El encuentro. Crítica Imprimir

 EL ENCUENTRO
LA NOCHE MÁS FRÁGIL DE LA TRANSICIÓN
ESTRECHAR LA MANO, MÁS QUE UN SALUDO

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   EDUARDO VELASCO / JOSÉ MANUEL SEDA
FOTO: JULIO LEÓN

El encuentro es un texto que tras la defunción de Adolfo Suárez, cobra mayor interés por aquello de la actualidad. Los que vivimos aquellos años supimos, de lejos, acerca del modo cómo integrar el Partido Comunista en esa incipiente democracia española. Aunque es cierto que la mayoría de la población no deseaba otros cuarenta años, como los vividos, y se apuntaba a los nuevos aires democráticos, para algunos todo tenía un límite. Democráticos sí, pero con reticencias a ciertos movimientos políticos y en concreto al Partido Comunista , sobre el que se lanzaban todo tipo de anatemas por una ultraderecha, e incluso por una derecha más moderada. Entre las izquierdas y las derechas intentaba situarse UCD (Unión de Centro Democrático), partido en el que se enrolaron todos aquellos que optaban por los aires nuevos, incluida una sensibilización más socialista,  pero sin pasarse. Quedaba un problema sin resolver: ¿Cómo integrar al Partido Comunista, los rojos como los llamaban, en esta nueva andadura, sin exasperar a una gran parte del personal. Ese es el punto de partida de El Encuentro: En un chalet, en mitad de la sierra, se han dado cita el Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y el líder del entonces Partido Comunista, Santiago Carrillo. sin testigos ni vigilancias.

La urgencia de tal legalización, aparte de las buenas intenciones por parte de UCD y de Adolfo Suárez, si se quería ser consecuente con la naciente democracia española en donde deberían caber todos los españoles, se maliciaba, por algunos sectores, tener sentido común: dejar en la clandestinidad al Partido Comunista era mitificarlo y lanzarlo por la vía del victimismo.   

Eduardo Velasco - intérprete de Santiago Carrillo - concibe esta anécdota y es  Luis Felipe Blasco Vilches, quien escribe una función planteada como ring de boxeo, y también como partida de ajedrez. Ambos contrincantes juegan su baza, pisándose los talones y echándose a la cara el pasado de uno y otro: Adolfo Suárez proveniente de ser estrecho colaborador con el Gobierno Franquista, y Santiago Carrillo consentidor de Partido Comunista Staliniano y último responsable, aunque no ejecutor, de la matanza de Paracuellos del Jarama. Ambas acusaciones son las que pululaban también entre la población.

A lo largo de la obra vamos conociendo los caracteres y posturas ideológicas de ambos líderes, representantes de las dos tendencias extremas en aquellos momentos. Por parte de Carrillo, siempre está la sospecha de que Suárez lo que pretende es amansarlo y traerlo a su redil. Por parte de Suárez está intención de buscar un modo de no entrar en conflicto ideológico y político con quien podría ser su enemigo en ese momento que se ha llamado Transición, y que caminaba sobre un suelo de vidrio intentando no romperlo.  Suárez y Carrillo son conscientes de que, uno y otro caminan por senderos distintos, pero pueden intentar, con esfuerzo y cesión, por ambas partes encontrar un alto en el camino en el que se puedan dar la mano. La historia lo testificó mediante una emblemática fotografía en que ambos se están dando la mano. Tal imagen será el fin de la obra.

La obra se sigue con interés, no por tanto su desenlace final, que todos conocemos, sino por la meditación sobre una época crucial de nuestra historia. Para quienes la hemos vivido es un recuerdo y una confirmación de lo acaecido. Para las nuevas generaciones un desvelar la historia de la España Democrática. No sé si la intención del autor Luis Felipe lo contempla, pero asistiendo a la representación no se puede menos de considerar el oportunismo de la obra en los momentos cívicos y políticos por los que estamos pasando. En aquellos años volvía a aparecer el fantasma de las dos Españas y su posible entendimiento seguía enconado. Aún más, surgían ramalazos de venganza. No obstante, poco a poco, cedieron unos y otros, y se encontró un lugar común que se llamó la Nueva Constitución Española. Hoy, sin que se vislumbre en el horizonte un conflicto bélico de las dos Españas, si se ha llegado a un cierto grado de tensión, con un agravante, parece estar alejada la posibilidad del diálogo, elemento que se consiguió en aquellos años. ¿Luis Felipe, convierte su obra en una llamada de atención? Son tiempos similares caracterizados por la "tensión", ¿no sería posible volver a reunirse en un chalate de la sierra y jugar una nueva partida de ajedrez?

La actualidad de la obra cobra, como he dicho, mayor interés ante la defunción de Adolfo Suárez. El que su estreno en Madrid casi coincida con su muerte, es una casualidad, y no creo que Luis Felipe haya pensado en ella para estrenarla. No obstante se puede ver como un Homenaje a su figura, así como a la de Santiago Carrillo. El autor ha tenido el acierto de tratar con la misma dignidad a las dos figuras, y espolvorear el encuentro de cierto humor.

Julio Fraga dirige con buen pulso este texto, bien interpretado tanto por  Eduardo Velasco (Santiago Carrillo) y José Manuel Sada (Adolfo Suárez), actor este último desconocido para mí, pero que ofrece una magistral interpretación en la figura de Adolfo. En estos últimos tiempos han sido muchas obras de teatro, las que tienen como tema el enfrentamiento de dos figuras políticas o intelectuales. Es un diálogo a dos, cuya puesta en escena siempre es un riesgo. Cuando esos diálogos están  construidos en vistas al escenario y bien interpretados, se convierten en material teatral, que en nada deja indiferente al espectador. Este es el caso.

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SANTIAGO CARRILLO / ADOLFO SUÁREZ EDUARDO VELASCO / JOSÉ MANUEL SEDA
FOTO: ARCHIVO FOTO: JULIO LEÓN

 

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  EDUARDO VELASCO / JOSÉ MANUEL SEDA
FOTO: JULIO LEÓN

Título: El encuentro
dea original: Eduardo Velasco
Autor: Luis Felipe Blasco Vilches
Diseño de Iluminación: Julio Fraga
Diseño de arte: Gonzalo narbona
Vestuario: Cristina simón
Espacio sonoro: Santiago Martínez
Coordinadora de producción: Charo J. Grueso
Ayudante de producción: Isabel Mendoza
Ayudante de dirección: Verónica Rodríguez
Fotografía y Video: Julio León
Diseño gráfico: Ana Moliz
Prensa y Comunicación: José Manuel Seda, Juan Vinuesa
Maquillaje: Lucía Torrero
Técnico de iluminación y sonido: Alberto Hernández
Agradecimientos: Cuca Escribano
Distribución:  Algo Diferente, Gestión Cultural
Intérpretes: Eduardo Velasco (Bajo) José Manuel Seda (Alto)
Dirección: Julio Fraga
Duración: 1 hora y 45 minutos, sinintermedio (aprox)
Estreno en Madrid: Teatro Español (Sala Pequeña), 25 - II - 2014

 

 

José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande

 



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