La tabernera del Puerto. T. Zarzuela. Entrevista. Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande.   
Miércoles, 17 de Marzo de 2010 15:48

LA TABERBERA DEL PUERTO
de
PABLO SOROZABAL y LUIS OLMOS

UNOS PERSONAJES CONTEMPORÁNEOS DE
EL CORTO MALTÉS


FOTOS BASE: JESÚS ALCÁNTARA

  Hace 34 años que no se montaba en el Teatro de la Zarzuela La Tabernera del Puerto de Pablo Sorozábal, que dirigió él mismo. Estrenada el 16 de mayo de 1936 (¿6 de abril de 1936?) en el Teatro Tívoli de Barcelona y cuatro años después en Madrid, este título ha sido de los más socorridos en las Compañías de Repertorio y para el público medio, junto con Katiuska y La del manojo de Rosas. De sus melodías las más populares han sido la romanza de Marola: En un país de Fábula – a la que acude con cierta ironía Fernando Trueba en su película Bélle Epoque, en la voz de Mari Carmen Ramírez - , y la de Leandro: No puede ser, esa mujer es buena, cuya interpretación ha terminado por ser un referente en la voz de Alfredo Kraus.

Luis Olmos – actual director del Teatro de la Zarzuela – es el director escénico de esta versión. Él mismo no se explica la causa de esta ausencia de tantos años:

  • Sorprende que no se haya montado en tantos años, pues es una obra musicalmente maravillosa. Se pueden encontrar algunas causas. Una de ellas es que tiene unas delicadas y arriesgadas exigencias vocales que no son fáciles de llevar a escena.

A parte de una partitura no fácil, exige un amplio reparto de voces. Soprano, tenor lírico, dos barítonos, bajo, tenor cómico y la llamada tiple cómica, convertida en esta ocasión en un chico adolescente, Abel.
 

Cuando Luis Olmos llega al Teatro de la Zarzuela como director artístico, José Antonio Campos ya le propuso que montara La Tabernera del Puerto.
  • Yo tenía un buen recuerdo de La Tabernera. De pequeñito, tenía una vecina que me decía que le pusiera el disco de La Tabernera y yo cuando lo oía me emocionaba con aquellas melodías. La cantaba Kraus, que es un referente, dentro del mundo de Sorozabal, pues ha interpretado muchas de sus versiones discográficas. Hacerla ahora era recordar aquellos momentos, pero, al mismo tiempo, redescubrirla.

LUIS OLMOS

En la ficha técnico – artística a Luis Olmos, además de la dirección, se le adjudica este epígrafe: Revisión Dramatúrgica

  • Con ese nombre se quiere decir – aclara Luis que he hecho un peinado de la obra sobre una serie de aspectos reiterativos, que lo único que hacían era alargarla. A veces se refiere a la propia rima. El texto está escrito en romance con rima asonante. Por ejemplo Leandro – el galán – se expresa en rima asonante y suena un poco cursi. En ese caso he roto el romance, ya que te das cuenta de que se añade un verso para completar el romance y la rima. También he quitado florituras inútiles, o cosas para ser coherente como cuando Juan Eguía advierte ¿me acompañas a la guitarra? Y después nadie la toca.

Además de este peinado de texto, la versión de Luis desvela la entraña de una historia oscura, que la época sólo apuntó y suavizó.
 


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
Estamos en el imaginario pueblo de Cantabreda (Norte de España), cuyos rasgos apuntan al verdadero Castro Urdiales. Pescadores, antiguos contrabandistas, mujeres de los pescadores y una taberna en el puerto. En ella Marola, una bella y enigmática mujer, por la que beben los vientos los hombres de aquel mar. Entre ellos, dos enamorados: Leandro y el adolescente Abel. Marola parece tener un dueño, Juan Eguía. En el trasfondo se intuye que ciertos personajes cuentan con un pasado tortuoso que proyecta su sombra sobre el presente.

SACAR A LA LUZ
UN PASADO TORTUOSO

Luis ha intentado desentrañar ese misterioso trasfondo de oscuridad que late en algunos personajes.

  • El tratamiento que le he dado es el de la fábula - aclara Luis. De hecho el subtítulo de la obra es “Romance marinero”. Desde que la conozco siempre me sugirió el que era una fábula que narraba la piratería en un pueblito de fantasía llamado Cantabreda. Juan de Eguía, Simpson, Verdier aparecen como piratas y con una serie de trapicheos, pero ya en decadencia. han vivido y viven en un mundo marginal. Sugieren mundo de piratas, la cocaína, la trata de esclavas… Pertenecen a ese mundo y han sido traficantes, lo que sucede es que ahora ya están en decadencia. Hay todo un mundo oscuro y perseguido por la ley.

Esta temática se insinúa en el terceto de los dos Barítonos y el bajo (Juan de Eguía, Verdier y Simpson)

Juan de Eguía y Verdier:
¡Aquellas noches de borrachera.
Durmiendo en brazos de torpes hembras!
¡Y aquellas horas de corto idilio
Que eran amores para el olvido!

Simpson:
Y aquella negras y aquellos vinos

Los tres:
¡Cuántos caminos tiene la mar!
¡Cuántos escollos ocultos hay!
Juega el velero con el azar
Y nunca sabe ni cuándo llega
Ni a donde va.
 

  • Hay un mundo de pasiones muy curioso – continúa Luis. Los libretistas Fernando Romero y Guillermo Fernadez Shaw juegan con el espectador e intentan justificar ciertas situaciones. Por ejemplo está la relación padre (Juan) e hija (Marola) que hacen creer que son marido y mujer. Los libretistas dan ciertos trazos que sugieren que existe el incesto. Yo pienso que entre el padre y la hija hay algo más que una relación paterno-filial, pero que lo han matizado los libretistas dejándolo con ese equívoco ante el pueblo. Hay una situación incestuosa, de lo contrario no serían tan tramposos. Los personajes trascienden su aspecto exterior y son complejos. La imagen de la hija le recuerda a su mujer y ahí ya se confunde todo. Existe todo un mundo de peligro y contrabando en un entorno marinero con trazos de piratería. Todo este ambiente me ha llevado al mundo de la fábula y del cómic de los años 30 americanos como puede ser el mundo que Hugo Pratt nos describe en el cómic El Corto Maltés.

Centrado este romance marinero en le mundo del cómic, la escenografía, retroproyecciones y vestuario siguen ese estilo.
 


BOCETO ESCENOGRÁFICO:
GABRIEL CARRASACAL
  • El que se centre en le cómic como estética, no quiere decir – precisa Luis que se pierda verosimilitud en las emociones de los personajes, tanto musicalmente como actoralmente.
     

La traslación a la estética del cómic sin perder su verosimilitud es algo…

  • Que hemos conseguido. Aún faltan algunos días para el estreno y limpiaremos más cosas. Es una obra delicada, que se centra en los perdedores como es la figura de Simpson que es un antiguo pirata, hoy alcohólico y que vive de la caridad de los que le rodean. Juan de Eguía es un empedernido traficante y pirata que va a realizar su último negocio. Hay un mundo que subyace sin resolver y hemos intentado darle sentido a casi todo.

SUPERACIÓN DE LOS CLICHÉS

Otra de las revisiones ha sido el eliminar ciertos clichés. Una de las romanzas más celebradas ha sido la de Marola

“En un país de fábula…”
 

  • Se ha tratado como algo ligero – advierte Luis -, y no lo es. Hemos buscado el sentido hondo de esa narración que es una historia muy triste. Y musicalmente hemos sido muy rigurosos. Por ejemplo, desde el punto de vista musical hay una cierta incoherencia y salida de tono tras el dramatismo de la escena de la barca y la tormenta. En las versiones tradicionales se bajaba el telón y sonaba un interludio que reproducían orquestalmente el dueto cómico de Chinchorro y su mujer Antigua. Dramáticamente no pega nada, pero era una excusa para poder cambiar de decorado. Lo hemos olvidado, ya que ahora podemos realizar el cambio a la vista del público. En buscar esa coherencia y dar mayor profundidad a la historia narrativa y musicalmente hemos hecho un gran esfuerzo.

MAROLA
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

Un ingenuo enamorado es el adolescente Abel:

  • Es un niño enamorado como un adulto. Cuando le dice “te quiero”, lo dice como un adulto. Nuestro Abel es más sobrecogedor, le hemos dado más dureza y lo hemos perfilado más.

Desde siempre este personaje se le ha encomendado a la llamada tiple cómica. Estrella Rivera lo estrenó en 1936 y en las versiones discográficas siempre lo ha interpretado Enriqueta Serrano, mujer de Pablo Sorozábal. Puestos en ese revisionismo de mayor autenticidad, lo lógico hubiera sido acudir a un chico adolescente de voz blanca.

  • Lo hemos pensado – aclara Luis. Pero era mucho riesgo el que lo asumiera un niño porque se les cambia la voz. Pilar Moral lo encarna muy bien.
Uno de los personajes más tontorrones es el enamorado de Marola, Leandro. Le salva su partitura musical, sobre todo en su famosa romanza “No puede ser, esa mujer es buena”, no obstante dramáticamente resulta un tanto anodino.
  • Es un personaje que no sabe expresarse. Vive como obnubilado y es algo obsesivo. Consigue arrancarse y declararse, pero lo hace de un modo rudo y con un sentimiento muy noble y sencillo. Su misión es estar junto a Marola. Su idea de “Fuguémonos” nos da un amante comprometido y por ello Juan de Eguía juega con él y consigue que acepte ese turbio acuerdo.

JOSÉ BROS (LEANDRO)

El papel de Leandro (tenor) lo interpreta José Bros y se alternará con Albert Montserrat y Vicente Ombuena
 


ENRIQUE BAQUERIZO
(JUAN DE EGUÍA)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
Juan de Eguía (barítono) es un personaje con unos trazos dramáticos más precisos.
  • Dramáticamente es un personaje muy complejo y no solamente es el malo. Me gusta su corazón roto. Ve en su hija a su mujer, con la que no se portó bien. Llama a Leandro para deshacerse de él como rival, pues madre e hija para él son la misma persona. Es un personaje muy enriquecedor. El final le redime.

Marola es un personaje enigmático y según María Rodríguez – alterna el papel de Marola con María José Moreno – es…
 


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
  • Muy verdadera. Yo la relaciona con esos personajes operísticos sicilianos que he interpretado. En el número – un atractivo número musical a ritmo de vals - con las pescaderas que la acusan de mala hembra y diablo, saca toda su fuerza y se defiende. Pierde la pelea cuando entra Juan de Eguía y la arroja por el suelo. Ahí es donde aparece lo que yo califico como aspecto siciliano, esa especie de oscurantismo. Es casi como Divinas Palabras, de Valle Inclán.
     

María Rodríguez (Valladolid) se ha licenciado en la RESAD y ha estudiado canto con Ángeles Chamorro. Lleva interpretado varios papeles como Mimí, Musetta. Donna Anna y Donna Elvira, Fiordiligi, la Condesa Almaviva, Micaela, Adèle … posee un surtido currículo operísitco español Don Quijote de Halffer, Divinas palabras de García Abril, La vida breve, Goyescas, El hijo fingido de García Abril, La Dolores de Bretón etc… También una serie de zarzuelas.
  • Siempre defiendo la zarzuela – precisa María. Disfruto con roles como el de Marola. Es un personaje que toca muchos sentimientos. Ella no es la inocente como Leandro. Se ha criado en el arroyo. Viene a ser un personaje similar al de La Dolores y el que interpreta Charo López en Los Gozos y las Sombras. Es una mujer frontera, que está en el límite de la prostituta. Por ello he dicho que me recuerda un personaje siciliano.

MARIA RODRIGUEZ (MAROLA)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

Marola vocalmente no tiene una tesitura fácil.

  • Vocalmente es un reto. Yo he cantado papeles dramáticos en Ópera, pero en zarzuela no había hecho este tipo de personajes más dramáticos. Por ello aunque yo sea soprano dramático, me encuentro muy cómoda.
  • Es también un personaje complicado - añade Luis -, por esa relación que guarda con su padre, al que se siente atado por el amor a su madre. Todo esto da un tinte de comedia melodramática pero importante y obliga a un ritmo fulgurante en la obra.

LA MÚSICA

Manuel Galduf (Liria) alterna la dirección musical con Ramón Torrelledó (Castro Urdiales). Para Manuel Galduf es una satisfacción trabajar con Luis Olmos, dirigir en el Teatro de la Zarzuela y La Tabernera.

  • Es una satisfacción y un reto. Musicalmente, Sorozábal, es un músico con una cultura alemana, cuyo entorno conoce muy bien. Es sinfonista y lo ha aplicado a partituras fantásticas como son La tabernera del Puerto y La del Manojo de Rosas. Aquí parece oírse a Wagner, algunas veces y también sabe bajarse a otros estilos como sucede con el dueto cómico de Chinchorro y Antigua. Va desde la orquestación más fulgurante a la del género chico. Y es difícil encontrar cantantes que puedan pasar de un estilo a otro.
Juan de Eguía y lo mismo Verdier son barítonos. La tesitura del barítono de zarzuela es más difícil que la de ópera. El barítono de zarzuela juega con una amplitud mayor de registros, llegando a agudos cercanos al tenor. Tiene también unos filatos muy delicados. El barítono de ópera se mantiene más en su cuerda. Hoy se puede decir que ese tipo de barítono ha desaparecido. De los últimos fueron Manuel Ausensi y Marcos Redondo
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
  • Es difícil hoy encontrar barítonos de zarzuela – corrobora Manuel y prácticamente han desaparecido. En esta ocasión se juega con tres voces graves, con lo cual se complica más. Por ello han de ser excepcionales. Conjugar todo esto es difícil para un director de orquesta que tiene que mantener un equilibrio.

La comedia musical y la zarzuela al alternar las partes habladas y musicales, pide una cierta complicidad con el espectador para que acepte el salto. Sorozábal ha intentado que el espectador no tuviera que dar ese salto y procuraba la transición más suave. De ahí que el “parlato” comience o se prolongue con la música.

  • Esa alternancia – advierte Manuel -, obliga a un reparto excepcional. He disfrutado dirigiéndolos y ello al más alto nivel.

Enrique Baquerizo y Juan Jesús Rodríguez se alternan el papel de Juan de Eguía. Las otras dos voces graves – bajos – son Abel García (Verdier) e Ivan García (Simpson).

Abel García (Barcelona), es ya la tercera vez que pisa el Teatro de la Zarzuela:

Los sobrinos del Capitán Grant (el General)
La Bruja (el Inquisidor)
El asombro de Damasco (Ka-Fur y otros personajes)
 

Manifiesta un entusiasmo hacia los montajes de este Coliseo:
  • Para mí es un lujo venir a la Zarzuela. Es el único sitio que tratan a cantantes como personas y a personas como cantantes. Ya me tocó la lotería con mis anteriores intervenciones, pero con La Tabernera más, pues obliga a una exigencia vocal muy grande

FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

La voz de Abel – hablando – es la de un bajo profundo.

  • Quisiera decir algo. No sé cómo estas producciones de la Zarzuela no salen fuera, por todo el mundo. Tienen caché como cualquier espectáculo de los teatros de Europa.

FIDELIDAD A LA PARTITURA

La dificultad de la propia partitura original ha hecho que las versiones hayan tenido diversas adaptaciones. Ya en el estreno en Barcelona el bajo Aníbal Vela (Simpson) tuvo sus dificultades y no pudo con su papel. Le sustituyó Manuel Gas con gran éxito, el cual fue, prácticamente, a partir de este momento el intérprete fetiche de otras obras de Sorozábal: Black el Payaso (1942), Don Manolito (1943), La Eterna Canción (1945). También el tenor Faustino Arregui (el Leandro del estreno), que obtuvo las máximas ovaciones con la ya mítica romanza “No puede ser, esa mujer es buena”, le cogió miedo. El mismo Sorozábal describe ese momento:
 


SOCIEDAD ESPAÑOLA
DE AUTORES LIRICOS
…la expectación del público era tremenda y el silencio, impresionante; nunca volvió a cantarla como la noche del estreno… yo mismo dirigí casi todas las representaciones y pronto comenzó él (Faustino Aguirre) a darme la tabarra, pidiéndome que le bajase la romanza medio tono, a lo que me negué. Llegada la fecha en que debía regresar a Madrid, le cedí la batuta al director titular de la compañía, quien – ya frente al atril de la orquesta – me consultó: “Arregui acaba de pedirme que le baje la romanza ¿qué hago?” “Dígale que de acuerdo – respondí – pero tóquenla como está”… Así se hizo y el tenor la interpretó estupendamente. Cuando fui a felicitarle durante el entreacto, Arregui – burlona sonrisa – me espetó: “Con que te ha gustado como la canté, ¿no?”. “Si mucho”. “Pues, para que te enteres, ¡medio tono bajo!” “Caramba, chico, ¡Ni lo he notado!” Al par de días, el maestro se fue de la lengua y contóselo a alguien, llegando la cosa a oídos de Arregui y volviendo éste a ponerse nervioso a la hora de la verdad.¡Todo mera sugestión! (Memorias de Pablo Sorozábal)

Estas y otras dificultades han hecho que la partitura fuera retocándose continuamente. En general, el mundo de la zarzuela las obras se han interpretado con la partitura de piano que es lo que existía y cada músico confeccionaba su librillo. Sorozábal había escrito la partitura orquestal en la que preveía todos lo posibles cambios. “Si no hay este instrumento, se sustituya por este otro etc…” Poeyendo la partitura original la versión que se estrena ahora es fiel a la misma:

  • Se canta y se toca – confirma Manuel Galdulftal como la escribió Sorozábal. Es cierto que La Tabernera se ha interpretado mucho, pero musicalmente se ha tratado con gran libertad y yo diría con libertinaje. Nuestro intento es interpretarla tal como reescribió.

Ramón Torrelledó (Castro Urdiales (Cantabria), 31 de agosto de 1956) se alterna en la dirección musical. Para él La Tabernera
 


RAMÓN TORRELLEDÓ
  • Es un símbolo en el que el ser humano se refleja en todos sus matices, a través de los diversos personajes: Juan Eguía es muy malo pero embaucador y sensible. Tiene estos tres perfiles. Leandro y Marola, representan la ingenuidad y el amor. Tienen una imbecilidad transitoria, porque eso es lo propio del amor. Están enamorados. Verdier es la personificación de la maldad. Abel, el muchacho, es la ingenuidad y la bondad y Simpson es el gran narrador e indica el camino a cada personaje. Todo ello hace que sea una obra muy seria musicalmente en el que se crea un leiv motiv. Es una obra llena de unidad dramática y musical.

Los caracteres descritos por Ramón se corresponden musicalmente a un tratamiento preciso.
 

  • Juan Eguía posee tres temas musicales. El primero es el rasgado, el de la maldad. El segundo es el embaucador, a través del clarinete, con el que seduce a Simpson al principio y a Marola, y el tercero es el de Simpson, que hace que el propio tema de la maldad se desvanezca. En Leandro y Marola, es el tema del amor inestable que aparece en el preludio y en la introducción del tercer acto. Hay también temas ambientales como son el de la Habanera que sugiere donde fue concebida Marola. Viene a ser el resumen de su vida. También está la escena de la barca, que da unidad musical a toda la obra. Es un tema que se ha ido anunciando y ahora se canta y lo toca toda la orquesta.

JUAN JESÚS RODRÍGUEZ
(JUAN DE EGUÍA)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

DEL CLAQUÉ DE UNAS VICETIPLES
COMO MARINEROS
A UN SIMPSON DE COLOR

El libreto original contaba con un número muy en boga en libretos en la línea de la opereta: unas vicetiples vestidas de marineros yankis bailaban claqué.

  • No me gustó – confirma Sorozábal - … así que lo suprimí, cambiándolo por la famosa romanza “Despierta negro”, que compuse para el personaje de Simpson, quien de ser sólo actor pasó a bajo cantante. Fue el principal arreglo escénico… (Memorias de Pablo Sorozábal)
     

FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
Las vicetiples quedaron trasformados en unos marineros yanquis negros y blancos durmiendo una borrachera. Simpson los contempla y canta su “Despierta negro, que viene el blanco…el negro drumi que drumi, y el blanco vela que vela…” pero Simpson, tradicionalmente, ha sido blanco.

En esta versión la sorpresa es Simpson, según Luis Olmos:
  • Yo siempre he visto a Simpson como un hombre de color y de ahí la presencia de Iván García.

Iván García (Caracas), debuta en 1996 en el Festival de Glasgow y ha participado en el Teatro Colón de Buenos Aires, la Ópera de Tel Aviv, Ópera de Lyon, Liceo de Barcelona, Teatro Rinnovati de Siena y en una serie de salas de Conciertos y Festivales. Títulos en su carrera son: Orfeo y L’incoronazione di Poppea (Monteverde), La reina de las hadas (Pourcel), Cosí fan tutte, Don Giovanni y La Flauta Mágica (Mozart), La donna del lago (Rosini), El cimarrón (Henze) etc…
 

Con Luis Olmos la negritud de los marineros pasó a Simpson y de ahí la elección de Iván que se siente muy agradecido a Miguel Roa - director musical titular del Teatro de la Zarzuela - …
  • …Desde el momento de la propia audición en el año pasado, le estoy agradecido. Es una delicia participar en esta producción. Una experiencia que se suma al enriquecimiento de mi trabajo. Es una exigencia escénica y musical. Es también un enriquecimiento al llegar al mundo de la zarzuela, a pesar de mi condición de extranjero. Estoy muy contento. Es la primera vez que participo en este Teatro y espero que no sea la última.

IVAN GARCÍA (SIMPSON)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

BAILE DE CIFRAS
EN LA FECHA DEL ESTRENO

No hay coincidencias en la fecha de estreno. Sólo en el local: Teatro Tívoli.

  • 16 de mayo de 1936 (Diccionario de la Zarzuela de Emilio Casares Rodicio, lo afirma en la ficha Javier Suárez Pajares; información en la reedición del CD a partir de grabaciones de 78 revoluciones por minuto de las casa Odeón, la Voz de su Amo y Columbia)
  • Sábado de Gloria de 1936 (Mi vida y mi obra, Pablo Sorozábal). El 16 de mayo era un sábado, pero no de Gloria)
  • 6 de abril (miércoles) de 1936
Esta última fecha, 6 de abril de 1936, parece ser la definitiva en opinión Javier Suárez Pajares, quien firma el artículo La última gran zarzuela de la historia publicado en el dossier de prensa con motivo de esta versión de 2006 y autor de la reseña sobre La Tabernera en el Diccionario de la Zarzuela. Se mantuvo en cartel - a lleno completo - hasta el 28 de junio, que era cuando terminaba la temporada.

La obra se pensaba volver a reponerla al abrir la temporada en Septiembre. Después vendría el estreno en Madrid. La Guerra Civil truncó los planes y no sería hasta el 23 de marzo de 1940 en el Teatro de la Zarzuela, cuando se estrenase en Madrid. Un incidente empañaría un tanto la versión madrileña. El propio Sorozábal en su autobiografía lo anuncia con estas palabras:

PABLO SOROZÁBAL

“En el teatro de la Zarzuela de Madrid, en una fecha que no quiero acordarme ni jamás podré olvidar, se cometió el crimen teatral más grandes de la historia lírica española”

El tal crimen teatral sucedió…

“… el Sábado de Gloria, 23 de marzo, de 1940. Para la temporada de Primavera, el teatro de la Zarzuela había anunciado una breve temporada de ópera italiana, pero algunas dificultades determinaron la cancelación de este proyecto y, según nociva publicada en la prensa, “la ópera se sustituye por zarzuela, y Marcos Redondo estrenará La tabernera del Puerto (ABC, 3-III-1940, p. 17). Sorozábal había vuelto de Valencia y se encontró en Madrid con toda una confabulación contra su persona organizada en San Sebastián, durante la guerra civil, por Federico Moreno Torroba y su secretario Manuel Merino. Además de éstos participaron contra Sorozábal Jacinto Guerrero, Jesús María de Arozamena y Daniel Montorio, nombre, como vemos, muy relevantes de la estructura lírica española de aquellos años. La falsedades que se vertieron contra Sorozábal colocaron su vida en una posición de grave peligro y fue sometido a un proceso extraordinariamente minucioso de depuración en la Sociedad General de Autores del que, finalmente, salió exculpado de todas las acusaciones que pesaban sobre él, con la prohibición, no obstante, de desempeñar cargos de confianza en la Sociedad General de Autores.
 


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

Está claro que la sentencia no satisfizo a sus enemigos ni aclaró las responsabilidades que se le atribuían en ciertos ambientes radicales y desinformados. Así, una semana antes del estreno, a Sorozábal se le prohibió aparecer en público dirigiendo la orquesta. Estos datos ayudan a comprender el contexto en el que se iba a producir el estreno en Madrid de La Tabernera del Puerto. Con el río así de revuelto, Moreno Torroba - no ya según las memorias de Sorozábal, sino según un informe privado que envió Federico Romero a Jaime de Foxá, Jefe Provincial de Falange Española Tradicionalista y de las JONS de Madrid - se marchó a San Sebastián, dejando preparado en Madrid todo un aparato con el fin de boicotear este estreno. La torpeza de los reventadores, que podemos fácilmente intuir ya que no era gente habituada al teatro, queda clara en el relato de los hechos realizado por Sorozábal, pero el disturbio que ocasionaron fue sonado y llevó a que la Dirección General de Seguridad tomara cartas en el asunto, llamara al orden a Moreno Torroba y, desde ese mismo momento, se acabaran los problemas. A pesar de incidentes, confabulaciones y ambientes de ningún tipo creados contra Sorozábal, La Tabernera del Puerto triunfó en el Madrid de la posguerra como había triunfado en la Barcelona republicana. Y es que el público, diezmado, depurado..., en el fondo, era el mismo. (Javier Suárez-Pajares)
 

El estreno en Madrid trajo una romanza más para el personaje de Juan de Eguía. A Marcos Redondo no le sentaba nada bien, siendo él el divo, que a otros como a Conchita Panadés (Marola) y a Manuel Gas (Simpson) el público, con los aplausos, les forzaran el “bis”.

“Aunque sin apenas exteriorizarlo, le fastidiaban las formidables ovaciones a Conchita Panadés tras su romanza (que el público le hacia repetir), al tenor en la suya que asimismo repetía y luego, cuando tuvimos que prescindir de Aníbal Vela (sustituyéndole con Manuel Gas), los vítores y aplausos premiando su magnífica aria "Despierta, negro" que igualmente repetía... Y es que los buenos cantantes se parecen a las cebollas, las morcillas y los ajos justo en eso, en que suelen ... "repetir".

Marcos tenía una hermosa romanza en el tercer acto de "La tabernera", que también le aplaudían muchísimo, pero cuya intensidad y dramatismo no se prestaba al bis ... Yo, conociéndole como si le hubiera parido, enseguida advertí su descontento y que sufría en silencio. Por otro lado, él era - sin duda - el indiscutible "divo" de la compañía y la mayor parte del público venia a verle y a escucharle a él; no a mi obra, simple pretexto. Le prometí, pues, componerle otro cantable que siguiera al tan celebrado de la soprano y eso le tranquilizó. De momento, a fin de calmarle y que pudiera lucirse, le arreglé lo del "Sol en la cumbre", pero a los pocos días estallaba nuestra maldita guerra y la prometida nueva romanza a su medida - el "Chíbiri, chíbiri" - no pudo él darla a conocer hasta la, por motivos políticos, “bastante accidentada” presentación de"La tabernera" en Madrid, pasados varios años"...”
(Pablo Sorozábal, Mi vida y mi obra)

CONCHITA PANADÉS

MANUEL GAS

Estreno en Barcelona: (1936)
Intérpretes del estreno: Marcos Redondo (Juan de Eguía, barítono), Conchita Panadés (Marola, soprano), Faustino Arregui (Leandro, tenor), Simpson (Aníbal Vela/ Manuel Gas, bajos), Antonio Ripoll (Verdier, barítono), Estrella Rivera (Abel, tiple cómica), María Zaldívar (Antigua, característica), Antonio Palacios (Ripalda, tenor cómico), Joaquín Valle (Chinchorro, tenor cómico)
Escenografía: Salvador Alarma
Dirección Musical: Pablo Sorozábal
Estreno en Madrid: (1940)
Intérpretes del estreno: Marcos Redondo (Juan de Eguía), Conchita Palacios (¿Panadés?) (Marola), Manuel Gas (Simpson), Esteban Guijarro, (Leandro), Martelo, gracioso (Chinchorro), Valeriano Ruiz París (Verdier), María Zaldívar
(Antigua) y Natividad Piñero (Abel).

Orquestación: 2 flautas, flautín, oboe, 2 clarinetes, fagot, 2 trompas, 2 trompetas, 3 trombones, timbales, percusión, arpa y cuerda. (Diccionario de la Zarzuela)

MARCOS REDONDO

 


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

La Tabernera del Puerto es una de esas obras que trae el Destino. No iba destinada a Pablo Sorozábal. Federico Romero y Guillermo Fernandez-Shaw la ofrecieron a José Guridi que había triunfado con El Caserío y La Meiga. No obstante, José Guridi estaba ocupado en otro argumento de temática similar Mari-Eli con libreto del escenógrafo Eloy Garay supervisado por Carlos Arniches, que añadió alguna escena. Por esta razón no aceptó el encargo. Mari-Eli se estrenó en abril de 1936 en el Teatro Fontalba de Madrid. No quedó en el repertorio. Se ha aludido a la inoportunidad de las fechas, el preludio a la guerra civil. Es posible, pero La Tabernera también se estrenó en abril
de 1936.


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Viernes, 11 de Mayo de 2018 09:03