Fígaro. Fernandez. Beaumarchais. Entrevista Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Martes, 28 de Diciembre de 2010 10:52

FÍGARO (el día de las locuras)

RESURRECCIÓN DE BEAUMARCHAIS

 

     BEAUMARCHAIS                                                                                                                                                            JOSÉ R. FERNÁNDEZ

Fígaro (el día de las locuras) se presentó en Almagro dentro de la programación del Festival Internacional de Teatro Clásico 2010. A juzgar por las críticas, todo fueron parabienes. Cuando el Teatro Galileo programó su temporada contando con el William Layton laboratorio de Teatro, lo lógico es que comenzara por este título, ya que iba sobre seguro. No obstante adelantó el Romeo y Julieta de Shakespeare. La razón la desveló el propio Francisco Vidal. Como en diciembre se estrenaba el Beaumarchais de Sacha Gitry en el Teatro Español, por José María Flotats, y como este Fígaro con texto de José Ramón Fernández también iba de Beaumarchais, la cercanía de los dos estrenos podría ser útil a la hora de analizar el personaje.

CAROLINA REYNOLDS / CARLOTA LÓPEZ
FOTO: PRODUCTORA

José Ramón Fernández (Madrid, 1962) confiesa que por estar “tosiendo tres semanas”, no ha podido ver el anterior montaje de Romeo y Julieta y tampoco, días antes al estreno de su texto, el Beaumarchais de Sacha/Flotats. El contacto con la Sala Galileo le vino, en 1994, con la versión que hizo de La Lluvia amarilla (1988) de Julio Llamazares. En 1995 conectaba con Francisco Vidal al que califica de “excelente actor”.  Pasados los años ya lo conoció en la “ sorprendente dirección de una talentosa generación de jóvenes actores”

 

 

  • Al proponerme este texto – continúa José Ramón -, fue algo bueno, pues venía a ser una declaración de amor hacia los actores. Me propusieron la adaptación de Las bodas de Fígaro con una nueva dramaturgia y escribí este texto. Las obra de Beaumarchais está escrita en la época en que en Pensilvania se habla de “Nosotros el pueblo…”, pues es la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.

 

 
 FRACISCO VIDAL
  • Es una obra divertidísima – corrobora Francisco Vidal -, y se basa en el ensayo secreto que se hizo. Vemos, pues el ensayo y a los actores que lo hacen. Se trata de una obra entre amigos. El final es muy emotivo. Se trata de un divertimento maravilloso, en el que se dicen verdades como puñales y entre ellas la declaración de Beaumarchais sobre la “búsqueda de la felicidad”, que se puso en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, aunque después se quitó. La obra resulta actual.

 

 

Como ya hizo con Romeo y Julieta, la época ha sido trasladada a los años treinta.

  • Es una época que me fascina – explica Francsico Vidal -, pues yo veía mucho cine y era de esa época. Una época visual que adoré. También juega en ello el aspecto económico. Yo podía contar con los grandes ropajes de Beaumarchais del Teatro Español, que tiene una escenografía y un vestuario espléndidos. He visto el montaje del Español y me ha gustado mucho. Flotats es un genio. El texto de la obra – de Sacha Guitry - me ha gustado menos. Nosotros, en cuanto a la interpretación, creo que hemos acertado, pues hay una buena química entre los actores. Hay algo especial entre ellos. Son ocho y se doblan para interpretar diversos personajes. Todos son importantes. Iré sustituyendo a aquel que, por otros compromisos, se tenga que ir, pero la Compañía no se disolverá.

 

En Romeo y Julieta a Paco Vidal, además de dirigir, le tocaba interpretar.

  • En Romeo y Julieta descubrí que me gusta más ser actor que director. Nunca había dirigido y actuado a la vez, sólo en algún caso para sustituir esporádicamente a un actor si se tenía que ir. En Fígaro solamente he dirigido, aunque no me importaría hacer tres de los personajes, pero me quedaré en el banquillo. Ojalá tuviera dinero para que estos actores no se fueran, pues se lo pasa muy bien.

 

FERNANDO ESCUDERO
FOTO: PRODUCTORA

Este texto data de 2004, pues fue una dramaturgia para la compañía Alquibla Teatro de Murcia. Se estrenó en el Teatro Guerra de Murcia en octubre, bajo la dirección de Antonio Saura.

 


  • Ya, en aquella ocasión, fue muy bien aceptado. Resultó divertido, popular y para un amplio sector de público. Al mismo tiempo cubre la historia de Beamuarchais. Pero lo más importante es que no solamente es divertido, sino que, en su época fue rechazado y censurado, por las ideas. Algo similar le sucedió a El sí de las niñas de Moratín, que fue denunciado a la Inquisición porque alentaba a las chicas jóvenes a rebelarse contra los tutores y tomar decisiones - aclara José Ramón.

 

 

 

  • El texto – añade Paco Vidal posee una serie de capas de profundidad tremendas para, incluso hoy. Se dicen de manera suave por ser comedia, pero procura que no pasen desapercibidas. Beaumarchais resulta rabiosamente actual. Con El barbero de Sevilla y Las bodas de Fígaro pasó a la historia del teatro.
  • Escribió muy poco teatro, pues se dedicaba a otras muchas cosas – añade José Ramón -, su implicación en la revolución americana, espía de su majestad, relojero… Es un personaje fascinante y muy moderno. Sus dos obras gracias a las óperas de Mozart y Rossini se hicieron infinitamente populares.
 CAROLINA REYNOLDS / ANTONIO DE COS
FOTO: PRODUCTORA
  • Aunque, en las óperas, el texto pierde a pesar de la música maravillosa – matiza Paco Vidal.

 

 

En Fígaro, Las bodas de Fígaro se entreteje con los avatares de una compañía de teatro que ensaya, con la interpretación y supervisión del propio Beaumarchais.

 

  • El texto de las Bodas – advierte José Ramón -, es muy complejo debido a que es muy largo. Por lo tanto uno de los problemas es el reducirlo. El original es muy ácido, sobre todo en un monólogo de Fígaro que dura 20 minutos y en el que se hace un repaso a la sociedad de una época pero que resulta actual. He añadido cosas que escribió el propio Beaumarchais y las he actualizado.

 

Han pasado unos años desde la primera versión del texto, no obstante

 

  • No ha cambiado – confirma José Ramón -, con todo la compañía  tenía la libertad puesto que el texto es suyo, una vez que lo interpretan. Si me consultan, para cambios, pues bien.

 

 

 

  • No ha habido necesidad de cambiar nada – insiste Paco Vidal -, pues es un texto maravilloso. Al leerlo me dije “esto quiero hacerlo” y le pedí permiso por si ya lo tenía comprometido.

 

Antes de aterrizar sobre el escenario del Teatro Galileo, se intentó presentarla en la Sala pequeña del Teatro Español, lo cual tenía sentido una vez que Beaumarchais estaba en la  Sala Grande, aunque empezamos a ensayar antes de conocerse el proyecto de Flotats. No pudo ser y la oferta recayó sobre Enrique Salaverría.

 

  • El espacio del Teatro Galileo – declara José Ramón es algo importante para este texto, puesto que se trata de un espacio medio. En una sala grande, tal cual está montado sería un fracaso. Los trabajos funcionan cuando se encuentran una compañía compenetrada, un buen texto y un director. Curiosamente este texto tiene la cualidad de proximidad con el público, que saldrá encantado. En el caso de un director como Paco, que es quien negoció la idea, tiene la gran virtud de sacar adelante un proyecto cuando se enamora de él. Todas estas coincidencias dispersas fueron aprovechadas.

 

 

 

UN TEXTO PARA UN AMPLIO ESPECTRO DE PÚBLICO

De todos modos, según sus creadores Fígaro es un texto asequible al Teatro comercial, al Teatro público o incluso para una sala alternativa, aunque, en este caso, lo de alternativa no hay que identificarlo con teatro de vanguardia o experimental que limita el espectro del público.

 

 

SOL DE BARREDA
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Paco Vidal ha montado varios textos con el laboratorio William Layton, lo cual no quiere decir que se recurra a lo que se ha llamado la “metodología Layton”.

 

  • Es que eso es falso – corrige Paco Vidal -, pues no hay tal metodología en cuanto que sea algo especial. Lo único que existe son las enseñanzas de Layton, pero hay que desarrollarlas. Es importante la técnica, pero sólo para usarla cuando se necesita, después hay que conseguir que la intuición vuele. Es algo como la técnica del bailarín. Tiene que dominarla y es algo maravilloso, pero luego necesita de llenarla de alma y no reducirse a ir contando los pasos.

 

  • Cuando he tenido la suerte de tener en el reparto de mis obras a gente de Layton, es una suerte pues la impronta Layton es el que ha creado actores apasionados por su trabajo. Si queremos hablar del “actor Layton” es el ser pesado por su trabajo – precisa José Ramón.


 


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Sábado, 24 de Septiembre de 2016 14:45