iluminación: Pedro Yagüe
Vestuario: Ana Llena
Espacio Sonoro: Lucas Ariel
Ayudante de dirección: Gerard Iravedra
Productor: Jesús Cimarro
Intérpretes: Pepe Viyuela (Estragón),  Alberto Jiménez (Vladimir),  Juan Díaz (Lucky),  Fernando Albizu (Pozzo),  Jesús Lavi (Muchacho)
Dirección: Antonio Simón
Duración: 110 minutos aprox
Estreno en Madrid: Teatro Bellas Artes, 21 - XI -2019

Más información      Esperando a Godot. Beckett-Juan Díaz        José Ramón Díaz Sande Copyright©diazsande

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