Tartufo. Molière-Hernán Gené. Entrevista Imprimir
Escrito por jOSÉ r. dÍAZ sANDE   
Domingo, 25 de Septiembre de 2011 09:05

TARTUFO

SIGUEN LOS MANIPULADORES DEL PODER

 

 

Al Tartufo de Molière se vuelve una y otra vez. En España fue mítica, en la época de Franco, la versión de Adolfo Marsillach (CLIKEAR), en la que se ponía en evidencia al gobierno de turno. La censura atacó un tanto sutilmente permitiendo que solamente se representara en Madrid. Por lo visto el resto de las provincias – así se llamaban a las Autonomías - eran menores de edad. En 1979 (CLIKEARvolvía retomarse este montaje aunque con una revissión del texto mayor por Enrique Llovet, el cual declaró  que había más de él que Molière en esta nueva versión.

 

ROSTROS POPULARES DE TELEVISIÓN

SOBRE EL ESCENARIO

 

Realizada la gira, recala en Madrid un Tartufo dirigido por el argentino afincado en España Hernán Gené. Contemplando el cartel uno se lleva la sorpresa de que tres de los rostros son muy familiares: Nathalie Seseña, Roberto San Martín y Cristina Castaño. Quienes sean devotos de la hilarante y surrealista serie televisiva La que se avecina, los reconocerán de inmediato. Por ello la sospecha es lógica: ¿Se ha pensado en este tirón popular para montar este Tartufo?

NATHALIE SESEÑA ROBERTO SAN MARTÍN CRISTINA CASTAÑO
  FOTOS: JAVIER NAVAL  

 

·         Al montarla no se pensó en ello, pues Cristina Castaño se ha incorporado después de la gira, lo mismo que Paco Hidalgo. De todas formas si eso ayuda a que el público venga pues muy bien. Son muy buenos actores y la productora La Zona no contrata actores con tirón sin talento. La versión de Mauro Armiño es muy buena y la dirección excelente – humoriza Hernán, puesto que él es director. Quiero agradecer a la productora el esfuerzo y el riesgo inmenso que supone producir 

 

ATAQUE DE MOLIÈRE

A LOS CONSEJEROS INTERESADOS

 

 ILUSTRACION DEL S. XIX

Molière no solamente denunciaba la hipocresía sino que también lanzaba sus dardos sobre algunos directores espirituales, que eran saqueadores de herencias o bien manejaban los hilos del poder a base de sus consejos. Representada en una versión de tres actos, incompleta, ante el Rey – 12 de mayo de 1664 -, creó la polémica y la Compañía del Santo Sacramento consiguió que se prohibieran alegando que era un ataque contra la religión y los valores. Lo que en realidad atacaba era la influencia que esos devotos religiosos que con sus consejos manipulaban a los que gobernaban.

 

En agosto de 1667 Molière la volvió a representar bajo el nombre, para despistar, de Panulfo o el impostor. No coló. La policía intervino arguyendo que “no es el teatro el sitio para predicar el Evangelio". Hardomin de Péréfixe, arzobispo de París, amenazó con excomulgar a quien la representase  o asistiese a la función.

 

En 1669 el Rey Luis XIV llegó a comprender la problemática y levantó la prohibición. El término tartufo se identificó en la posteridad con el de hipócrita y así la aceptó la Real Academia. El vocablo “tartufo” se traduce en castellano por “trufa”, que se cría bajo tierra. También tiene el significado de “embuste o mentira” y por eso un “trufador” es un mentiroso.

 

Según Hernán Gené todas estas vicisitudes

 

·         representamos esta comedia, juego de enredos y descuentos para permitirnos reflexionar sobre la naturaleza del engaño y del acuerdo entre sus participantes. ¿Cómo es posible que Orgón, burgués bien avenido, se deje engañar por este tan exagerado devoto que no cabe duda de que no es tal?

 

TARTUFO Y SUS VÍCTIMAS TRASLADADOS A LOS AÑOS 20

 

HERNÁN GENÉ (TARTUFO)
FOTO BASE: NAVAL

La obra ha sido trasladada a los años 20. Últimamente varios directores trasladan textos clásicos a esa época. Las razones son dispares. En el caso de Hernán, la razón principal es

 

·         Porque me gusta esa época. Ya desde el comienzo lo que no quería hacer es una versión con franceses del s.  XVII con pelucas y puntillitas. El siglo XX me era más cercano y, por otro lado, los años 20 tienen ese falso “glamour”, cierto romanticismo, el Art Decó,  el vestuario de las chicas, el jazz, el cine mudo y al mismo tiempo la figura del Tartufo que es ese estafador, el cual se introduce en la casa de un rico. Esos años son también los años de ascensos de Hitler al poder Mussolini, que son personajes siniestros haciendo que millones de personas le sigan. No hay referencias a los nombres de Hitler o Mussolini, pero están ahí.

 

En esta versión los años 20 se reflejan

 

·         En el excitante sonido del jazz de los años 20 y pasajes escénicos que recuerdan las grandes películas de comienzos de la era del cine, este montaje de Tartufo se basa en parámetros habitualmente explorados por mí, confirmación explícita y pública de una excelencia escénica que sin buscar el escaparate del show, fascina por sus valores genuinos y conquista aplausos y galardones innegablemente merecidos, situando a los actores como centro indiscutible del hecho teatral.

 

La versión es de Mauro Armiño, la cual Hernán califica de

 

·         Muy bien escrita. Es de una gran complejidad verbal y ha sido editada. Los  12 personajes del original han sido integrados en cinco actores, bien por doblete o suprimiendo alguno. Mauro ha hecho un excelente trabajo. Contamos el Tartufo original, aunque hemos recortado ciertas reiteraciones, propias de la época, porque el público de entonces las necesitaban ya que atendían poco e incluso hablaban durante la representación. Se trataba de un lenguaje muy especial y lo hemos logrado.

 

ESO DE “MODERNIZAR” NO SÉ LO QUE ES.

 

La versión, en opinión de Hernán, no quiere decir que se haya modernizado.

 

·         No es necesario con un texto tan generoso como el de Molière. Empiezas a familiarizarte con él y entonces ¿por qué someterlo a cambios? Otra cosa es que la exigencia del trabajo que emprendes te lleva a tomar decisiones, como es el caso nuestro que somos cinco actores para 12 personajes. Son decisiones dolorosas, pero este es el trabajo del director. Entonces empiezas a construir un nuevo universo como es quitar las ya mencionadas reiteraciones. Es una operación de cortar y pegar. De todas formas eso de “modernizar” no sé lo que es. Si el lenguaje utilizado en el original es complejo al utilizar paráfrasis y un tanto florido en Tartufo, lo hemos traído a nuestra época con palabras que no son de uso cotidiano. Otro cambio ha sido el verso que existe en el original, aquí lo hemos convertido en prosa, pero sin perder la musicalidad.

 

 
 NATHALIE SESEÑA / PACO HIDALGO
FOTO: JAVIER NAVAL

 

Para Hernán no tiene mucho sentido hablar de modernidad en los clásicos.

 

·         Los verdaderos clásico tiene “lo moderno”, pues conservan sus valores a través del tiempo. Los franceses del siglo XVII no me resuena, pero sí los de los años 20. Yo trabajo para el público que imagino comparte nuestras pasiones.

 

HAY TARTUFOS PORQUE HAY ORGONES

 

Lo sustancial de la obra sigue vigente para Hernán:

 

·         Tartufo es un estafador que aparece como devoto. Todos ven que es un estafador menos Orgón. Consigue apoderarse de todo como único heredero y con papeles comprometidos. Cuando Orgón se da cuenta ya es demasiado tarde. Tartufo puede ser cualquiera: un devoto, un capitán de barco, un banquero o un consejero. Estamos rodeados de tartufos y hay quienes los detectan, pero no se les hace caso, porque nos halagan sus comentarios.  Pero para que haya tartufos tienen que existir orgones. Nos dejamos engañar por candidez o comodidad.

 

SUBSTITUIR  NO QUIERE DECIR COPIAR

 

 

 PACO HIDALGO / CRISTINA CASTAÑO / ROBERTO SAN ENRIQUE /
NATHALIE SESEÑA
FOTOS BASE: JAVIER NAVAL

Paco Hidalgo es Orgón y se ha incorporado para la representación de Madrid. Es actor muy experimentado en teatro, cine y televisión. Le ha tocado, algo frecuente en teatro, sustituir al Orgón que ha hecho la gira. Cuando se sustituye hay dos opciones. Si se cuenta con dos o tres días, lo cual se da a veces, el actor se limita a copiar la interpretación del actor sustituido.

 

·         No es el caso – declara Paco. Si copio no interpreto. Al intentar copiar ves que no es posible, porque detrás de ti hay un sello propio que te hace ir descubriendo algo más allá de la copia. No es copia. Es una nueva apuesto para actores nuevos. Yo estoy encantado de formar parte de este elenco en esta producción.

 

Cristina Castaño – la inestable psicóloga de la serie televisiva La que se avecina – se ha incorporado en Madrid, tras la gira y también es sustituta.

 

·         Yo no sé lo que aportaba Itziar y lo que aporto yo. Vi la función cuando estabas de gira. He llegado, me dicen lo que tengo que hacer, pero después pongo mi sello personal.

 

Según Hernán estas substituciones no son mera copia porque

 

·         La Zona se ha preocupado de que el reemplazar tuviera un mes de ensayo. En el montaje original tuvimos dos meses. El que hayamos ensayado un mes ha permitido que tanto Paco como Cristina se apoderen del papel y den su impronta personal. Cosas que hacían los otros, éstos no pueden y viceversa. Yo me divierto mucho aceptando las propuestas de los actores. Han salido muy bien parados.

 

DOBLAR PERSONAJES: CONVENCIÓN TEATRAL

 

Quienes doblan personajes son Cristina Castaño que interpreta a Elmira y Mariana, y Roberto San Martín que encarna a Valerio y el Inspector.

  

·         Agradezco a Hernán el que me haya llamado, pues tenía ganas de hacer un texto y clásico. Yo venía del musical.

 

A Cristina la pudimos ver en los musicales Fama y en Fashion, feeling, music. Después siguió con teatro de prosa y ha sido actriz frecuente en las principales series televisivas, así como una serie de películas.

 

Cuando se doblan los personajes el teatro acude a dos métodos fundamentales. Claramente vemos cómo el actor cambia en escena de personaje o bien se acude a la caracterización física, de modo que al espectador le cuesta reconocerlo. En el caso de Cristina y Roberto se recurre a este último sistema.

 

·         Mi caracterización es muy evidente – confirma Cristina. Uso distintas pelucas y maquillaje. Se verá físicamente la diferencia, pero lo principal es la interpretación del personaje. Elmira es adulta y le gustan las fiestas, los vicios y la buena vida. Con Tartufo se hace más austera y prohíbe las fiestas y los bailes. Marianita es la hija de Orgón. Es caprichosa y está acostumbrada a que se lo den todo.

 

CRISTINA CASTAÑO / ROBERTO SAN MARTÍN
FOTO: JAVIER NAVAL

Roberto San Martín popularmente es conocido por las series televisivas hilarantes como en Aquí no hay quien viva y La que se avecina y por la más seria Amar en tiempos revueltos. Tres personajes de corte totalmente distintos. En teatro ha intervenido en títulos comprometidos como Platonov, Madre Coraje y sus hijos, ambas dirigidas por Gerardo Vera y otras. En Tartufo es Valerio y el Alguacil.

 

·         Soy Valerio, el enamorado de Marianita, que, junto a Dorina, denuncia a Orgón que Tartufo es un estafador. Trata de descubrirlo, pero fracasa. En cuanto el alguacil es una especie de “Deus ex machina”. Es la solución del autor para resolver la situación. Aparece de la nada y se resuelve todo. Quiero agradecer a La Zona el que haya contado conmigo y también destacar la labor de estos dos “chicos” que en menos de un mes han conseguido hacerse con el papel. Como ya lo hemos estrenado en gira, conocemos la reacción del público. Veremos cómo lo recibe el público madrileño.

 

Con respecto al doblete de personajes Hernán añade:

 

·         Mi modo de trabajar en el teatro es abundar en lo que hacen los personajes. Hacen cosas diferentes al ser personajes diferentes. Por otro lado, el público acepta inmediatamente las convenciones teatrales. Se deja emocionar, ríe y llora. Acepta que el mismo actor haga distintos personajes. A este respecto tengo una anécdota muy divertida que sucedió en una representación de Hamlet. Los actores doblaban personajes y el Padre y el amigo lo interpretaba un mismo actor. En el hall oigo a unos espectadores: Hamlet está loco porque ve a su padre en su amigo.

 

LA DORINA ORIGINAL ASCIENDE DE RANGO SOCIAL

 

NATHALIE SESEÑA
FOTO; JAVIER NAVAL

Uno de los personajes que ha cambiado de rango social con respecto al original es Dorina, que interpreta Nathalie Seseña.

 

·         Era una criada y aquí soy una dama de compañía. Es la mujer de la tierra y su sabiduría la ha adquirido a través de la experiencia de la vida. Aprecio a la familia y no me gusta que Orgón sea engañado.

 

Seseña en teatro ha trabajado con directores de prestigio: Ernesto Caballero, Bob Wilson, Miguel Narros, Philippe Gautier, Taraborelli…y otros. Los títulos en cine y serie televisivas sin bastantes, pero a nivel popular ha sido muy conocida por la serie televisiva la que se avecina, que junto al hilarante actor catalán Ricardo Arroyo forman un matrimonio de lo más esperpéntico y cómico. Es una pareja de sanos  principios morales, en la teoría. Seseña, con su personaje traerá al retortero a su confesor y director espiritual.

 

·         Es la primera vez que interpreto un texto clásico – declara Seseña. Es todo un reto y disfruto muchísimo con el personaje de Dorina. Tenía muchas ganas de trabajar con Hernán, pues había visto muchos de sus espectáculos. Ha sido un sueño.  Este texto clásico es muy complejo, pues vas descubriendo el ritmo y la musicalidad de Molière, que no te cansas nunca de oír por la construcción de sus frases, las historias, la estructura de la escena y al mismo tiempo lo que dice. Verdades como un puño, trazando un retrato impresionante de la naturaleza humana que hoy sería igual. Es una suerte trabajar en un texto así.

 

Nos queda el personaje de Tartufo que se lo ha reservado para sí el propio director Hernán Gené. No es casual, pues es también actor, lo cual le viene heredado de su padre Juan Carlos Gené, un de lo más notables creador de las artes escénicas de Argentina y de su madre María de Lucca, también actriz. Los genes artísticos se remontan a su abuelo, que fue violinista.

 

HERNÁN NO OLVIDA SU FERVOR POR LO “CLOWNESCO”

NI POR EL CINE MUNDO

 

HERNÁN GENÉ / NATHALIE SEEÑA
FOTO: JAVIER NAVAL

Ha llegado a conocer y dominar la teatralidad del cuerpo del actor y se ha convertido en profesor de estas disciplinas. Los avatares de la vida, incluida la dictadura militar argentina que vivió a sus 20 años, le llevó a adquirir todos los matices que posee el rostro y cuerpo humano para expresarse. Junto a un grupo de compañeros generaciones encontró en el clown, según Olga Cosentino, periodista e investigadora teatral:

 

·         un registro expresivo dentro del cual la ironía, el disparate y la liberación orgánica del cuerpo en escena dieron origen a El Clú del Claun, un grupo que ya desde el nombre se negaba a las ataduras de cualquier  gramática lingüística, social o cultural.

 

Esta dimensión clownesca se vierte de una u otra forma en los espectáculos que dirige y ahí está en 2005 Sobre Horacios y Curiacios de Bertold Brecht (CLIKEAR), que presentó en el teatro de la Abadía y por el cual recibió el Premio Max.

 

Este aspecto clownesco está también en este Tartufo.

 

En los años 20 el cine mudo comenzaba a cobrar más auge. Algo que Hernán recuerda con fascinación y no ha olvidado en esta versión. Con ello parece rendir homenaje al cine mudo.

 

·         Sí el cine mudo se ve mucho, bueno lo suficiente. Paco Hidalgo y yo lo hemos trabajado mucho. Pero hablar de homenaje es algo inapropiado, porque hacemos homenajes a gente que ni los necesita porque ellos mismos los son con su vida o su obra. Al cine mudo le sucede igual. El incluirlo es porque el cine mudo me gusta y vi que encajaba en la obra.

 

 

 


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Lunes, 26 de Septiembre de 2011 09:15