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Fidelio. Beethoven. T. Real . Crítica PDF Imprimir E-mail
Escrito por José R. Díaz Sande   
Martes, 23 de Junio de 2015 16:09

 FIDELIO
HERENCIA QUE RESISTE AL TIEMPO 

  Fidelio-3592 B copia
  ADRIANNE PIECZONKA / MICHAEL KÖNIG
FOTO: JAVIER DEL REAL

Fidelio es la única ópera que compuso Ludvig van Beethoven. De sobras es sabido que le costó muchos años y que - no es el único compositor - contó con varias versiones teatrales antes de llegar al éxito, partiendo de un primer título Leonore que en el momento del estreno cambió por Fidelio. La misma partitura ha sufrido distintas versiones. Harmut Haentchen (CLIKEAR), actual director musical del Fidelio que ofrece el Teatro Real, ha trabajado sobre la controvertida partitura e incluso la ha puesto al día corrigendo ciertos errores de imprenta que contemplaba la Edición publicada.

El trasvase de títulos de Leonore a Fidelio, se explica puesto que se trata de la misma persona. Fidelio no es sino la personalidad travestida de Leonora, esposa del prisionero y condenado a pena de muerte Florestan  al que pretende salvar. Toda la acción se desarrolla en la prisión: estancia de tortura, patios, y mazmorra en lo más profundo de la prisión.

El argumento se inspira en un hecho real durante la época del  Terror en Francia. La versión escénica traslada esa acción a Sevilla y, según parece, el motivo fue para que  los jacobinos, a los que Beethoven apreciaba en lo que tenía de revolución y cambio aunque menos sus métodos, no aparecieran como culpables.   

La historia base se desenvuelve en la liberación de Florestan (Michael König) por parte de su esposa Leonora (Adriane Pieczonka). Consigue entrar en la prisión travestido de hombre y ocupando el lugar de uno de los guardias de la prisión. La culpabilidad de Florestan se debe a sus ideas políticas. Por la prisión pululan otros personajes como el carcelero mayor Rocco (Franz-Josef Selig), una persona de buenos sentimientos, padre de Marzelline (Anett Fritsch), la cual se sentirá enamorada de Fidelio (Leonora) y mostrará su rechazo al continuo acoso del enamoradizo Jaquino (Ed Lyon). En contrapunto otros dos personajes: el feroz Don Pizarro (Alan Held), enemigo de Florestan, y el bondadoso y justiciero Don Fernando (Goran Jurić).

En un primer nivel el argumento puede resultar trivial. Toda una primera parte transcurre en lo que, en términos españoles, podría ser una comedieta musical y que, en el mundo germano responde al término "Singspiel", donde se alterna texto y canto, como sucede en la zarzuela. Mozart dignificó el género, que, en un principio, acostumbrado el público culto a la ópera mitológica, despreció como arte popular. Es más, el esquema de personajes es muy clásico. La pareja Marzelline / Jaquino viene a ser la establecida pareja cómica del teatro español del siglo de oro, que nunca faltará en la zarzuela. En contraposición están los personajes más nobles y heroicos como son Fidelio (Leonore) y Florestan. El equívoco del travestismo de Leonore, produce en Marzelline un equívoco amoroso, despreciando a Jaquino. Entreverado con esta historieta comienza a perfilarse la intención de Leonore y el tema más profundo de la obra: la injusticia que supone el encarcelamiento por ideas políticas, la venganza de Don Pizarro por eliminar a su enemigo, el restablecimiento de la justicia y la liberación gracias al amor de Leonore y a Don Fernando. Pero esta dimensión que podría quedar en una simple historia de justicia particular, va más allá al tener en cuenta al resto de los prisioneros políticos a los que se les permite, por intercesión de Fidelio, el rozar con un rayo de luz en el patio de la prisión y al final obtener también la liberación.

Esta división argumental se refleja también en la partitura que marca esos dos momentos: la primera parte musicalmente más ligera, si es que se puede tachar de ligero a Beethoven, y la segunda parte en tonalidades más oscuras y heroicas nos llevan a un final apoteósico con tintes de Oratorio. De ahí que se haya considerado una ópera extraña.

La versión ofrecida en el Teatro Real es de 2006 procedente del Palau de les Arts de Valencia con motivo de su inauguración operística. Ha llovido un poco en lo referente a la puesta en escena. Es decir, se mantiene dentro de una concepción escénica un tanto tradicional, aunque correcta y con buenas soluciones escenográficas sin que se pierda el ritmo entre unos cuadros y otros. También están bien resueltos, espacial y dimensionalmente, los dos espacios fundamentales: el patio, lugar de la luz, y el lóbrego calabazo en las profundidades de la prisión, lugar de la oscuridad. En Fidelio este doble juego es importante a nivel emocional: de la luz se desciende a la oscuridad y de ella se consigue subir a la luz. No obstante, Pier'Alli - director de escena y responsable, también, de la escenografía - ha teñido en exceso de tonos oscuros, pictóricamente, las dos partes, de modo que produce cierta monotonía. Por otro lado en la primera parte ha querido dar un tono de comedia al trivializar los instrumentos de tortura: Marzelline plancha, con toda naturalidad, sobre un potro de tortura, y el resto de los instrumentos entran también dentro de esa cotidianidad. Este acertado uso  escénico de los objetos, se ve privado de una mayor luminosidad debido al tono grisáceo de todo el conjunto: decorados y vestuario. No vendría mal un poco de colorido. Por el contrario lo tonos oscuros funcionan bien en la bajada a la mazmorra y en toda la segunda parte. Algo similar sucede con la salida de los prisioneros a la luz del patio. Está bien compuesto, pictóricamente, el grupo coral en su depresión, pero  luego no tenemos la sensación de ese bienestar de la luz solar. Luz y oscuridad son temas centrales argumentalmente, pero no encuentran, del todo, su correspondencia a nivel escenográfico, salvo un poco al final. A destacar el uso acertado del mundo audiovisual, que engrana bien con la escenografía corpórea y que cobra especial relieve en el descenso a la mazmorra.

Pier'Alli, a nivel de movimiento escénico, combina bien las transiciones entre los diálogos hablados y la parte cantada, así como ha llenado de acción a los personajes evitando el estatismo. La acción fluye con naturalidad y los cantantes responde con eficacia a nivel interpretativo gestual.

Una vez conseguido el éxito, Fidelio ha gozado de popularidad. Ocupa el número 34 entre las 100 óperas más representadas en el período de 105 al 2015 y el quinto lugar entre el repertorio alemán.

Vocalmente posee dos tipos de voces, unas más líricas como es la de Marzelline y Jaquino y otras más dramáticas como es el resto de las voces, sobre todo Fidelio y Florestan. Asistí a la representación del 11 de junio de 2015. Quiere decir que, tras el estreno, lleva un poco más de rodaje para todos.  

Harmut Haentchen dirigió la orquesta con gran entusiasmo, la cual respondió más que discretamente y brilló especialmente en la obertura  entre los dos cuadros del segundo acto. Harmut cambió la obertura de Leonore 3, que se interpreta normalmente (CLIKEAR), por el tercer y cuarto movimiento de la Quinta sinfonía de Beethoven. La razón es porque esa obertura, según su propio testimonio, viene a ser una repetición de lo ya narrado musicalmente. Combina bien a nivel musical con el resto de la ópera e incluso argumentalmente, vaticinando el triunfo de la liberación. La audición de ella es agradable al espectador y emociona, no obstante, a nivel narrativo, se experimenta un parón, debido a su excesiva duración dentro del ritmo general de la obra.

El coro de los prisioneros es de una gran expresividad interpretativa de una forma coral en su comienzo, aunque luego escénicamente quedan abandonados. Tanto éste como el del final responden canoramente a una calidad a la que nos tiene habituados.   

El conjunto vocal de los solistas es más que digno y muestran una uniformidad a nivel de calidad. Muy bueno el concertante de los solistas, y, al final, una conjunción vocal con el coro nada despreciable.

Franz-Josef Selig, en su papel de Rocco, mostró un excelente trabajo vocal e interpretativo y, al final, el público pareció haberlo apreciado a juzgar por sus calurosos aplausos. Adrianne Pieczonka - soprano canadiense - debuta en el Real. Su voz bien timbrada y bella, resuelve bien la vocalidad no fácil del personaje, y aunque en su repertorio Wagner es crucial, en Fidelio - en opinión del propio Harmut Haentchen yotros directores pidevoces wagnerianas debido a la potencia musical de la orquesta - la voz de Adrianne tiende más a una tesitura lírica, pero se enfrenta bien a la potencialidad musical. Michael König (Florestan), el cual ha cantado en varias ocasiones en el Teatro Real, mantiene más bien una discreción vocal, al que le falta cierto brillo. Sobresale especialmente Anett Fritsch como Marzelline, una voz lírica bien matizada a la que se une una buena soltura interpretativa. Ed Lyon como Jaquino cumple bien su cometido, aunque, vocalmente, el personaje no le permite mostrar todas sus cualidades líricas. En la misma línea de la corrección con un punto de excelencia están Alan Held como Don Pizarro y Goran Jurić  como Don Fernando.

  Fidelio-3181 B copia 
  ED LYON / ANETT FRITSCH
FOTO: JAVIER DEL REAL 

Título: Fidelio"  Ópera en tres actos
Libreto de Joseph von Sonnleithner, revisado por Stephan von Breuning y Georg Friedrich Treitschke, basado en el libreto de Léonore, ou L’Amour conjugal (1798) de Jean-Nicolas Bouilly
Escenografía, figurines e iluminación: Pier'Alli
Coreografía: Simona Chiesa
Asistente del director musical: Walter Althammer
Asistente y colaboradora del director de escena: Silvia Morandini
Asistente del director de escena: Leo Cataldi
Asistente y colaboradora del escenógrafo: Manuela Gasperoni
Colaboradora del figurinista: Elena Puliti
Asistente del iluminador: Antonio Castro
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intemezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)
Producción del Palau de les Arts "Reina Sofía"
La Junta de Amigos, a través de las donaciones de sus miembros, patrocina la producción de "Fidelio"
Figuración: Jesús González, Gabi Nicolás, Miguel Ángel Amor, Manuel Mencía, Ismael de la Hoz, Fernando Sáncehz, Andrés Bernal, Micuel Guevara, José Cameán, Javier Martínez, Joseba Gómez, Alvar Zarzo, Israel Trujillo, José Carpe, Daniel Jumillas, Carlos Rodas, Brais Portela, Jesús Gallo.
Intérpretes: Michael König (Florestan),  Adrianne Pieczonka (Leonore),  Franz-Josef Selig (Rocco),  Anett Fritsch (Marzelline), Ed Lyon (Jaquino),  Goran Jurić (Don Fernando),  Alan Held (Don Pizarro).
Dirección del coro: Andrés Máspero
Dirección musical: Hartmut Haenchen
Dirección de escena: Pier'Alli
Duración: I Parte: 1 hora y 10 minutos / Pausa: 25 minutos / II Parte: 1 hora y 10 minutos
Estreno en Madrid: Teatro Real, 27 - V - 2015

Más información
    Fidelio. L. van Beethoven. T. Real
    Fidelio. Beethoven. Entrevista

José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande

 

 

 

 

 



FOTO:
BOGUSŁAW TRZECIAK

Teatro Real
Director: Joan Matabosch
Plaza de oriente s/n
28013 – Madrid
Tf. 91 516 06 60
Metro: Ópera, líneas 2 y 5
Ramal Ópera-Príncipe Pío
Sol, líneas 1, 2 y 3
Autobuses: Líneas 3, 25 y 39
Parking: Plaza de Oriente
Cuesta y Plaza de Santo Domingo
Plaza mayor

www.teatro-real.com

 

 

 

 

Última actualización el Martes, 23 de Junio de 2015 16:53
 
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