Los Monólogos del TEC. Reseña 1981 Imprimir
Escrito por Juan Luis Veza   
Lunes, 14 de Mayo de 2012 14:25

RESEÑA 1981
NUM. 132, PAG- 20 - 21

LOS MONOLOGOS DEL TEC

 

Tomando como tema central a la mujer el TEC hizo un montaje con tres autores diversos. Entre ellos estaba Eugene O’Neill con su monólogo: Antes del desayuno

 

Hay algo inusual en la pu­blicidad de este espectáculo, que no sigue la línea habitual del Teatro Estable Castella­no. Este grupo, compañía, ensamble o como se le quie­ra llamar se ha caracterizado siempre por la dimensión co­lectiva de sus trabajos. Esta vez. en cambio, dedica las letras más gruesas de su pu­blicidad a tres nombres de actrices invitadas. relegando a un segundo plano nada menos que a Strindberg, O'Neill y Cocteau, autores de los títulos presentados. Se diría que el TEC entra en la rueda má descaradamente comercial, exhibiendo pri­meras figuras de la escena como reclamo publicitario.

 

         IRENE GUTIÉRREZ CABA                                 JULIETA SERRANO                          AMPARO RIVELLES
                                                                         FOTO: JOSÉ R. DÍAZ SANDE

Y así es, creo. Pero ya me urge decir que este cambio de estilo no obedece tanto a una renuncia. a una degrada­ción del nivel artístico acos­tumbrado, sino a una necesi­dad apremiante de hacer ta­quilla para poder seguir tra­bajando. El teatro, nuestro teatro al menos, es así. Y me parece justo que el especta­dor no se limite a lamentar el actual encarecimiento de la butaca, sino que sea cons­ciente de las tensiones económicas que hay detrás del escenario. El TEC, con su buen nivel medio de trabajo ofrecido hasta hoy, es un grupo deficitario. Hacer arte es costoso, y las ayudas ofi­ciales escasean. Por eso, si ahora decide montar un es­pectáculo para ganar algún dinero mediante tres nom­bres  taquilleros, debo decir que lo comprendo. Espero, eso sí, que se trate de una excepción para volver a lu­char en la dirección a la que nos había acostumbrado.

 

LA MÁS FUERTE

 

Irene Gutierrez Caba en­carna a la protagonista de Strindberg. Una actriz de fin de siglo, engañada por su marido, que desenmascara a su rival y la vence, porque ella es "la más fuerte", Na­die diría que el autor de este monólogo pudiera ser tacha­do de misógino; el parla­mento de Irene es el de una mujer encantadora. inteli­gente. sensible y valiente. Sin duda la particular visión que Strindberg tiene de lo femenino ha sido largamen­te desbordada por su habili­dad dramatúrgica. El monó­logo es un ejemplo de cons­trucción. A la embarazosa si­tuación de partida (la esposa ante la amante silenciosa) se suceden la seducción, la irri­tación, la compasión, el des­precio ... Todo un análisis de psicología femenina progre­sivo y coherente. Irene se conjuga con Strindberg para ofrecernos una interpreta­ción llena de matices en la voz y creciente de ritmo y energía.

 

Sin embargo. como es­pectador me sentí algo incó­modo. Y es porque el silen­cio total de la amante en es­cena resulta un poco forza­do. Cierto que se ha intenta­do llenar ese silencio con el gesto, la reacción, la escu­cha misma; pero no parece del todo orgánico. y el monólogo tiene cierto halo de teatralidad peyorativa. EI peso de lo convencional se deja sentir.

 

ANTES DEL DESAYUNO

 

Julieta Serrano defiende el segundo texto, de Eugene O'Neill. Con el cambio de autor pasamos a otro lugar y tiempo, evidentemente; pe­ro además a otra sensibili­dad, Si Strindberg planteaba un estudio del corazón feme­nino, O'Neill viene con una bocanada de drama urbano. La desgarrada situación de los barrios bajos neoyorqui­nos consigue matices de al­cance social más allá de la anécdota personal. Hay es­tridencia pretendida en la palabra. en los gritos. en la escenografía misma. que ha­blan de la estridencia interior que se desborda al final.

 

Para tal monólogo,  una actriz con fuerza: Julieta Serrano. Confirma su facilidad para un personaje de vida gris, para hacer creíbles los monótonos gestos cotidia­nos de "antes del desayu­no", cosa no siempre fácil. Su parlamento en cambio tiene menos matizaciones, es algo mas repetitivo, quizá porque O'Neill no lo ha cons­truido con la progresi6n de Strindberg. (Por muy odiosa que sea, la comparación de los tres autores y las tres ac­trices se hace casi inevitable en este espectáculo, aun respetando y manteniendo sus personalidades irreducti­bles.) Aquí el silencio del compañero es más verosí­mil, puesto que está dormi­do o afeitándose fuera de escena. Aparecerá al final, de modo un tanto truculento, para levantar el monólogo a su punto culminante.

 

LA VOZ HUMANA

 

Del pulcro café escandi­navo y el sórdido apartamen­to de barrio, pasamos a la cama de la amante parisien­se. Amparo Rivelles, de raso intimo sobre cama de raso, es la amante. Una mujer enamorada, como las anteriores, pero al borde de la soledad. Cocteau conoce bien, los entresijos del corazón, mejor, el lado existencialista de la vida. Por eso en la amante aferrada al teléfono, en la mujer pendiente de "la voz humana", hay una refle­xión sobre el vacío de la existencia, el sinsentido de la vida sometida al vaivén de las circunstancias. Vacío vital que es subrayado por el vacío escénico: la amplia cama y el teléfono son todo el decorado.

 

EI texto fluye espontáneo, diáfano, con la claridad característica de la buena pro­sa francesa. Amparo Rive­lles, felizmente alejada de la Amparito de sus comienzos, lleva adelante el monólogo con una madurez sorpren­dente. La conversación te­lefónica, que justifica plena­mente el silencio del otro, se presta a repetir monosílabos y muletillas; Amparo no can­sa en ningún momento, en un alarde de verdad escéni­ca. (Si es cierto. como tengo entendido, que de hecho hay alguien al otro lado del teléfono, la fluidez se explica mejor. EI truco. en tal caso, robaría algún mérito a la actriz.

 

UNlDAD  DEL ESPECTÁCULO

 

Los tres monólogos tie­nen una unidad de fondo, ya que se trata de tres mujeres que viven un conflicto amo­roso. Una banda sonora de voces y una canción intenta aunar las tres partes, pero a mi alrededor el público no prestó mayor atención, co­mo si se tratase de un mero aviso de que "vamos a empezar". Además cuatro jóvenes actores, como mozos de escena, cambian los element­os del decorado jugando ritmos y movimientos estili­zados.

 

Lo fundamental del conjunto queda reflejado en el programa de mano: papel malva, dibujo de "bon goût" de Cocteau, tres actrices de gancho en letra grande para tres grandes autores en letra menor. Y al final la direcci6n conjunta de los responsables del TEC. cuya lucha es bue­na expresión de la dura si­tuación de nuestro teatro no oficial. Desde aquí. suerte.

Juan Luis VEZA

 

1. Titulo: La mas fuerte.

Autor: August Strindberg.

Intérprete: Irene Gutierrez Caba.

 

2. Titulo: Antes del desayuno.

Autor: Eugene O'Neill.

Intérprete: Julieta Se­rrano.

 

3. Titulo: La voz hum ana.

Autor: Jean Cocteau.

Intérprete: Amparo Rivelles.

 

Versiones: Enrique Uovet.

Dirección: William Layton y Jose Carlos Plaza.

Estreno en Madrid: Teatro Lara, abril de 1981.

 

 


Juan Luis Veza Iglesias
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Última actualización el Lunes, 14 de Mayo de 2012 17:37