Orfeo mordiendo el polvo. Mísero Próspero. Entrevista Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Martes, 21 de Septiembre de 2010 18:51
 

ORFEO MORDIENDO EL POLVO

MONTEVERDI BAJO EL PRISMA DEL JAZZ Y EL MOVIMIENTO 

Yo quería, ya,  hacer algo con el Orfeo de Monteverdi. Su música me había marcado. Como proyecto concreto comenzó hace un año cuando me encuentro con el trío de Jazz liderado Balázs Elemér,


ORFEO MORDIENDO EL POLVO

MONTEVERDI BAJO EL PRISMA DEL JAZZ

Y EL MOVIMIENTO 

    CLAUDIO MONTEVERDI                                                                                                         BALÁZS ELEMÉR  

La Ópera de Orfeo con música de Claudio Monteverdi se anuncia en el Teatro Fernando de Rojas, en el Círculo Bellas Artes de Madrid. El título completo es Orfeo mordiendo el polvo, el cual ya nos distancia de una representación tradicional de la ópera. La curiosidad aumenta cuando comprobamos que la música se encomienda al trío jazzista Balázs Élemer Trio. Vamos de curiosidad en curiosidad a leer quien es el creador de este Monteverdi-jazzista: la Compañía Mísero Próspero, a la que le precede el apelativo de “Los Hispano-Húngaros”.

 

Esta Compañía procede de Hungría y su director es el catalán Carlos Rodero, que lleva, ya, quince años por aquellas tierras. El teatro que nos propone lo define, tras búsqueda de encasillarla, sin muchas ganas, como “Teatro Físico”.

 

  • Somos una compañía de teatro-danza húngara, cuyo exotismo es la dirección, yo que soy de Barcelona y mi compañera Daniela H. Faith, que es medio mejicana, medio húngara. Trabajamos mucho en Hungría y tras 15 años, venimos a Madrid con dos obras: Orfeo mordiendo el polvo y Matruska muñecas rusas. Es todo un reto.  

Orfeo mordiendo el polvo rondaba en la cabeza de Carlos hacía, ya, unos años. 

  • Yo quería, ya,  hacer algo con el Orfeo de Monteverdi. Su música me había marcado. Como proyecto concreto comenzó hace un año cuando me encuentro con el trío de Jazz liderado Balázs Elemér, que interpretaban, también, música barroca a través del jazz

 

Balázs Elemér Trío, es una de las formaciones de jazz más populares en Hungría. Nace en el 2000 de la mano de un percusionista de fama internacional: Balázs Elemér. Su estilo es muy peculiar ya que ha creado un “único sonido melódico con interesantes patrones rítmicos y ha dado una fascinante textura al contraste tonal de vocalistas masculinos y femeninos”. Su música es muy versátil y como alimento base está el jazz y la música folk de su país, Hungría. Balázs Elemér se encarga de la batería; Balázs Joseph de los teclados, y Lakatos Krisztián del contrabajo.

 

El aspecto musical de Orfeo se complementa con el aspecto plástico, en el que la coreografía tiene preponderancia. Aquí entra la creación de Daniela H. Faith, que además de coreógrafa es bailarina, experta en las técnicas del “clown” y de la danza “buto”.

 

TEATRO FÍSICO
 

  • Yo vengo del teatro de texto – aclara Carlos Rodero -, y al crear este proyecto pensamos trabajar en lo que se ha llamado teatro-danza o danza-teatro, pero va más allá puesto que utiliza también las técnicas del “clown”, la pantomima y pretende una fusión de todos estos elementos. Es difícil explicar si es teatro o danza, o viceversa   Por eso, lo más adecuado es llamarlo: Teatro Físico. Recurrimos al mínimo de elementos escénicos disponibles, siguiendo las líneas del espacio vacío, con pocos intérpretes. Con casi nula escenografía, sí potenciamos el uso de unos poco objetos. Otros elementos importantes son: el uso del espacio y de la luz, la profundización de la interpretación y la recreación de la música. No se trata de un ”collage”, sino que todos estos elementos buscamos un lenguaje de movimiento común para todo el espectáculo que englobe a todos los otros armonizándolos y dándoles coherencia.

 TABBOUCH LINDA
(VESTUARIO)

 
  L'ORFEO, TEATRO REAL  2008
FOTO: JAVIER DEL REAL 
(CLIKEAR)

L'Orfeo de Claudio Monteverdi está considerada como la primera ópera de la historia. El 24 de febrero de 1607 se estrenaba en el Palacio Ducal de Mantua, de corte renacentista. En la versión de 2008 estrenada en el Teatro Real de Madrid, la escenografía de Pier Luigi Pizzi, reproducía el patio central del mencionado Palacio y la orquesta – vestida renacentísticamente – había salido del foso para situarse casi a la altura del escenario y así unir voces, orquesta y publico, puesto que del escenario se descendía a la platea por unas escalinatas palaciegas de poca pendiente.

 

Lo que Mísero Próspero nos propone no es la ópera, en clave barroca, del Orfeo de Monteverdi o una versión más acomodada al uso operístico del siglo XIX.  

  • Propongo una versión propia sobre la ópera – advierte Carlos. Elegimos hablar del mito y nos preguntamos ¿qué puede suponer hoy el mito Orfeo? Si es que hay una respuesta la veremos a partir de hoy. Con este personaje queremos penetrar en la búsqueda de un lenguaje que exprese la tremenda frustración que experimenta un hombre enamorado frente a fuerzas superiores como el abandono y la muerte o la peligrosa posibilidad de que todo ese torrente amoroso no esté en realidad dirigido a nadie más que a sí mismo. El viaje de Orfeo no es de un hombre cualquiera. Es el de un artista, que quizá cae en la tentación de sobrevalorar el poder de su arte en una misión que está condenada al fracaso desde el principio.

Aunque Carlos vierta sus pretensiones sobre Orfeo en palabras, reconoce que... 

  • ...Soy incapaz de filosofar. Hay que ver el espectáculo. Digo esto porque hablar del mito de Orfeo puede ser irónico. Nuestra propuesta es implicarse con nosotros e ir a casa con preguntas. Esto es algo que ya he tenido en cuenta al empezar a hacer teatro profesional en Barcelona. Para mí el teatro es el foro ideal para hacer preguntas, más que defender tesis o ideas.   

El concepto de “Ópera” supone música y voz. En esta ocasión la música de Monteverdi se filtra a través del “jazz”.

  • La han compuesto codo a codo con la dramaturgia y la coreografía. Se ha compuesto una versión de Monteverdi que es magistral. Es algo que puede ser polémico, pero su calidad es innegable. Hay momentos en que se puede reconocer muy bien a Monteverdi, por ejemplo los “ritornellos”. Hemos seleccionado fragmentos de la partitura. Comenzamos a partir de la muerte de Eurídice, ya que, para nosotros, antes no hay nada importante. Es a partir del cuarto y quinto acto donde hemos empezado a trabajar. 

El proceso de creación musical ha sido progresivo: Antes y después del escenario.  

  • Primero nos grabaron CD y sobre él con los sucesivos ensayos trabajando con la dramaturgia y coreografías fue cuajando la partitura. La ópera tiene “voz”, pero aquí los cuerpos de ellas son la “voz”. 

 

Una de las peculiaridades del “jazz” es la improvisación o variaciones sobre el tema. En Orfeo al arropar a una dramaturgia y coreografía no parece poder permitirse tal lujo. 

 

  • La hay, en parte – precisa Carlos -, pero partimos de reglas muy estables de comunicación y trabajamos juntos. Se sabe cuándo empieza y termina. Hay también una marco fijado para las bailarinas, pero lo que sí es cierto es que no hay un día igual que otro. Nuestros movimientos fijos los respetamos y los músicos no siguen. Hemos improvisado en los ensayos, pero luego llegamos a una forma final. Como ellos son jazzistas y su vocación es recrear ciertos momentos, eso sí lo hemos ido haciendo en los ensayos.

 

AUSENCIA DE TEXTO HABLADO O CANTADO
 

En ese Orfeo no se dice un texto. Existen unos sobretítulos, pero, para Carlos 

  • No me interesan mucho, porque no me interesa mucho contar la historia como reflexión acerca de lo que hay detrás. El Teatro Físico es a partir del movimiento y del trabajo corporal, lo cual es fácil que cree cierta problemática. En Budapest (Hungría) ya se ha estrenado y me sorprendió positivamente la reacción del público, que es muy teatrero, ya que va mucho al teatro. Sabe mucho, sin ser especialistas. El teatro húngaro es muy transparente y muy claro. Un teatro como el mío es muy novedoso y si el público no consigue acercarse a lo puramente teatral del escenario, sí le llegan imágenes y sonidos, con lo cual salen entusiasmados y se crea en ellos una dinámica muy agradable, porque cada uno tendrá su opinión.  

TRES BAILARINAS PARA TODOS LOS PERSONAJES

Y SITUACIONES
 

Además de Daniela, actúan como bailarinas Takács Dorisz (húngara) y Tania Garrido (española).

 

Takács Dorisz es una bailarina muy joven de formación clásica y recién salida del Conservatorio Superior de Danza de Budapest. Interpreta la fantasía de Orfeo y Carlos Rodero reconoce que “viniendo del clásico le hemos descubierto nuevas cosas en el mundo de la danza”.

 

Tania Garrido, estudió en la RESAD  y su punto de partida es el teatro cercano al gestual, pero también se ha formado en la danza. Cayó en esta montaje tras una audición. 

  • Descubrí en Tania – declara Carlos una vertiente relacionada con la “danza butho”, así como la posibilidad de ofrecer cierta comicidad que me venía como anillo al dedo. En la época de la audición todavía no tenía muy claro el personaje, pero sí me convencieron esos rasgos y me sorprendió. Después hay todo un proceso de adaptación, en el que interviene lo que los actores te pueden dar y a mí me gusta alimentarme de ellos.  

Para Tania su estancia en Budapest le supone enfrentarse a… 

  • …mundo nuevo teatralmente. El método de trabajo con Carlos hay que irlo descubriendo y vas de sorpresa en sorpresa. Reconoce que en más de una ocasión se ha hecho la pregunta que ha terminado por ser el título de una película:”¿Qué hace una chica como tú, en un sitio como este?”, pero a pesar de no tener una respuesta definitiva, estoy muy contenta.

 


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Miércoles, 22 de Septiembre de 2010 09:43