Ballet Real de Suecia. Spuck. Ek. Crítica Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Lunes, 09 de Mayo de 2011 08:57

BALLET REAL DE SUECIA

TABLEAU PERDU Y RÄTIKKA (RÁBANO)

DELICADEZA DE TRAZOS BALLETÍSTICOS

 

FOTO: BALLET REAL DE SUECIA
Sólo tres días se ha detenido en Madrid el Ballet Real de Suecia. Detenido ya que tienen programada una gira por España. Esto de las giras no solía entrar en sus proyectos, pues tienen copada la temporada en su propio país. Desde 2008 Marc Ribaud ha tomado las riendas de la dirección artística del Ballet y entre sus propósitos está incluir el paseo internacional. No es la primera vez que viene a España pues en el Festival de Otoño de Madrid nos ofreció una muestra de su buen hacer (www.madridteatro.net) 

 

El Ballet Real de Suecia se ha decantando por los clásicos, aunque creando nuevas versiones. Desde hace años, también, el estilo contemporáneo ha entrado a formar parte de sus coreografías. Ambos estilos nos los ofrecen en la programación que han confeccionado para la gira. Originariamente fueron concebidas como coreografías aisladas: Tableau Perdu dell coreógrafo alemán del Ballet de Stuttgart (Alemania) Christian Spuck, de corte clásico,  y  Rätikka (Rábano) del coreógrafo sueco Mats Ek, de corte más contemporáneo. Decidida la gira se pensó en juntar los dos como muestras de los dos estilos de la Compañía.

 

La inspiración de Tableau Perdu, según el propio coreógrafo, parte de dos fuentes: la pictórica de los cuadros de Wateau y Fragonard, y la musical de la Sinfonía nº 4 de Mendelson (Sinfonía Italiana).  Lo que parece llamarle la atención a Christian Spuck es, en principio, la ausencia de historia en los cuadros de los mencionados pintores. Son cuadros amables en los que familias adineradas posan ante un agradable paisaje. No sucede nada en especial, a excepción de una cierta superficialidad. En cuanto a la música le atrajo también ese toque de belleza, en sí misma, no exenta de cierto toque de aparente superficialidad. Si la mirada del espectador con respecto a los cuadros es la mera contemplación placentera, Christian ha trasladado a su coreografía esa misma sensación. No ha caído en la torpeza de reproducir los cuadros y bailarlos. Ha buscado la esencia. En un juego de blanco – para los lienzos – y negro – para el vestuario, salvo las gorgueras blancas -, divide la coreografía en tres momentos, en los que los lienzos blancos suspendidos en el aire adoptan posiciones espaciales diversas. Sobre el escenario la coreografía “pinta” lo que podrían estar sobre esas telas. Si las líneas de los pintores son móviles y agradables, en la coreografía sucede lo mismo. Se recurre a las puntas y a los tutús – negros -, que marcan el quehacer clásico. Hay en toda la coreografía un trazado de líneas y movimiento de gran sutileza, belleza y agilidad. No hay un momento de descanso y en el conjunto parece como si el pincel  no se levantase nunca del lienzo. En el tratamiento del clásico no hay parones para un virtuosismo vacío, sino que todo fluye con creciente interés. A pesar de que el tratamiento es clásico, ello no impide que movimientos aquí y allá, se entrometan inteligentemente, con un corte un tanto alejado de lo clásico. Los 23 minutos de duración son de distendida belleza.

 

Rätikka (Rábano) de Mats Ek, presentaba la vertiente de estilo contemporáneo de la Compañía. La motivación para tal coreografía, según Ek, es el Concierto de violín de Brahms, pero con la peculiaridad de partir de una grabación concreta: la de Anne-Sophie Mutter de 1997.  Tanto la música como la grabación le transmitieron fuerza y una visión positiva de la vida. Según declaraciones se ha dejado llevar por ella para transmitir lo que despertaba en él: “sentimientos e ideas” así como “el dejarme llevar por los impulsos y emociones que me produce la música”. No hay, por lo tanto ni historia, ni ilustración.  En estilo contemporáneo, pero con acentos clásicos en levantadas de la bailarina o en el extender las piernas y flexiones, parece como si los bailarines – en pareja o grupo – se movieran por los sonidos, acordes o solos de los instrumentos. Abundan los desplazamientos de los bailarines corriendo en círculo y apiñándose en grupo, marcando los ritmos de la música.  Música y coreografía producen en el espectador imágenes y sensaciones como podría hacerlo un Concierto, sólo que la plástica del baile le añade mayores sugerencias. Esta encarnación de la música en los bailarines, tiene un momento de respiro en el “adagio”. En la escena vemos pasar telas doradas suspendidas en el aire y posteriormente “rábanos (rätikka). La música se encarna en objetos. Al final, un rábano suspendido en el aire y una bailarina intenta alcanzarlo. Lo arrulla. Tal arrullo, no fácil de comprender su significado, puede tener sentido en cuanto que el “rábano” es de las raíces más nutritivas. Telas y rábanos crean un interrogante en el espectador – al menos a mí -, aunque están en la línea plástica de Mats Ek.

 

Un algo en común que tienen ambas coreografías es la agilidad y limpieza de líneas. Si Spuck las diseña como si tuviera en la mano un pincel, Ek las traza como si tuviera en la mano una batuta.

 

Hay que resaltar la buena formación de todos los bailarines, en sus ejecuciones balletísticas impecables, llenas de vida y alejadas de la estéril técnica.

 

Ya que la nueva filosofía es la de girar internacionales, esperamos que, en otra ocasión puedan ofrecernos una de sus versiones clásicas.

 

Título: Tableau Perdu
Coreografía: Christian Spuck

Música: Sinfonía Nº 4 (Sinofnía italiana) de Felix Mendelssohn

Escenografía: Christian Spuck

Directora de ensayos: Anna Grabka

Diseño de vestuario: Emma Ryott

Iluminación: Reinhard Traub

Bailarines:

Días 29 y 30: Marie Lindqvist y Dragos Mihacea (pareja 1); Jenny Nilson y Andrev  Leonovitch (Pareja 2); Mayumi Yamaguchi y Alexander Nikolaev (Pareja 3); Nadja Sellrup, Mia Hjelte, Desislava Stoeva, Matianna Barabas, Jordan Elizabeth Long (5 chicas altas); Andrea Kramesova, Moe Nieda, Alexandra Kastrinos, Luisa Rocco // Daniel Norgren-Jensen, Pietro Lattanzio, Bartlomeij Dybowski, Claes Lindbom (4 parejas)

Días 1: Minji  Nam y Jan-Erik Wikström(pareja 1); Nadja Sellrup y Nicolaus Fotiadis (Pareja 2); Nathalie Nordquist y Joakim Stephenson(Pareja 3); Marianna Barabas, Alina Lagoas, Desislava Stoeva, Elisa Fossati, Jordan Elizabeth Long (5 chicas altas); Andrea Kramesova, Moe Nieda, Alexandra Kastrinos, Luisa Rocco // Daniel Norgren-Jensen, Pietro Lattanzio, Bartlomeij Dybowski, Claes Lindbom (4 parejas)

Duración: 23 minutos

 

Título: Rättika
Coreógrafo: Mats Ek

Música: Concierto de violín de Johannes Brahms

Ayudante de coreografía: Ana Laguna

Escenografía y vestuario: Mylla Ek

Iluminación: Erik Berglund

Bailarines: Pascal Jaansson, Andrey Leonovitch, Alexandar Maksic, Dragos Mihalcea, jens Rosén, Oscar Salomonsson, Jörgen Stövind, Hugo Therkelson, Luca Veter, Carl Inger, - Elisa Fossati, Mia Hjelte, Irina Laurenova, Kate Lind af Hageby, Minji Nam, Jenny Nilson, Nathalie Nordquist, Jonna Savioja, Anna Valev.

Duración: 35 minutos

 

Duración total: 1 h. 20 minutos aprox. (Pausa de 20 minutos)

Estreno en Madrid: Teatros del Canal (Sala Roja), 29 – IV - 2011

 
 RÄTIKKA
FOTO: BALLET REAL DE SUECIA
 
 TABLEAU PERDU
FOTO: CARL THORBORG

 

 


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande


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Última actualización el Sábado, 13 de Agosto de 2011 14:24