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Hedda Glaber.Lliure:Crítica PDF Imprimir E-mail
Escrito por Jerónimo López Mozo   
Martes, 10 de Abril de 2012 08:19

HEDDA GLABER

LA IRRESPONSABILIDAD DE UNA NIÑA BIEN

 

 FOTO: TEATRE LLIURE

Huir de lo arqueológico para hacer atractiva al público de hoy la historia de Hedda Glaber. Es una de las razones que han determinado la puesta en escena que el director David Selvas ha realizado de la obra de Henrik Ibsen. De las diversas posibilidades que tenía para lograrlo, ha elegido la de trasladar la acción desde las postrimerías del siglo XIX a nuestros días. Un salto de ciento veinte años que ha supuesto convertir el salón decorado en tonos oscuros y con el suelo cubierto con espesas alfombras de la casa de los Tesman en un espacio luminoso y minimalista. Las paredes blancas sirven de pantalla para la proyección de imágenes y de rótulos similares a los créditos que aparecen al principio o final de las películas. El vestuario completa, en lo visual, el cambio de época, que también queda reflejado en la música y en mil pequeños detalles. Así, los folios del manuscrito del libro que está escribiendo Eijert Lovborg, han sido sustituidos por un documento guardado en un ordenador portátil y su destrucción no se produce en una estufa, sino en un microondas. También el texto ha sido sometido a revisión para actualizar el lenguaje y, de paso, aligerarlo. En ese proceso, la criada Berte, ha desaparecido del censo de personajes; otro, el juez Brack, ha pasado a ejercer de decano de una institución académica; y, en lo que cabe interpretar como otro guiño a la modernidad,  la tía Julia es lesbiana y de quien cuida no es de su hermana, sino de su pareja femenina.

 

El cambio de mayor calado que se da en ese viaje a través del tiempo, se produce en la protagonista. No reconocemos en esta Hedda Glaber a la que creó Ibsen. No se parecen en nada, por la sencilla razón de que no son la misma. Cada una es hija de su época. Las razones que determinan sus respectivas conductas son distintas. La Hedda primigenia es una mujer insatisfecha que no acepta de buen grado las ataduras sociales que la impiden realizarse como mujer. Para romperlas no recurre a la confrontación social, como hiciera Nora, sino que busca una vía de escape personal cuyo punto de partida es su profunda insatisfacción. No desembocará en una vida nueva, sino en la autodestrucción. En la suya y en la de cuantos la rodean. Su tránsito hasta el suicidio es tortuoso y complicado. Está plagado de zonas oscuras, no solo para el espectador, sino para la propia Hedda. Nada de lo que hace parece comprensible. Por eso, lo sencillo es calificarla de irresponsable, frívola, manipuladora, misteriosa, histérica o, como escribió alguien, una idiota del corazón. Es, sí se quiere, eso, pero también mucho más. Y ese más es lo que no aparece en el dramático juego que practica esta Hedda Glaber contemporánea. No solo porque Selvas haya convertido al que era un personaje frío e introvertido en un volcán en erupción, por utilizar sus propias palabras, sino, sobre todo, porque ha concebido una criatura cuyo comportamiento se corresponde, sin mayores complejidades, al de tantas niñas bien que se aburren y que no saben a qué aspiran, si es que aspiran a algo. Su intérprete, Laia Marull, lo resumió en la rueda de prensa que precedió al estreno en Barcelona, afirmando que Hedda Glaber está como una "puta cabra".

 

Aunque la versión de Marc Rosich sigue con bastante fidelidad el hilo argumental de la obra de Ibsen, esta Hedda  Glaber tiene, por lo que he dicho, identidad propia. Si la vemos como un producto original y como tal la juzgamos, estamos ante un excelente espectáculo. En el centro, dominando la escena, brilla, siempre al borde del exceso, pero sin caer en él, una desbordante Laia Marull.

 

Título: Hedda Gabler

Autor: Henrik ibsen

Traducción y versión: Marc Rosich
Escenografía: Max Glaenzel
Vestuario: Maria Armengol
Iluminación: Mingo Albir

Caracterización: Ignasi Ruiz

Espacio sonoro y visual: Mar Ofila

Sonido: Ramón Ciércoles

Ayudante de dirección: Sandra Monclús

Producción: Teatre Lliue en coproducción con el Teatro de la Abadía y el CAER Centre d'Arts Escèniques Reus.

Intérpretes: Pablo Derqui (Eljert Lǿvborg), Àngela Jové (Júlia Tesman), Cristina Genebat (Thea Elvsted), Laia Marull (Hedda Gableer), Òscar Rabadán (Brack), Ernest Villegas (Jörgen Tesman)

Dirección: David Selvas

Duración aproximada: 1 hora y 50 minutos

Estreno en Madrid: Teatro de la Abadía, 22 - III- 2012

 
 MANUSCRITO ORIGINAL de HEDDA GABLER
FOTO BASE: TEATRE LLIURE

 


JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
Copyright©lópezmozo


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Última actualización el Martes, 10 de Abril de 2012 08:52
 
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