YERMA, BOLERO, RANGO.RESEÑA 1989. CRÍTICA Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande.   
Lunes, 10 de Mayo de 2010 09:18

 

 

YERMA, BOLERO, RANGO
SÍNTESIS DE RAFAEL AGUILAR

[2005-04-10]

En su momento esta Yerma, daba una nueva interpretación a la historia. La recuperación de Rango (1963) mostraba que seguía estando viva como coreografía.

 



RESEÑA (ENERO 1989)
(Nº 191, pp. 9)

YERMA, BOLERO, RANGO
SÍNTESIS DE RAFAEL AGUILAR


(En su momento esta Yerma, daba una nueva interpretación a la historia.
La recuperación de Rango (1963) mostraba que seguía estando viva
como coreografía)


Título: Yerma.
Coreografía: Rafael Aguijar.
Música: Ramón Ferrón, Flavio Pérez.
Escenografía: Miguel Berrocal.
Intérpretes: Maleni Meoa (Yerma), Jorge Luis Cavilla (Juan), Víctor Muroleiva (Víctor), etcétera.
Estreno en Madrid: Teatro Albéniz.

Titulo: Bolero.
Coreografía:
Rafael Aguilar
Música: Maurice Ravel
Intérpretes: Miguel Angel (solista) y la compañía del Ballel Teatro Español
Estreno en Madrid: Teatro Albéniz, 6 – XI – 88

Título: Rango (La casa de Bernarda Alba)
Coreografía: Rafael Aguilar
Intérpretes: Manuela Aguilar (Madre), Maleni Mexia (hita rebelde), Cristina Alvarez, Fuensanta Morales, Eva Moreno, Maite Piqueras (hijas).
Estreno en Madrid: Teatro Albéniz

YERMA
FOTO: PACO RUIZ

RANGO (LA CASA DE BERNARDA ALBA)

Rafael Aguilar, bailarín clásico y después español-flamenco en sus tiempos, hoy es uno de los coreográfos cuya preocupación es investigar nuevos modos de la danza flamenca. Yerma es un intento más en su ya experimentada carrera, y quiere ser también un «ballet» en el sentido más preciso del término.

Arrancando de los personajes y la historia lorquiana nos da una narración que se vuelca más en el subconsciente que lo puramente narrativo. Para Aguilar Yerma no es la historia de la esterilidad en la mujer, sino de la insatisfacción sexual que causa la esterilidad. La clave la encuentra en la pregunta de la bruja a Yerma sobre su placer sexual con el marido y si alguna vez lo ha sentido con algún hombre.

Escogida esta clave, se vuelca predominantemente en el mundo del subconsciente de Yerma. Máxime cuando la danza tan rica en signos sugerentes, ambiguos e indecisos es un lenguaje muy apto para el mundo onírico. Por eso la construcción narrativa no es lineal sino asociativa. Hay una situación espacial: la romería. Yerma va en esa romería. A veces en la procesión, a veces presente-ausente en la fiesta flamenca, otras impactada por el erotismo y sensualidad de la pagana fiesta del macho y la hembra, Continuamente va saliendo de ese mundo exterior para entrar en el suyo propio. Plásticamente el escenario se llena de la romería bullanguera, de la sensualidad pagana o de la austera religiosidad de la procesión, para dejar paso a Yerma solitaria o acompañada de su marido y amante. Las lavanderas, las hermanas, también se cruzan en su vida. Por tanto es contarnos la historia de Lorca con saltos atrás y adelante.

Esto que podría ser interesante, no está conseguido. Las escenas de la romería y demás cobran demasiada importancia y se transforman en protagonistas, desligándose de la idea de conjunto, y entonces sí asistimos a una fiesta flamenca o a una bacanal que como número folklórico está bien, aunque con ciertas reticencias. Sobra por ejemplo la tela roja (sensualidad-sangre) que se despliega entre el macho y la hembra. Se alarga en exceso la fiesta flamenca.

El mundo interior de Yerma, bien interpretado, en general, por Maleni Mexia, a pesar de su juventud, es lo más interesante. Maleni muestra una gran maestría como bailarina y bailaora. Es también una buena labor investigadora al trabajar indistintamente con tres direcciones: el ballet clásico, el ballet español y el flamenco. Hay momentos en que el paso y fusión de uno a otro se consigue con acierto. De entre esos juegos sobresale el paso a dos de Yerma y Víctor (Víctor Muroleiva). Por el contrario la escena final de la muerte de Juan (Jorge Luis Cavilla) resulta pobre y falta de imaginación, reduciéndose a una discreta expresión corporal de ambos.

Los números flamencos, concentrados predominantemente en la romería, están bien montados, en general, y entusiasman al público, pero forman un baile por sí mismos de excesiva longitud narrativa, robando tiempo y estructura a la historia principal.

La fiesta orgiástica, que entusiasmó al respetable, padece de la misma enfermedad. Se despega de la estética general. Considerada en sí misma es brillante y, como investigación de movimientos, importante. El hecho de hacer bailar al macho y a la hembra semidesnudos obliga a una soltura de brazos y piernas que no siempre es posible en el flamenco. Pero le falta una verdadera elaboración coreográfica y teatral.

Yerma es una gran intuición que no acaba de cuajar plenamente como ballet.
Destacan escenográficamente una acertada iluminación y ese grandioso David de Berrocal, sugerencia de un sensual mundo erótico.

La partitura de Ramón Ferrán y Flavio Pérez interesa por su exquisitez y por su combinación entre el flamenco tradicional y la prolongación de ese estilo hacia acordes nuevos.

El segundo programa ofrecido por Rafael Aguilar lo constituyeron otras piezas ya conocidas. Se trata de su brillante versión del Bolero de Ravel y de Rango, sobre otra de las obras lorquianas, La casa de Bernarda Alba.

Esta última, trazada con enorme sobriedad en su estructura narrativa y de danza, es un virtuoso juego de expresión y de sonido. Ausente de música, la comunicación y el rechazo entre los personajes se logra a base de un brillante taconeo y unas bellas composiciones corporales que dan un toque de originalidad y belleza. Rafael Aguilar ha sabido encontrar la esencia de la obra de Lorca y expresarla con una austera y bella danza, en la que el flamenco y lo español se hilvanan con lo clásico.

Bolero brilla por su colorido y la simetría de unos pasos y movimientos que se engrandecen con esa partitura evolutiva. Toda la coreografía se impregna de una notable sensualidad, personificada en el torso desnudo del bailarín y en la adoración coral de su cuerpo.
 

Más información

           GRANÁ, FLAMENCO PAL POETA - Crítica Danza

           RAFAEL AGUILAR - RESURRECCIÓN - Entrevista
           BALLET TEATRO ESPAÑOL - RAFAEL AGUILAR - Crítica Danza
 
 


José Ramón Díaz Sande
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