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LA PANADERA texto y dirección SANDRA FERRÚS
Texto creado con el apoyo del programa Nuevas Dramaturgias 2019
intérpretes CÉSAR CAMBEIRO, SANDRA FERRÚS, ELÍAS GONZÁLEZ, SUSANA HERNÁNDEZ, MARTXELO RUBIO
en el TEATRO MARÍA GUERRERO (SALA DE LA PRINCESA) de MADRID
Del 27 de enero al 7 de marzo de 2021
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FOTO: LUZ SORIA |
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FOTO: LUZ SORIA |
Concha, una mujer de cuarenta años encargada de una panadería, casada, con dos hijos lleva una vida tranquila y feliz hasta que un día se despierta con la noticia de que un vídeo íntimo suyo manteniendo relaciones sexuales con una pareja que tuvo hace 15 años corre por las redes sociales. El vídeo se extiende de manera incontrolada porque ese hombre se ha hecho famoso en Italia gracias a un reality televisivo. La desnudez, la rabia, la impotencia, la vergüenza y el dolor salpican a todos sus seres queridos. Desde su padre, Ramón, un hombre de campo, nacido en el treinta y ocho, a su hijo, Gael, un niño de once años, al que trata de ocultar lo acontecido, pero que sabe manejar un ordenador infinitamente mejor que ella, hasta su marido, Aitor, que intenta acompañar a Concha en el dolor, pero que no puede evitar dejarse invadir por el juicio social. Los mensajes cibernéticos, escondidos tras perfiles sin nombre, opinan, se mofan, y deshumanizan y llegan a Concha, la cual luchará para que el miedo, el dolor, las creencias, lo aprendido no la derroten y que su entorno familiar y social no salte por los aires. La Panadera es un deseo de parar la cadena, de romper creencias, de tomar conciencia y dar confianza y soporte. Es un deseo de unión, es un abrazo, es esperanza.
Alfredo Sanzol, director artístico del Centro Dramático Nacional (CDN), manifiesta estar muy contento de La Panadera, por ser el resultado de
de una serie de años de un largo trabajo que ha hecho Sandra Ferrús y yo he tenido la suerte de estar muy presente porque tengo una complicidad de narración profesional desde hace bastantes años. Este texto tiene un precedente en el primer texto de Sandra: El silencio de Elvis (CLICK). Sandra realizó una residencia con dos dramaturgias que organiza los tres teatros vascos: Teatro Principal de Victoria, El Victoria Eugenia de Donostia y el Teatro Arriaga de Bilbao. De ahí surgió La Panadera. Tuve la suerte de leer la primera versión de este texto. Vi que tenía una potencia muy grande, y usa un tema que tiene una importancia social muy grande: cómo la vida privada o la imagen personal puesta en las redes, es manipulada, usada y pisoteada como si la imagen personal fuera una cosa y no estuviera ligada una vivencia humana, pues en las redes entramos en algo muy deshumanizado y muy brutal. Sandra ha cogido este tema y ha contado la historia que hay detrás de esas imágenes, para poner sobre la mesa una realidad: el conflicto que desata una situación que para los que ven las imágenes es simplemente un chiste o una manera de pasar el rato y reírse un poco.
SANDRA FERRÚS, autora y directora ME SURGEN CIERTAS COSAS CORPORALES, ME SURGEN MUCHÍSIMAS PREGUNTAS
El germen de La Panadera surge de una noticia que escucha Sandra Ferrús y tiene una sensación física. No se basa en ningún caso real.
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SANDRA FERRÚS FOTO 1: LUZ SORIA FOTO 2: www.,madridteatro.net |
Me surgen ciertas cosas corporales en el estómago y cuando empiezo a pensar en esta noticia, sin casi darme cuenta, me pongo los zapatos de esa mujer y me pasan muchísimas cosas por el cuerpo: se me corta la respiración. Me surgen muchísimas preguntas. Este fue el motor para sentarme a escribir y compartir estas preguntas de las que no tengo respuestas. Luego empiezo a leer, a investigar tanto casos más mediáticos como menos mediáticos. Lo hablo con amigas y encontramos lugares comunes. Se da en varios países también. He contabilizado unos 10 casos mediáticos, pero hay que añadir lo que se da en grupos privados. No hay que olvidar que para la víctima esto se convierte en expulsión social. Para eso cuenta la historia de Concha: una mujer común, casada, tiene dos hijos, un piso pequeñito, una hipoteca, es panadera, su marido mecánico. Lleva una vida tranquila. De repente salta a la luz un video de contenido sexual que hizo con su pareja en aquel momento. Él se hace famoso en un reality en el que participa y esto corre como la pólvora. Lo que contamos en la función es cómo le afecta ella y a su entorno más cercano. Concha pasará por todo: desesperación, depresión… Todo está visto a través de Concha y su hija. Le cuenta la historia a su hija. Es una especie de legado, aunque "legado" es una palabra muy grande.
Como contrapartida está que Concha es una mujer fuerte
una mujer resiliente y esto le ayudará en este trance como también todo lo que le acompaña: su familia y la terapeuta
LA PANADERA, LA DEL VIDEO
El título La Panadera no surge al azar. Indudablemente alude al oficio de la protagonista, Concha, pero va más allá. Surge de las propias noticias que siempre aludían a
la chica de... o la chica tal. Se les quitó el nombre. Hay un momento en que nuestra protagonista, Concha, dice que la señalan por la calle como "Mira, esa es la Panadera, la del video". Dice: "Por un momento hasta me quitaron mi nombre y soy la Panadera". Ese es el sentido del título.
SUSANA HERNÁNDEZ, la terapeuta LA COLUMNA VERTEBRAL NO ES TANTO LA TERAPIA COMO LA FAMILIA
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SUSANA HERNÁNDEZ FOTO 1: LUZ SORIA FOTO 2: www.madridteatro.net |
Susana Hernández interpreta a la terapeuta que confiesa haber caído rendida sus pies como autora y directora, pues ya la había conocido con El silencio de Elvis (CLICK), en el que participó como actriz.
Ojalá Sandra escriba mucho más, porque es necesaria su escritura y ella es necesaria como persona porque tiene una sensibilidad muy especial y tiene un don que todo lo que los demás leemos y oímos en los Medios, traerlo a un sitio concreto y contarlo en un sitio concreto, que nos pone el alma boca abajo. Estoy pegada a su lado todo lo que ella me permita. Tiene un talento extraordinario como escritora, como dramaturga y como actriz. Trabajar en los proyectos que escribe es maravilloso porque, al haber nacido de ella, sabe llevarte como actriz al punto que quiere contar. Es muy placentero porque puedes confiar al 200% que vas a estar en el punto que tienes que estar si te dejas llevar por ella. Espero que tenga una larguísima carrera porque la quiero mucho, la admiro muchísimo como mujer, porque en un momento de la vida de las mujeres, ella tiene dos hijos pequeños, en que normalmente se ralentiza o se estanca y se para, ella hadado un despegue en un momento difícil de la vida.
El recurrir a la terapia como estructura dramática, indica Susana, es un hallazgo estupendo. Por su parte Sandra, ve que tal recurso da la oportunidad de que Concha se revise y se pueda
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SANDRA FERRÚS |
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CÉSAR CAMBEIRO |
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MARTXELO RUBIO |
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SUSANA HERNÁNDEZ FOTOS: LUZ SORIA |
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ir adelante y atrás. Nos abre un árbol genealógico. No sé si la columna vertebral de la función es tanto la terapia como, quizá, la familia. Es la propia Concha y cómo afecta a los que están más cerca de ella. Concha está rodeada de tres hombres: su marido, un hombre de unos 50 años; su padre que es un hombre de unos 80 años, y su hijo que tiene 11 años. A los tres les afecta de diferente manera y lo viven obviamente desde su sitio. El hecho de cómo les afecta a ellos, rebota en ella y viceversa, pero, sobre todo, hay un deseo de cuidar y de querer sostener. Al escribir a los tres hombres he querido entenderlos y ponerme en ese sitio. Creo que Concha a su lado tiene tres hombres maravillosos.
ACTORES Y EQUIPO ARTÍSTICO: UNA GOZADA TRABAJAR CON TODOS ELLOS
En el momento de la puesta en escena de El silencio de Elvis se creó un vínculo especial con aquel equipo de actores, por ello ha querido recuperarlo. Solamente ha habido una excepción una vez que se requería a un actor de una determinada edad.
De repente apareció César Cambeiro, que ha sido todo un descubrimiento. Ha sido una gozada trabajar con todos ellos. Es como estar en casa y el hecho de conocernos es una experiencia muy chula. Cuento con Elisa Sanz en la escenografía y vestuario, con la cual siempre he tenido el deseo de trabajar. Me encanta todo lo que hace. Es maravillosa, la conozco desde hace muchos años. Ha hecho una escenografía preciosa. Es una caja mágica que la terapeuta le da a Concha para que ella encuentre toda sus herramientas. Gracias a las luces de Paloma Parra, que también es una diosa de la magia, y a la videoescena de Elvira Ruiz Zafira, que no la conocía, pero ha sido un hallazgo. Gracias a Paloma y Elvira se convierte esta escenografía sitios muy mágicos. Nos lleva a muchos espacios, muchos tiempos, algo que es difícil de conseguir en teatro, y ellas lo hacen maravillosamente.
Otro elemento que Sandra destaca como "superbonita y emocionante" es la música de Antonio de Cos.
Me mandaba los audios y llorar. Recuerdo a mis hijos que cuando me veían llorar decía. "¿Otra vez esa canción?". No podía dejar de escucharla. En general me siento muy arropada y acompañada. Tanto por los actores como por todo el equipo están todos super a favor. Hay algo por lo cual esto va a ser gracias y por culpa de todos.
LA EXHIBIÓN DEL HOMBRE: "¡OLÉ, QUÉ MACHOTE!" LA EXHIBICIÓN DE LA MUJER: "PUES, ¡VAYA PUTA!"
Esta situación se le presenta a una mujer y las tornas son las que describe Sandra en su función. Si cambiamos esas tornas y fuese un hombre el que lo padece
creo que depende del tipo de hombre, como también depende del tipo de mujer, pero, siendo mujer, me afecta mucho más que si yo fuera hombre, no tanto por lo que yo sentiría, que soy bastante sensible y pudorosa, sino también por lo que sucede fuera. Creo que la onda expansiva es distinta socialmente, aunque tal vez tenga algo que ver con mi educación o mi cultura. Hay cosas asociadas a mi género no la controlo. En este caso, por ser mujer, me afecta más, y, tal vez por ser madre, lo asocio a la culpa y a la responsabilidad. Quería abrazar a esa chica, quiero que me abracen, quiero abrazar a esa familia. La Panadera quiere ser ese abrazo, para esa mujer, esa mujer que podría ser mi hermana, mi vecina, que podría ser yo, que podrías ser tú.
Lamentablemente - interviene Susana Hernández - la exhibición de la sexualidad masculina y femenina es "¿Olé, qué machote!" y la exhibición de la sexualidad femenina es "Pues, ¡vaya puta!" Esto sigue siendo así. Probablemente para la mayoría de la gente del mundo de la cultura no, pero es una excepción. Sigue pasando. Por eso son necesarias estos textos. Si gracias a esta función podemos cambiar dos o tres cabezas, pues con un canto en los dientes, nos daremos
Aunque sea una.
¿ALEGATO FEMENINO?
La función tiene algo de alegato femenino en el sentido de que queremos cuidarnos reivindicar, una vez más, la igualdad y también en ese sentido. Ser libres en nuestra sexualidad y no sentirnos juzgadas. Ser libres con nuestro cuerpo. Hay un momento en la obra en que dice: "Me sentía juzgada. Te miran las tetas, el culo.., ¡basta! con eso ¡ya!"- concluye Susana Hernández.
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FOTO: LUZ SORIA |
FUNCIÓN De martes a domingo: 18:00 h. Encuentro con el equipo artístico 11 de febrero de 2021
PRECIO De 25 € a 12 € Visibilidad reducida: 6 € Descuentos Cert. Disc., Desempleados, Fam Numerosa, Joven Menor 30, Mayor 65 50%
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FOTO: LUZ SORIA |
Título: La Panadera Texto creado con el apoyo del programa Nuevas Dramaturgias 2019 Texto: Sandra Ferrús Escenografía y vestuario: Elisa Sanz (AAPEE) Iluminación: Paloma Parra Música y espacio sonoro: Antonio de Cos Videoescena: Elvira Ruiz Ayudante de dirección: Concha Delgado Ayudante de escenografía y vestuario: Paula Castellano Fotos: Luz Soria Tráiler: Bárbara Sánchez Palomero Diseño de cartel: Equipo Sopa Coproducción Centro Dramático Nacional, El Silencio Teatro e Iria Producciones Intérpretes (por orden alfabético): César Cambeiro (Ramón), Sandra Ferrús (Concha y bisabuela), Elías González (Cliente, Orangután, Gael y Carlos-Gael), Susana Hernández (Terapeuta, Abuela Quinita y Madre de Concha), Martxelo Rubio (Aitor) Dirección: Sandra Ferrús Duración: 1:30 aprox. Estreno en Madrid: Teatro María Guerrero (Sala Princesa), 27 - I - 2021
Más información
José Ramón Díaz Sande Copyright©diazsande |
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Centro Dramático Nacional Teatro María Guerrero Director: Alfredo Sanzol Sala princesa Director: Ernesto Caballero C/ Tamayo y Baus, 4 28004 – Madrid Metro: Colón, Banco de España, Chueca. Bus: 5,14,27,37,45,52,150 RENFE: Recoletos Parking: Marqués de la Ensenada, Pz de Colón, Pza del Rey. Tf. :91 310 29 49 |
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