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LOS CUERPOS PERDIDOS
dramaturgia JOSÉ MANUEL MORA
dirección CARLOTA FERRER
intérpretes CARLOS BELUGA, JULIA DE CASTRO, CONCHI ESPEJO, VERÓNICA FORQUÉ, DAVID PICAZO, PAULA RUIZ, CRISTÓBAL SUÁREZ, JORGE SUQUET, JOSÉ LUIS TORRIJO y GUILLERMO WEICKERT
en el TEATRO ESPAÑOL (SALA PRINCIPAL) de MADRID
Del 1 al 25 de noviembre de 2018
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Los cuerpos perdidos es producción del Teatro Español, algo que Carme Portaceli, directora artística del Teatro Español, reivindica a pesar del apretado cinturón del presupuesto. Su autor José Manuel Mora agradece la colaboración del director artístico del Teatro Calderón de Valladolid por confiar en su texto que reconoce que
- no es un texto nada complaciente, escrito con el candor y la perversión del que no aspira a estrenarlo en el momento en que lo escribe. Parte del asesinato de mujeres para hablarnos de la semilla de maldad que todos llevamos dentro y que aparece. El conflicto del texto es un conflicto principalmente moral, que podríamos resumir así: "hasta qué punto todos nosotros no formamos parte de alguna manera, real o simbólica, de unos crímenes que utilizan, que se sienten de la extrema necesidad y fragilidad en las que se ven envueltas muchas mujeres que trabajan en fábricas de electrodomésticos, en cuanto nosotros nos apropiamos de esos electrodomésticos, y, de alguna manera, nos apropiamos , también, de su dolor y fragilidad".
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JOSÉ MANUEL MORA FOTO: www.madridteatro.net |
Tal reflexión queda patente, según José Manuel, en una de las escenas en que un personaje dice al otro:
- "¿Acaso soy más culpable yo de llevar a las niñas a un descampado que los miles de mexicanos - podríamos decir españoles - que golpean a sus mujeres?" El otro personaje dice: "Sí, porque nosotros podemos elegir" Este conflicto lo vivo yo cuando viajo allí con objeto de escribir un texto inspirado en estos crímenes. Una vez allí me planteo la siguiente pregunta:¿Hasta qué punto no formo parte de estos crímenes, en tanto y cuanto me voy apropiando de todo este material para escribir un texto de teatro.
Tal dilema le golpea a José Manuel Mora y se vislumbra en el texto. Al compartirlo con el público sobre un escenario hace que se sienta más liberado, pero ello no es óbice para pedir perdón personalmente
- a las mujeres que sufrieron las aberraciones impensables de todos aquellos que se apropiaron de sus cuerpos para, sencillamente, disfrutar y como dice uno de los personajes: "Para que unos cuerpos disfruten, otros tienen que desaparecer, otros tienen que ser transformados en objetos". Ninguno de nosotros estamos a salvo en tano y cuanto nosotros somos esclavos de nuestros propios demonios y de esto habla, realmente, Los cuerpos perdidos. De cómo el hombre se apropia del miedo y la necesidad del débil para contribuir a su propio beneficio. Me siento muy afortunado de escuchar el texto en los cuerpos de estos actores, artistas. Me siento, también, afortunado de poder contar con una directora que cada día me sorprende más y me hace descubrir nuevos sentidos del texto y para concluir: En tiempos donde triunfan Trump (EEUU) y Bolsolaro (Brasil), creo que, afortunadamente, el teatro seguirá siendo un espacio de resistencia y de construcción comunidad para vencer el odio y la barbarie.
LA PREHISTORIA DEL TEXTO
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FOTO: SERGIO PARRA |
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Todo comenzó en la Universidad de Amsterdan donde José Manuel Mora cursaba un Master, a la vez que anímicamente se sentía un tanto cansado de ciertas manifestaciones del Teatro Contemporáneo.
- absolutamente endogámicas, absolutamente formales, absolutamente complacientes con el sistema de la modernidad europea, que a su vez me ha aportado mucho. Vi las noticias de los crímenes de Ciudad Juárez y no sé por qué, pensé que una buena posibilidad era ir allí a enfrentarme a una realidad primordial, arquetípica, alejada de cualquier posibilidad endogámica de representación.
Solicitó un beca y se la concedieron. Fue a México y accedió a todo una información desgarradora de Amnistía Internacional. Al leerlo pensó que no podía hacer nada porque ya estaban los informes delatándolo.
- Pensé no escribir una obra de teatro sino hacer una crónica social. Pero hay una crónica social maravillosa de Sergio GonzálezLos huesos del desierto(Edit. Anagrama) Es un texto exhaustivo que recoge la dimensión antropológica, metafísica, económica, de los crímenes de mujeres. Curiosamente este hombre no puede hablar de la paliza que le dieron por decir la verdad. Decidí que nada tengo que hacer con ese material y me dije:"Devuelvo el dinero de la beca y me voy para mi casa".
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FOTO: SERGIO PARRA |
En ese momento una noche con un grupo de mujeres que luchaban por sacar adelante todo esto en la plaza Garibaldi, tomando unos tequilas, sonó la ranchera ¡Mátalas! de Alejandro Fernández que dice:
- "Si quieres disfrutar de sus placeres / cómprate una daga si prefieres / y vuélvete asesino de mujeres". Las mujeres que estaban conmigo empezaron a cantarla con la más absoluta normalidad. Me di cuenta de la complejidad del asunto: de la cantidad de capas y hasta qué punto esa violencia había permeado en todos los estratos de la sociedad. Entonces vi una posibilidad de clave: enfrentarme a la escritura desde el punto de vista de alguien que viene de fuera. Creé un personaje que se llama Jo y empieza a vivir allí y necesitar de ocupar un lugar en ese sistema del que comienza a formar parte. Un sistema corrupto y mafioso del que todos juegan con el miedo y la necesidad de todos, y por tanto todos están de alguna manera implicados. Allí todo el mundo conoce el nombre de los asesinos, lo que pasa es que no se puede decir. Tú puedes mencionar y hacer una performance con los miles de nombres de las víctimas, pero no puedes mencionar quiénes son los asesinos. La obra trata, también, de cómo asumir esto.
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FOTO: SERGIO PARRA |
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Para José Manuel no le es fácil de encontrar históricamente la causa de tal situación en la Conquista, por falta de conocimientos históricos, pero se remite a una anécdota:
- algunas personas elogiaban la Conquista e incluso eran terriblemente clasistas, una conciencia de clase que yo aquí no había vivido, quizás porque soy de clases humildes. Una conciencia clasista tremenda con los mismos mexicanos de procedencia intrínseca. Lo que sí, siempre, tiene que ver con la necesidad y con la economía claramente. En el momento en que ese señor para alimentar a sus hijas tenía que aguantar eso, pues…
En este contexto de denuncia Carme Portaceli trae a colación una anécdota con motivo de la incursión en el Bar Gay Orlando (Florida, EEUU).
- no solamente es una cuestión económica. Después del atentado al Bar Gay Orlando, que salió en la televisión contantemente porque, lógicamente, era una salvajada, comenzaron a tirar tiros a los gay que estaban en el bar, dos o tres días después, casualmente, vi en la televisión a 19 mujeres metidas en jaulas en una ciudad de Irak y las quemaban vivas porque se habían negado a tener sexo con los yihadistas. Solamente la vi una vez, la de Orlando la vi 350 veces. Esa una vez. Se ve que no valía la pena. Finalmente somos ciudadanas de quinta.
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CARLOTA FERRER FOTO: www.madridteatro.net |
Ante tal tema de barbarie, José Manuel siente una responsabilidad porque
- trato de escribir un texto con un material que ha sido resultado del dolor de otras personas. Quizás la escritura sea en parte esto: coger los restos del dolor, lo que sobra de otro y transformarlos en otra cosa. Sí siento un gran sentido del pudor y vergüenza. Lo que sí es que cuando oigo los textos en boca de los actores me pregunto ¿cómo he podido escribir esos textos? En ese momento escribía con una libertad absoluta y sigo intentando escribir con esa libertad.
Carlota Ferrer se ha planteado la dirección como una pesadilla de la belleza del mal.
- Cómo los seres humanos nos sentimos atraídos por el mal y de la barbarie, que está en todos nosotros. Sin embargo ha sido un proceso onírico en cuanto a lo bien que lo hemos pasado. La colaboración en la creatividad, la imaginación, la libertad de trabajar en este espacio, y como decía José Manuel, el arte, todavía, es el reducto donde podemos retratar el mundo y donde nos hacemos más humanos. Esa es la ambiciosa intención.
Lo más interesante que Carlota ve en el texto es que José Manuel no pone como protagonista a un héroe.
- Hubiera sido muy fácil reescribir documentalmente o ficcionar un tema documentado como es éste a través de un protagonista que aparece como personaje en la función, interpretado por David Picazo que es inspiración de Sergio González, escritor de los Huesos del desierto y que toda la historia girara en torno a esta persona, que es una visión buenista y rescatara la visibilidad de este tema desde el bien. Sin embargo José Manuel se pone en aquel ser humano que, por las razones que sean, estamos atraídos por el mal. De lo que habla la función no es de que hay estos malos y estos buenos, sino de que todos tenemos una atracción al mal que tenemos que doblegar, pero que está en todos nosotros. Todos estamos en peligro según el contexto social y económico, religioso, de la índole que sea, de formar parte de la barbarie. Eso, en pequeña escala, lo hacemos cada día. Eso es lo interesante y subversivo del texto: no ha elegido documental, simplemente, las historias de las víctimas, que ya es importante, sino que nos hace empatizar con un personaje que directamente forma parte de la barbarie. Para entender el mal hay que considerar que está en nosotros y no es algo que está fuera por lo que hablamos de los otros. Mirémonos y veamos lo que podemos construir a partir de ahí.
- El tema de Ciudad Juárez - precisa José Manuel - es la anécdota para hablar del viaje de un hombre hacia la locura. En el momento en que quiere pertenecer a una sociedad determinada comienza a trasgredir estos límites y termina formando parte de esa barbarie. Ciudad Juárez es el referente concreto, pero aspira a ir más allá. No es una crónica social de lo que ocurre en Ciudad Juárez.
EL ESPACIO ESCÉNICO Y EL VESTUARIO
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FOTO: SERGIO PARRA |
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El espacio escénico es de Mónica Boromello y parte de la idea de "pesadilla", según Carlota, con lo cual juega con distintos espacios: dos salas de fiestas, un vertedero, el desierto, una cárcel. La idea inicial era hablar de los cuerpos perdidos y hacer un espacio que evocara la piel y todo lo que sufre.
Leandro Cano se ha encargado del vestuario, al que califica de "cierto riesgo". Combina la tristeza con estampados coloristas y ornamentaciones con muchaalegría interna.
DANZA Y MÚSICA
Carlota Ferrer no gusta de considerar escenografía, vestuario y música como elementos aislados sino
- como herramientas expresivas que conviven al servicio de la historia. Ha sido un proceso de entrenamiento y hemos estado todos los días entrenando y danzando con Ana Erdozain, que nos asesora en la danza, al verlo desde fuera. Guillermo Weickert es un bailarín maravilloso y también actor.
La música es como el color en cuanto que en México es muy alegre y divertida.
- Todo los actores tocan, cantan en directo y no se puede estar mejor. Hay espacios sonoros de Sandra Vicente del desierto, del viento, de las abejas, del mundo seco del vertedero, de la suciedad…Todo eso está en contraste con esas músicas alegres que están revisitadas.
José Manuel añade que hay muchos momentos del texto difíciles de contar y se llega
- a través de la música y del cuerpo. De hecho hay una escena, especialmente, muy física que están contando a lo que el lenguaje no puede llegar.
Los personajes son 17 interpretados por 10 actores: Carlos Beluga, Julia de Castro, Conchi Espejo, Verónica Forqué, David Picazo, Paula Ruiz, Cristóbal Suárez, Jorge Suquet, José Luis Torrijo y Guillermo Weickert.
FUNCION De martes a sábado: 20:00h. Domingos: 19:00 h.
PRECIO De 22 € a 4€
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FOTO: www.madridteatro.net |
Título: Los cuerpos perdidos Dramaturgia: José Manuel Mora Coreografía: Carlota Ferrer Diseño de escenografía: Mónica Boromello Diseño de iluminación: David Picazo Diseño de vestuario: Leandro Cano Diseño sonoro: Sandra Vicente Asesoría de danza: Ana Erdozain Fotografía: Sergio Parra Ayte. de dirección: Enrique Sastre Ayte. de escenografía: Miguel Delgado Ayte. de vestuario: Carol Gamarra Una producción de Teatro Español en colaboración con el Teatro Calderón de Valladolid. XVIII Premio SGAE de Teatro 2009- Mejor texto teatral. Intérpretes: Conchi Albiñana, Carlos Beluga, Julia de Castro, Verónica Forqué, David Picazo, Paula Ruiz, Cristóbal Suárez, Jorge Suquet, José Luis Torrijo, Guillermo Weickert Dirección: Carlota Ferrer Duración: 2 horas Estreno en Madrid: Teatro Español (Sala Principal), 1 - XI - 2018
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