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IN MEMORIAM. LA quinta del biberón.Crítica PDF Imprimir E-mail
Escrito por Jerónimo López Mozo   
Domingo, 05 de Marzo de 2017 21:48

IN MEMORIAM
LA QUINTA DEL BIBERÓN

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  FOTO: ROS RIBAS

Seguramente la presencia de niños en los ejércitos, especialmente en tiempos de guerra, es tan antigua como la propia existencia de aquellos. A finales del siglo XIX, el escritor francés Marcel Schwob publicó un relato titulado La cruzada de los niños, en el que rememoraba una historia, solo en parte verídica, acaecida seiscientos años antes. Tras la Cuarta Cruzada, una legión de niños desamparados, engatusados por un Jesucristo devenido en una suerte de flautista de Hamelín, cruzó Europa con la intención de conquistar Jerusalén. El penoso viaje se saldó con la muerte de muchos, el secuestro de otros por traficantes de esclavos y el regreso a casa de solo unos cuantos supervivientes. Inspirado en ella, Bertolt Brecht compuso un poema narrativo que llevaba el mismo título, en el que describía lo acaecido a un grupo de niños polacos, convertidos en “rebaño hambriento”, durante su huida de la guerra que asoló su país en 1939. Con el paso del tiempo, esas prácticas no han cesado, ni siquiera cuando, en 1989, fueron prohibidas por la Convención de los Derechos del Niño cientos de miles o y, en 2002, por la Asamblea General de la ONU. Cabría decir que, por el contrario, se han incrementado, hasta el punto de que en casi todos los hechos de guerra ha habido y hay presencia de niños formando parte de ejércitos regulares o reclutados por las guerrillas o grupos paramilitares. Los encontramos a miles en cerca de cuarenta países repartidos por los cinco continentes.

España no está entre ellos, pero lo estuvo no hace tanto, si tenemos en cuenta que todavía viven algunos de los protagonistas. Sucedió en nuestra Guerra Civil, concretamente durante la batalla del Ebro, que resultaría crucial para su desenlace. Tras la caída de la ciudad de Teruel a principios de 1938 en manos del ejército franquista, se produjeron una serie de combates a ambos lados del río, que concluyeron diez meses después con el desmoronamiento del frente republicano. Inicialmente, las tropas leales, integradas por cerca de cien mil hombres bien preparados, entre ellos los voluntarios de las Brigadas Internacionales, consiguieron en el mes de julio hacer retroceder a las nacionales, pero, apenas transcurrida una semana, éstas recuperaron el terreno perdido y, apoyadas por la aviación, lanzaron una serie de ofensivas que acabarían siendo letales. Diezmado el bando republicano, las primeras bajas fueron cubiertas principalmente por ciudadanos catalanes en edad militar. Siendo insuficiente su número, y en aplicación de una orden firmada en abril del 38 por Manuel Azaña, fueron movilizados varios miles de jóvenes no mayores de 17 años. Hubo quienes acudieron a la llamada de forma voluntaria o de buen grado, pero, en general, ellos o sus familias se resistieron cuanto pudieron. Un comentario de la líder anarquista Federica Montseny sobre su corta edad propició que fueran bautizados como los de la Quinta del Biberón. Su misión no era combatir, sino realizar tareas burocráticas en la retaguardia. Así fue al principio, pero bien pronto les fueron entregadas armas y, tras una deficiente preparación, fueron conducidos al frente y forzados a participar en las más encarnizadas batallas, llegando a ser duramente castigados cuando se mostraban indisciplinados o eran reacios a obedecer las órdenes de los mandos, llegando, incluso, a ser ejecutados sumariamente.

Aquel episodio ha dado pie a Lluis Pasqual para escribir un texto titulado In memoriam. La Quinta del Biberón, que, bajo su dirección, han representado, primero en Cataluña y luego en Madrid, seis jóvenes actores, todos menores de treinta años, pertenecientes a la Nova Kompanyia del Lliure. A partir de una interesante documentación gráfica y sonora, de los testimonios de los casi centenarios supervivientes y de los recuerdos y documentos personales aportados por los descendientes de los ya fallecidos, ha armado un espectáculo que, por su formato, cabe calificar de teatro documental puro. Los personajes comparecen en escena para ir desgranado los detalles de su incorporación al ejército del Ebro. Ante el viaje a lo desconocido, la reacción de los convocados recorre una amplia escala que va del entusiasmo y afán de aventuras de los menos, al miedo y a la resignación de los más. Luego sigue el relato cronológico de lo sucedido en el frente, en el que se mezclan las vivencias persónales de ese puñado de adolescentes con su creciente implicación en los combates. Hablan de sus penosas condiciones de vida, del difícil contacto epistolar con sus familias, de la brutalidad de los mandos, de sus sueños frustrados, de la progresiva pérdida de la esperanza de salir indemnes de aquel calvario y también de episodios curiosos como los intercambio con el enemigo de papel de fumar por tabaco o de mensajes propagandísticos a través de altavoces, los cuales ya habíamos visto en clave de humor negro en la película La vaquilla, de Luis Berlanga. Las escenas bélicas, más narradas que representadas, describen la progresiva descomposición de un ejército desmoralizado, cuyos efectivos, cada vez peor pertrechados, encuentran, en las trincheras, sus tumbas. Camino del desenlace, los propios actores recuerdan al público su papel de portavoces de los protagonistas de aquellos hechos. Sigue el momento de los adioses, el del compañero con el compañero y el casi imposible con los lejanos seres queridos. Después conocemos el destino de cada uno. El de los que salvaron la vida, pero quedaron malheridos física o sicológicamente o dieron con sus cuerpos maltrechos en los campos de prisioneros franquistas o en los de concentración del sur de Francia; y el de los que murieron, siendo ellos mismos los que describen su trágico final, recurso que ya emplearon José Ramón Fernández y Ernesto Caballero en la versión teatral de El laberinto mágico (CLIKEAR), de Max Aub. Así sabemos que no todos cayeron en combate. Hubo quien fue abatido por las balas de sus propios oficiales o de los comisarios políticos o que se suicida

El aparato escenográfico es sencillo. Ante una gigantesca pantalla, un armazón móvil que cruza el escenario de lado a lado hace las veces de trinchera y de pontón sobre el río Ebro. En la pantalla, se proyectan imágenes tomadas en aquel frente, las cuales sirven de telón de fondo a las voces de los personajes, que también son arropadas por la música de Monteverdi y algunas de las canciones más populares que forman parte del cancionero de la Guerra Civil. Otras voces y otras imágenes se insertan en el espectáculo. Son las de Franco y Negrín, los dos responsables de que aquella batalla se prolongara innecesariamente. Aquel porque, a pesar de sus superioridad militar, prefirió una guerra de desgaste que causara al enemigo cuantas más bajas mejor, éste, porque pensaba que si se resistía hasta el inevitable estallido de una guerra europea, se salvaría La República.

Pasqual y los actores han conseguido que el espectáculo discurra a buen ritmo y parezca menos estático de lo que en realidad es. El frío y ecléctico discurso propio del teatro documento muda en ocasiones, gracias al impulso de los actores, en oratorio laico, que alcanza su cenit cuando, a instancia de ellos y al tiempo que prenden cirios, el público, puesto en pie, rinde silencioso homenaje a aquellos adolescentes.

 

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   FOTO: ROS RIBAS

Título:IN MEMORIAM LA quinta del biberón
Texto:Lluís Pasqual
Escenografía:Lluís Pasqual
Iluminación:Pascal Merat
Vestuario:Alejandro Andújar
Caracterización:Eva Fernández
Sonido:Roc Mateu / Igor Pinto
Vídeo:Franc Aleu
Ayudante de dirección:Iban Beltran
Diseño cartel:ByG / Isidro Ferrer
Fotos:Ros Ribas
Producción:Teatre Lliure y Temporada Alta - Festival de Tardor de Catalunya Girona/Salt
Cía.La Kompanyia Lliure
Intérpretes (por orden alfabético):Joan Amargós, Enric Auquer, Quim Àvila, Eduardo Lloveras, Lluís Marquès, Joan Solé
Músicos:Violines: Oriol Algueró / Ricart Renart / Isaac Bach
Violonchelo: Guillermo Martínez / Joan Palet
Clave y órgano: Dani Espasa / Marc Díaz
Voz: Robert González
Dirección musical:Dani Espasa
Dirección:Lluís Pasqual
Duración:1 hora y 25 minutos (aprox)
Estreno en Madrid:Teatro María Guerrero (Sala Principal), 22 - II - 2017

Más información
     IN MEMORIAM. LA quinta del biberón
     IN MEMORIAM. LA quinta del biberón. Entrevista

JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
Copyright©lópezmozo

 

 

 

 

 

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Última actualización el Domingo, 05 de Marzo de 2017 22:26
 
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