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La herida del tiempo.1984. Crítica PDF Imprimir E-mail
Escrito por Santiago Martín Bermúdez   
Lunes, 23 de Enero de 2012 16:05

 
 RESEÑA 1984
NUM. 150, pp. 23 

LA HERIDA DEL TIEMPO

REPOSICIÓN EN EL PAÍS DONDE NO PASA EL TIEMPO

 

 

Escena de "La herida de tiempo", obra que en actual cartelera teatral española suena un poco anacrónica.

John Boynton Priestley vuelve a nuestros escenarios con una de sus dos obras más famosas - la otra seria Llama un inspector -, y no solo famosas, sino ya clásicos del siglo XX. Sin embargo, la reposición de La herida del tiempo (Time and the Conways, 1937), ha extrañado. Se trata de un clásicos del siglo XX, desde luego, pero se trata de un teatro  muy concreto, el de la "pièce bien faite", el "teatro burgués", incluso según algunos el "teatro viejo". ¿Por que la compañía Alcava ha puesto en escena otra vez La herida del tiempo?, se preguntaban algunos.

 

Priestley parece heredero de las estructuras dramáticas y del criticismo propios de un George Berrnard Shaw, pero sin pretender su ironía ni su sentido del humor. A cambio, hay en este autor una especie de "vena lírica" - no siempre conseguida -, que alcanza altas cotas de misterio y dramatismo acaso existencial en obras como Time and the Conways. La fascinación par las leyendas orientales sobre el tiempo -en este caso, el tiempo como ilusión, cuando en realidad todo es simultáneo- es una larga tradición occidental, des de el capitulo XIII de El conde Lucanor al relato Medianoche en Serampor, de Mircea Eliade, incluyendo desde luego a Borges, que volvía a contar" la antigua historia" del Lucanor al final de la Historia universal de la infamia. Cuando esta fascinación ha pretendido carta de naturaleza filosófica no ha tenido éxito, y las teorías expuestas por Priestley en El hombre y el tiempo (1964), o desarrolladas en obras como Esquina peligrosa, Estuve aquí antes o La herida del tiempo, no han sido incluídas en el santuario de lo destacable del pensamiento occidental. Como tampoco lo fueron las teorías de John W. Dunne, que fue quien parece que influyó decisivamente en Priestley por su obra An experiment with time (1927).

 

Sin embargo, esta fascinación le sirve a Priestley para realizar algo más que un juego teatral ingenioso - a Alfonso Sastre le sirvió para poco más en El cuervo, muy influido por Priestley. Los Connway aparecen como una familia burguesa que es centro de las miradas y la envidia de una localidad provinciana. Lujo, vanidad, orgullo, alegría, inconsciencia. Está terminando la primera guerra mundial y se las prometen muy felices. Al final del primer acto, una de las hijas, Kay, se asoma a la ventana y tiene una fugaz visión, que es el segundo acto, una visión del cruel futuro, de la decadencia y frustración de la familia Conway. EI tercer acto es continuación del primero, solo que la fugaz visión le hace intuir a Kay la verdadera naturaleza de esa alegría, esa vanidad, esa inconsciencia. Si me apuran ustedes, les diría que Priestley estaba hablando en 1937 de la pérdida de la posición central de Inglaterra en el mundo. Acaso se lo explicaba a sí mismo y a tantos como él. Era inmediatamente antes de la segunda guerra, en el momento de la guerra civil española. La obra permanece como un hermoso testimonio de una época -tiempo-, como uno de los grandes clásicos de cierto tardonaturalismo que se libera de su estructura más por la temática - el misterio del tiempo - que por el tratamiento de la misma.

 

De Alcava hemos hablado aquí a en alguna ocasión. Es una compañía solvente en un país donde no hay que pedir peras al olmo. Actores de cierta dignidad, que acaso deberían plantearse un tratamiento más arduo de construcción de cada personaje y, además, de la relación entre todos. Destacaría a Ana María Barbany, que tiene el el acierto de darnos un personaje cuya amargura va solo por dentro

(he visto hacer este papel a menudo cargando las tintas, exagerando la frustración de solterona, socialista decepcionada, mocica "malgré elle" y otras apoyaturas

por el estilo). Hay una cierta corrección en la dirección de actores de Jose Maria Morera, al que se le dan mejor las escenas de conjuntos que los diálogos, donde siempre falta tensión, relación, profundidad. Interesante la música a cargo de Parera Fons, relamida y sugerente en los actos "alegres", cargada de disonancias en el segundo, donde sólo abre y cierra la acción.

 

Evidentemente, los fracasos económicos de esta compañía la han llevado a un éxito seguro como este. Quizá sería un lujo explicable en una cartelera más rica que la nuestra, pero donde faltan tantos estrenos, donde ha avanzado tan poquito el teatro, esta obra de Priestley suena un poco anacrónica. Desde luego, no voy a culpar a Alcava. Después de todo, el público acude a esta experiencia segurita y no a otras. Y después de todo, los cómicos nos podrían decir que no hay tal anacronía, que el teatro que nos corresponde es éste. Que a fines de los sesenta creímos haber superado el naturalismo en nuestro medio cultural, pero que lo que vino después demostró que no era cierto. Y que no se pueden saltar eta paso. Claro que todo esto no es más que lo que acaso podrían decirnos. Porque, ¿acaso hemos llegado al naturalismo?

Título: La herida del tiempo (Time and the Con ways, 1937).

Autor: John B. Priestley.

Versión: Luis Escobar.

Dirección: José María Morera.

Intérpretes: Inma de Santy (Carol), María Jesús Sirvent (Diana), Joaquín Kremel (Alan), Ana María Barnany (Marta), María José Goyanes (Kay), Carmen Bernardos (Sra. Conway), Mercedes Lezcano (Joan), Ramón Pons (Gerald), Fernando Valverde (Ernesto), Juan Meseguer (Robin).

Escenario y escenografía: Anntonio L. Barajas.

Música: A. Parera Fons.

Producción: Manuel Mora (Compañía Alcava) con la colaboración de la D. G. de Música y Teatro del Ministerio de Cultura.

Estreno en Madrid: Teatro Bellas Artes, 7 - 3 -84.

 

 


SANTIAGO M.BERMÚDEZ
Copyright©santiagombermudez

 


Teatro Bellas Artes

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Tel.:91 532 44 37/38.

Metro: Banco de España.

Parking: Las Cortes y Sevilla 

                                            

 

Última actualización el Lunes, 23 de Enero de 2012 17:02
 
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