Fuga. Galcerán. Crítica Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Domingo, 04 de Diciembre de 2011 11:41

FUGA

LA COMEDIA DE LAS APARIENCIAS

 

AMPARO LARRAÑAGA / JOSÉ LUIS GIL
FOTO: JEAN pIERRE LEDOS

Es la segunda temporada. Jordi Galcerán, autor de esta Fuga es como el Rey Midas. Comedia que escribe, comedia que se traduce en doblones de éxito y de dinero. Y lo mismo sucede con la directora Tamzin Towsend. Esta multiplicación  de días de representación, de forma llamativa, dio cuenta El método Gronholm, que a pesar de esa palabra "Gronholm" de enrevesada pronunciación y recuerdo, marcó un hito en esto de atraer público, masivamente, y convertir la temporada en años. Algo similar sucede con la productora de Amparo Larrañaga y familia - Marisa Pino y Carlos J. Larrañaga - , que suele apuntar bien con sus producciones, a nivel de convocatoria.

 

La historia comienza con una amenaza de Fuga, de gas, y termina con otra Fuga, de corte muy distinto. Nos encontramos con una comedia, a veces con toques de astracanada, en el mejor sentido de la palabra, que nos lleva de sorpresa en sorpresa y sólo al final, muy al final, podemos intuir la traca que va a estallar.

 

Jordi Galcerán ha construido una comedia alrededor de una denuncia, con toques amables, de los trapicheos en las altas esferas de la política. Puede aparecer como una crítica facilona, pero, por desgracia, está a la orden del día y basta leer los periódicos. Huelga citar nombres, pues sería una redundancia, ya que toda la población los ha conocido de sobras.   

 

La historia va de un ministro - José Luis Gil - que "dignamente" ha dimitido y no "lo han echado". Su chalet de diseño, en principio, ha sido comprado con un descuento. Después descubrimos que no le ha costado nada, a cambio de servicios aquí y allá. Tal desdoro le lleva al intento de un suicidio, retardado gracias a la irrupción de una agresiva vendedora - Amparo Larrañaga. A partir de ahí la estructura de la obra es como ese ingenio de "muñecas rusas", que dentro de una se saca otra y así sucesivamente. Por eso es inevitable que la memoria nos lleve a aquella película argentina tan ingeniosa: Nueve Reinas (2000) de Fabián Bielinsky y protagonizada por Ricardo Darín. En ella íbamos de pícaro en pícaro, y aquí también. El ingenio de entonces, se consigue también en Fuga.

 

La historia está llena de pícaros-timadores. Con ellos nos divertimos, y celebramos su habilidad. El único "hombre honrado" es el ministro, Isidre Gali, cuya salida para quedar como hombre digno ante su "pufo" es el suicidio. No es consciente de que su caída en el mundo del trapicheo, le equipara a la corte vallecana - la familia viva en Vallecas - que ha irrumpido en su casa. Tal reflexión, elevada al concepto de "universal", nos lleva a maliciar que Galcerán pretende algo más que una banal historia de enredo o un caso puntual. La corte de pícaros de Vallecas es un espejo de la gran corte que forman los políticos. Claro está que todo en clave de humor. Y esto parece entenderlo el público que ríe satisfactoriamente cuando, a través de las frases del ministro y corte vallecana, se alude a ello.

 

Hay también pequeñas ironías a la arquitectura de diseño - el chalet del pecado es aséptico y con ventana reducida casi a un línea horizontal - al comportamiento catalán de la "pela es la pela" - el ministro es catalán -, y a ciertos comportamientos puritanos, por aquello de que "yo soy religioso". Total, Galcerán muestra una sociedad que se le podría denominar: "ensaladilla rusa".

 

Los diálogos son ágiles, cualidad que siempre ha presidido las comedias de Galcerán,  y el ritmo no decae en ningún momento. No hay descanso, y esto es bueno, porque ayuda a no romper el ritmo conseguido por el sorprendente acontecer, desde que se levanta el telón.

 

Si ya se tienen puntos positivos sobre un texto ingenioso y destinado a divertir al público, se acrecienta por la, otra vez, buena dirección de Tamzin Toensend, directora que ha mostrado su habilidad en los diversos géneros: desde los más sesudos a los más triviales. Los diálogos son un torrente en el tiempo, la mímica posee sus aciertos y el movimiento continuo de los actores le da ese toque de agilidad, necesario en toda comedia.

 

El Ministro - José Luis Gil - es el protagonista de la historia, con creces. Prácticamente no abandona nunca la escena, salvo breves mutis de precipitada ida y vuelta. Con José Luis Gil nos hemos familiarizado y divertido con las dos series televisivas Aquí no hay quien viva y La que se avecina. Ha llegado a crear un personaje, hasta el punto de que, casi, lo confundimos con su propia personalidad. En esta ocasión la construcción de su Isidre Gali, sigue un poco esa línea a la que nos tiene habituados. No nos disgusta, y por las reacciones positivas, en carcajadas y aplausos del público, parece haber acertado con la interpretación. Por eso, cuando leemos en su currículum que a los 16 años abordaba los clásicos, nos cuesta imaginarlo en tales lides.

 

El otro protagonismo es el de Carmen - Amparo Larrañaga -, que muestra, una vez más, su capacidad para personajes desenvueltos, seguros de sí mismos y arrolladores. Impacta la rapidez en su, no fácil, recitado del principio, con el que los espectadores comienzan por soltar su primera carcajada.

 

El resto del reparto - Kira Miró (Yolanda, la prostituta), Mauro Muñiz de Urquiza (Manolo, el marido de Carmen y putero en la intimidad de su hogar), Francesc Albiol (Mariano, el paralítico padre de Carmen) - cumplen bien con su cometido, arropando la historia para que el hilo conductor avance. Los tres interpretan dos personalidades, ya que Fuga  es un mundo de apariencias. En los dos registros muestran una buena versatilidad. Llama la atención el desdoblamiento de Kira Miró, hasta el punto de, casi, ser irreconocible en su segunda personalidad.

 

Hay que alabar la aséptica y bella escenografía de Ricardo Sánchez. Trazada con un minimalismo a ultranza, no deja de ser una cierta ironía hacia la asepsia de una arquitectura que ha dejado de ser hogareña. ¿Es mucho rizar el rizo, si se piensa que tal asepsia va trasladada al mundo institucional? ¿La estrechez de la ventana horizontal en que "no se ve casi nada del exterior", es símil de la estrechez de miras de los de arriba y del alejamiento del mundo exterior? Ahí lo dejo.

 

La estructura teatral parece denunciar tres actos. Pasan los días y tiene que haber un mínimo cambio de vestuario. Para evitar la espera se han ideado unas breves intervenciones de los otros tres actores, sucesivamente, en un lado del escenario circundados por un proyector. Interpretan mímicamente acciones de acuerdo con su personaje. Sobran. Al fin y al cabo la espera no es tan larga.

 

La comedia de Galcerán se podría definir como una "comedia de apariencias" y otra vez "rizando el rizo" ¿no lo es también la institución y por "ende" la misma sociedad?

 

Era un sábado - 3 de diciembre  a las 21 horas y 30 minutos - el teatro estaba, prácticamente, lleno. El público intervenía, frecuentemente, con sus carcajadas y, tras cada acto, con fervorosos aplausos. Más fervorosos fueron los del final.  

 

 

Título: Fuga

Autor: Jordi Galcerán

Iluminación:  Felipe Ramos

Escenografía: Ricardo Sánchez

Espacio Sonoro: Isabel Montero

Vestuario: Paco Casado y José Juan Rodríguez

Fotografía: Jean Pierre Ledos

Diseño Gráfico: Alberto Valle, Hawork Studio

Producción: Marisa Pino y Carlos J. Larrañaga

Iluminación: Xavi Pascual

Maquinaria: David González

Regiduría: José Ángel Navarro

Gerencia: Jesús Morgado

Realización Escenografía: Mambo Decorados

Transporte: Transdecor

Asesoría Laboral: Pasquín

Asesoría Fiscal: Impetax

Seguros: Fya De Lope

Distribución: Salbi Senante

Intérpretes: (por orden de intervención) José Luis Gil (Isidre Gali),Amparo Larrañaga (Carmen), Kira Miró (Yolanda), Mauro Muñiz de Urquiza (Manolo), Francesc Albiol (Mariano)

Dirección: Tamzin Townsend

Duración: 1h30 Min. (Sin Descanso)

Reestreno en Madrid (Segunda temporada): Teatro Alcázar, 8 - IX - 2011

 

 KIRA MIRÓ / JOSÉ LUIS GIL
FOTO. JEAN PIERRE LEDOS

 

 JOSÉ L. GIL / MAURO MUÑIZ /FRANCESC ALBIOL
FOTO: JEAN PIERRE LEDOS

 
 


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande

 

Última actualización el Domingo, 04 de Diciembre de 2011 12:26