La Cancion del Olvido y El dúo de la Africana. Auditorio Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Lunes, 26 de Diciembre de 2011 18:53
 

LA CANCIÓN DEL OVIDO

EL DÚO DE LA AFRICANA. AUDITORIO NACIONAL


LA CANCIÓN DEL OVIDO

y

EL DÚO DE LA AFRICANA

 

(CICLO ITALIANO DE ZARZUELA)

 

en el

AUDITORIO NACIONAL DE MADRID

 

23 de noviembre de 2011

 

  LUIS SANTANA           NURIA GARCÍA   JOSÉ MANUEL MONTERO LUIS ÁLVAREZ


El mundo de la Zarzuela, reivindicado en los últimos años tras el complejo de un género trasnochado y con tufillo a derechismo y conservadurismo, toma múltiples tipos de representación. Está la representación con puesta en escena total. De ello se encarga el Teatro de la Zarzuela y otras Compañías privadas. Está también la versión en concierto, huésped habitual en el Auditorio Nacional, que repone zarzuelas completas, pero sólo en lo que se refiere a los cantables y partes instrumentales. Por último se recurre a la fórmula, tomada de lo que en teatro de prosa se llama lectura dramatizada, la semiescenificación. Lo de "semi" se refiere a que no hay una puesta en escena total, pero sí mantiene la acción, y es una versión completa: cantables, coros, partes instrumentales y diálogos. Este es el caso de La Canción del Olvido de José Serrano y El dúo de la Africana de Manuel Fernández Caballero, del 23 de noviembre de 2011 en el Auditorio Nacional de Madrid.

 

El unir estos dos títulos, recurrentes entre la farándula y espectadores de la Zarzuela, se debe a que ambos tienen en común un elemento italianizante. La Canción se desarrolla en Nápoles y El dúo es una parodia de las itinerantes y compañías de Óperas modestas,  al frente de la cual está el empresario italiano Querubini, quien, por activa y por pasiva, deja bien claro, en su jerga "itañolo",  que se trata de una Compañía de ópera "barata", cuyo título en gira es la ópera L'Africaine (La africana) de Giacomo Meyerbeer. De ahí el subtítulo para ambas: Ciclo Italiano de Zarzuela.                   

 

PASCUAL OSSA

EL ACERCAMIENTO DE LA MÚSICA CLÁSICA

 

Responsables de esta semiescenificación son Pascual Ossa en lo que respecta a la dirección musical y Jesús Peñas, en lo concerniente a la puesta en escena.

 

A Pascual Ossa y su Orquesta Filarmonía, de la cual es el fundador y director, el público de televisión los conoce por el programa que lideraba Fernando Argenta - hijo de Ataulfo Argenta -, El Conciertazo. Un programa televisivo que acercaba el mundo de la música clásica y de la zarzuela a los niños de 3 a 12 años. Él y su orquesta conocen los intríngulis de lo que es la "puesta en escena semiescenificada", debido a ese programa, que tras 9 años de emisión, inexplicablemente ha dejado de existir.

 

JESÚS PEÑAS

MAGO DEL PUZZLE DE ZARZUELAS

 

Jesús Peñas, además de sus direcciones de Zarzuela, es ducho en esto de montar Galas de Zarzuela, Conciertos y  Zarzuelas semiescenificadas y forma "tamdem artístico" con Pascual Ossa y la Orquesta Filarmonía: Fiesta Nacional de la Zarzuela (La Tauromaquia), Tres sopranos de Zarzuela, Madrileña Bonita, entre otras. La "semiescenificación" es un mundo distinto del de la representación total o del Concierto y no fácil, pero permite montar zarzuelas sin la parafernalia de la escenografía - sólo aludida por el atrezzo o el mobiliario - o la movilidad escénica de los coros, al que de otro modo se le hace intervenir, no solamente musicalmente sino también con pinceladas, de acciones insinuadas. Por parte de los intérpretes protagonistas, con un vestuario simbólico o alusivo al personaje, requiere una capacidad interpretativa como la de una representación total. En el fondo, hay bastante de "brechtiano" en este recursos de la semiescenificación.

 

La ventaja de este sistema es que, sin gran costo y sin tener que emplear mucho tiempo, se pueden montar títulos y colmar las ansias de un público que ama la Zarzuela.

 

Cuando el "género chico" dejó de ser demandado como fórmula de producción - funciones de una hora -, y se volvió a la zarzuela, opereta o comedia musical larga, el género chico quedó un tanto marginado. Pronto se acudió a él, pero surgía un problema. Había que programar dos títulos para colmar las dos horas que pagaba el público. Los criterios han sido de los más variados: el mismo autor; la misma temática; el mismo compositor; el combinar una zarzuela con un "pupurri" de fragmentos de zarzuela en la primera hora; añadir textos y composiciones musicales como se hizo con Bohemios  - zarzuela corta, más que género chico - de Amadeo Vives, o hace dos temporadas alargar La Verbena de la paloma con un ambiente de la época etc... Estas fórmulas, en la representación total, se topaban con un escollo: la escenografía, distinta la una de la otra. Cuando la zarzuela recurría a telones pintados de sube y baja, la dificultad era poca. Con los decorados de volumen, aquello se complicó. Así pues, junto a los criterios internos para unir títulos diversos, se tenía en cuenta. también, el espacio escénico.

 

En la representación semiescenificada, tal dificultad no existe y, en el caso que nos ocupa, la unión se ha encontrado como ya he dicho, en lo "italiano".    

 

LA CANCIÓN DEL OLVIDO

 

Todavía resuenan los ecos de El Trust de los Tenorios (1910) del Teatro de la Zarzuela. Un José Serrano joven, con una partitura simpática pero sin grandes alardes y de la que se ha salvado la famosa Jota, cantada por los divos de zarzuela y ópera. Vuelve Serrano al Auditorio Nacional con La Canción del Olvido (1910), una de sus más recordadas zarzuelas. En aquel Trust de tenorios - en la Serenata Veneciana (CLIKEAR) - ya había una avance de las italianas melodías del personaje femenino Rosina de La Canción del Olvido. Como sucede en Bohemios, la duración de 1 hora, no desmerece en cuanto a la calidad musical, equiparable a la de la zarzuela grande. Sobre su partitura se ha escrito ya mucho.

 

No es la primera vez que la joven soprano Nuria García (Valencia 1982) interpreta el papel de Rosina. La canción de Marinela, Marinela, la ha incorporado a su repertorio en los conciertos de zarzuela. Finalista en varios concursos éste abarca Conciertos, ópera y zarzuela. Es voz de un gran lirismo que, en este caso, encaja bien en el personaje y se puede contar entre las buenas interpretaciones de La Canción del olvido. A su voz añade su suelta capacidad interpretativa, lírica y pícara como pide el personaje.

 

Otro de los personajes clave es el donjuanesco capitán Leonello, que interpreta el barítono zamorano Luis Juan Santana, con un recorrido musical más que prometedor. De voz segura y bien timbrada encarnó, bien, un desenfadado y arrepentido Leonello.

 

Ángel Walter (Toribio), mostró con eficacia el despiste, ingenuidad y comicidad propias del personaje.

 

 LA CANCIÓN DEL OLVIDO
(SOLDADO DE NÁPOLES)

 

Uno de los números estrella de La Canción del Olvido es el Soldado de Nápoles. En el día de su estreno - 17 de noviembre de 1916 -, se repitió cinco veces, causando gran entusiasmo. Es número que, incluso los nos asiduos a la zarzuela, lo conocen pues se ha divulgado mucho. Musicalmente hace intervenir la tesitura de tenor en la figura del Sargento Lombardi - compensa de este modo el protagonismo de las otras dos voces -, así como la intervención del coro. En esta versión del Auditorio se ha eliminado, produciendo una pequeña frustración, imagino, en los oyentes. Se ha mantenido, la ronda, cuyo solo canta el solvente tenor José Manuel Montero. La supresión del número mítico ha sido cuestión de ajustar tiempos de representación. Renunciar a la Ronda o al Soldado de Nápoles era un "ser o no ser" hamletiano. La Ronda, menos popular pero muy conocida, que el Soldado, tenía el aliciente de la voz del tenor en el Hermosa Napolitana, tema que se retomará más tarde.

 

EL DÚO DE LA AFRICANA

 

La segunda parte tocaba a otro de los títulos que más se han representado y que ha marcado un hito en la versión del director artístico José Luis Alonso estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid y que se ha recuperado últimamente en el mismo teatro y en el Teatro Real de Madrid. Dos son los momentos álgidos de la historia: el monólogo del empresario Querubini en su itañolo, que el barítono Luis Álvarez - un veterano con muchas tablas en el mundo lírico - interpreta con gracia y soltura. A veces se ha encomendado a un actor, que en la parte del "duetto" con Giuseppini se las ve y se las desea, aunque salva la parte interpretativa. Aquí Luis Álvarez resuelve con maestría las dos exigencias y hay una buena conjunción sonora con el tenor José Manuel Montero (Giuseppini).

 

Nuria García repite como intérprete en el papel protagonista de La Antonelli. mostrando un nuevo, divertido y eficaz registro interpretativo distinto al de La Canción. Le acompaña protagónicamente la solvencia del tenor José Manuel Montero, que últimamente lo hemos visto en el papel de Enrique de El Estreno de un artista (CLIKEAR) de Gaztambide en el Teatro de la Zarzuela y en Los Gavilanes en el Auditorio Nacional de Madrid. Crea un ingenuo y divertido Giuseppini, y conviene destacar la interpretación de la jota No cantes más la Africana, vente conmigo a Aragón y su consecuente dúo con Nuria García. A nivel interpretativo José Manuel posee una gran soltura, que ya había mostrado en el Teatro de la Zarzuela. Es cantante seguro tanto en el canto como en la interpretación actoral.

 

Hay que mencionar tanto a la orquesta como el coro. Este último entra bien en el juego teatral, desde sus butacas al fondo del escenario. A pesar del obligado estatismo espacial, lanzan pinceladas interpretativas evocadoras.

 

La orquesta a la vista del público, propio de los conciertos, entra también EN el juego escénico. Pascual Ossa la dirige con habilidad y yo diría con gran confianza. Ella y él forman uña y carne.  

 

Esta fórmula de semiescenificación es una solución para poder montar en poco tiempo una zarzuela y, por lo tanto, divulgar el repertorio. Esto no quiere decir que sea una solución fácil, ya que hay que contar con cantantes e intérpretes solventes que, imagino, no necesiten de mucho ensayo, pero que el resultado sea eficaz. También es una oportunidad para que los cantantes jóvenes - los de concierto son jóvenes, pero con una amplia y cariada trayectoria lírica -, muestren sus posibilidades y los ya veteranos, absorbidos por mil contratos, puedan dedicar un poco de tiempo a que oigamos sus voces.

 

La Canción y El Dúo, flor de un día de representación, han ofrecido una velada agradable, en el que, al tener sobre el escenario orquesta, coro y solistas, la música y el canto cobra especial relieve.   

 

   

Título: La Canción del Olvido

Libreto: Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw

Música: José Serrano

Intérpretes: Nuria García (Rosina), Luis Santana (Leonello), Ángel Walter (Toribio), Raquel Cordero (Flora), Jose Manuel Montero (Lombardi)

 

Título: El dúo de la Africana

Libreto: Miguel Echegaray

Música: Manuel Fernábdez Caballero

Intérpretes: Nuria García (La Antonelli), José Manuel Montero (Giusepini),  Luis Álvarez (Querubini), Ángel Walter (Regidor), Raquel Cordero (Amina)

 

Orquesta Filarmonía

Director de Escena: Jesús Peñas

Director de Orquesta: Pascual Ossa

Estreno en Madrid: Auditorio Nacional, 23 - XI - 2011

 


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Martes, 27 de Diciembre de 2011 20:03