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Teatro Cervantes de Buenos Aires. PDF Imprimir E-mail
Escrito por Raimundo Bellas   
Viernes, 29 de Octubre de 2010 10:41

TEATRO CERVANTES DE BUENOS AIRES
HOMENAJE A LA ARQUITECTURA ESPAÑOLA

 
FERNANDO DÍAZ DE MENDOZA, MARÍA GUERRERO

En 1897 llegaba a Buenos Aires la compañía Guerrero- Díaz de Mendoza: ella María Guerrero, él Fernando Díaz de Mendoza, su esposo. Ambos dirigían el Teatro de la Princesa en Madrid, el cual hoy es el Teatro María Guerrero. Los montajes que ofrecieron en Buenos Aires impresionaron por su dignidad escénica e interpretativa. Fueron años de ida y venida, recalando en el argentino Teatro Odón. La prensa del momento no escatimaba en elogios: 

"Las temporadas del Odeón constituyen uno de los acontecimientos salientes -y más cariñosamente esperados- de la vida invernal de la metrópoli... No sólo en el teatro, sino también en los salones y en las tertulias selectas de nuestro mundo social, se acogen y celebran íntimamente los rasgos ya familiares de la gentil artista: su conversación espiritual, su gracia tan castellana, su porte distinguido, en suma, su cultura de elevado gusto".

 
 ALFONSO XIII

Una noticia impactó en 1918: el matrimonio Guerrero-Díaz de Mendoza anunciaban la construcción de un teatro en la esquina de la calle Libertad y Córdoba. Los recursos que el matrimonio aportó no eran grandiosos, pero Alfonso XIII, rey de España, se entusiasmó con el proyecto y ordenó que los buques de carga españoles que atracasen en Buenos Aires deberían transportar las piezas artísticas necesarias para ese nuevo teatro llamado Cervantes. A estas ayudas se sumaron círculos porteños de carácter artístico y financiero.

La idea base era construir un Teatro cuya ornamentación reprodujesen la arquitectura y artesanía española. Los arquitectos Aranda y Repetto y la propia María Guerrero – que también supervisaría las obras - decidieron que la fachada del teatro reprodujera la de la Universidad de Alcalá de Henares. 

Así llegaron azulejos y damascos de Valencia; losetas rojas de Tarragona; Ronda aportaba las puertas de los palcos, réplica de una vieja sacristía; las butacas de patio, los espejos, los bancos, las rejas, los azulejos, los bargueños y los herrajes de Sevilla; Lucena llevaba la iluminación en candiles, faroles, lámparas; la pintura al fresco para el techo de Barcelona; el telón de boca con un bordado en seda y oro reproduciendo el escudo de Buenos Aires, los cortinajes y tapices de Madrid.

1921 – 1924: LA DAMA BOBA

MARÍA GUERRERO
PINTOR: SOROLLA

El 5 de septiembre de 1921, con  toda la flor y nata de Buenos Aires llenando el teatro, se levantaba el telón con La dama boba de Lope de Vega y, a pesar de las insistencias, María Guerrero no admitió que al teatro le pusieron su nombre. Prefirió el de Cervantes.

Tras cinco años en funcionamiento el mantenimiento se hizo imposible por una deuda grande y, en parte, por la impericia gestora de Fernando Díaz de Mendoza. En 1926, el teatro salía a subasta pública.

Desde 1897 el autor argentino Enrique García Velloso era amigo de los Guerrero-Mendoza, que en 1924 era vicedirector del Conservatorio nacional de Música y Declamación, creado por el presidente de la República Marcelo Torcuato de Alvear. En 1925 la Comisión Nacional de Bellas Artes buscaba un escenario como teatro oficial y que pudiera ser la palestra para los espectáculos de los alumnos. Velloso aprovechó esta coyuntura para lanzar un S.O.S a favor del Teatro Cervantes: “… pensando dolorosamente que el magnífico teatro pase a manos mercenarias, aconsejo al gobierno nacional su rápida adquisición y su entrega a la Comisión de Bellas Artes".  Alvear decide que el Banco de la Nación adquiera el teatro.

1933 – 1941: LOCOS DE VERANO

Por ley, en 1933, se crea el Teatro Nacional de la Comedia con sede en el Teatro Cervantes. Dos años después el presidente de la Comisión Nacional de Cultura encarga, con acierto, al actor y director Antonio Cunill Cabanellas que organice el Teatro Nacional de la Comedia. Dos objetivos, en la tradición del Teatro Cervantes, se propuso Cunill: una gran dignidad escénica y un perfeccionamiento interpretativo. Otro punto clave era la elección del repertorio, en el que colaboraron los autores nacionales. En esos años en la Comedia Nacional actuaron nombres de fama: Iris Marga, Eva Franco, Niní Gambier, Maruja Gil Quesada, Tina Helba, Nuri Montsé, Pilar Gómez, María Esther Podestá, Luisa Vehil, Gloria Ferrandiz, Miguel Faust Rocha, Francisco Petrone, Guillermo Bataglia, Santiago Arrieta, Homero Cárpena, Mario Danesi, Angel Magaña, Santiago Gómez Cou, Florindo Ferrario, Pablo Acchiardi.

El 24 de abril de 1936 el éxito acudía a Teatro Cervantes con el ya entonces clásico Locos de verano de Gregorio de Laferrére.

Durante los años sucesivos la actividad de Cunill prosiguió con la fundación del actual Instituto Nacional de Estudios de Teatro; la inauguración  de un Museo de Teatro en el ala derecha del hall de ingreso al Cervantes, y sentó las bases del Archivo Teatral y de la Biblioteca del Instituto.

1941 – 1955: LA COMISIÓN ASESORA

En 1941 Cunill Cabanellas renunció a la Comedia Nacional. Se había creado una Comisión Asesora del Teatro Cervantes que pretendía controlar la gestión. Los sucesivos directores del teatro Armando Discépolo, Elías Alippi y Enrique De Rosas mantuvieron el esplendor iniciado por Cunill y también con los siguientes hasta 1955, año en el que  el Poder ejecutivo suprimió por decreto la Comisión Nacional de Cultura que presidía Cátulo Castillo. Entre 1954 y 1955 no hubo temporada oficial.  

1956 – 1960: FACUNDO EN LA CIUDADELA  

 

EL 14  de agosto de 1956, el ministro de Educación y Justicia de la Nación Dr. Carlos Adrogué anunció la creación de la Comedia Argentina en el Teatro Cervantes con una pretensión: renovar la escena argentina. Orestes Caviglia era nombrado director del Teatro Nacional Cervantes, y sus principios los manifestó: " Al elenco estable, aseguró, se unirá un laboratorio taller, en el que aparte de dictarse cursos de gimnasia plástica y rítmica, improvisación, dicción, foniatría y recitación coral, se plasmará el estilo propio de la casa, el matiz diferencial del conjunto. Los integrantes verán así prolongado su trabajo escénico en ese centro vivo de enseñanza que les estará reservado. Se ha previsto, agregó, la participación de delegados de los actores, directores, escenotécnicos y asesores literarios en el Consejo que presidirá el trabajo. La Comedia Nacional Argentina será cauce de vocaciones, pero no instrumento de vanidades; por ello, se ha prescindido de las estrellas y se busca que el actor esté al servicio del teatro".

El 5 de octubre de 1956 se volvía a levantar el telón con Facundo en la ciudadela del poeta argentino Vicente Barbieri y con dirección del propio Orestes Caviglia. Su gestión se prolongó hasta 1960, en la que se llegó a concretar la formación de una compañía homogénea y la difusión de un calificado repertorio. Un acontecimiento iba a poner punto final a este período. Para la obra de Bernard Shaw Hombre y superhombre se pensó a Inda Ledesma como protagonista, cuya ideología no satisfacía al “stabishment”. Cesó Orestes Caviglia y todo el elenco.

Héctor Blas González, director de Cultura, dejó claro que era enemigo de la censura pero "defenderé como ciudadano y como funcionario a instituciones que hacen la esencia de nuestro país y a la cultura de Occidente", en clara alusión a la ideología de Inda Ledesma. Pocos días después, la Dirección de Cultura nombró a Narciso Ibáñez Menta como nuevo director y se creó asimismo un consejo directivo que tomó el compromiso de realizar una reestructuración general del Teatro Nacional Cervantes. 

1960 – 1961: EL BURLADOR DE SEVILLA 
Y  EL INCENDIO

La temporada de 1961 subía al escenario El burlador de Sevilla de Tirso de Molina. Ibáñez Menta anunció la organización de giras por el interior del país por cuenta de un segundo elenco estable. El 9 de junio sería la víspera de la tragedia del Teatro. La noche de ese 9 de junio la compañía Théatre Francaise encabezada por Madelaine Renaud y Jean Louis Barrault, acudía a Buenos Aires, dentro del proyecto de traer espectáculos calificados extranjeros. La mañana del 10 agosto un fuego devoró, parcialmente, las instalaciones del Cervantes. Se calificó de “catástrofe nacional”: una pérdida de unos cincuenta millones de pesos. El ministerio de Educación y Justicia aprobó entonces la reconstrucción y remodelación del teatro. 

Durante el tiempo en que se prolongó la reconstrucción del Teatro, la Comedia Argentina realizó sus representaciones en el teatro Municipal General San Martín, en la sala Regina de la Casa del Teatro, y en el teatro Argentino. Se reconstruía en estos términos: 

una superficie de más de diez mil metros cuadrados e incluyeron además, la construcción de un edificio sobre la avenida Córdoba en un solo block de 17 pisos (3 subsuelos, planta baja y 13 pisos altos) en el que quedaron incorporados el nuevo escenario de mayores dimensiones y altura que el original, fosos, parrillas, talleres, salas de ensayo, camarines, depósitos y oficinas para la administración. Por otra parte, fue totalmente reconstruido el telón de boca, en base a fotografías y restos recuperados de entre los escombros de la sala”.


LAS SALAS

 

 PLATEA
TEATRO CERVANTES
Siguiendo los nuevos caminos del arte escénico se constituyeron tres

tipos de Salas:

 

La Sala María Guerrero es la principal y sigue el "a la italiana", tiene capacidad para ochocientos sesenta espectadores distribuidos en los sillones fraileros de la platea - con capacidad para trescientas cuarenta y ocho personas - en los palcos bajos, balcón y altos, en la platea balcón, tertulia y paraíso.

 

La Sala Orestes Caviglia, llamada hasta 1996 Argentina, funcionó originalmente como confitería y bar. Luego fue ganada como otro ámbito para las representaciones teatrales de cámara y espectáculos de carácter intimista.

La Sala Luisa Vehíl, inspirada en el Salón María Luisa del Palacio de Oriente de Madrid, tiene capacidad para 120 espectadores sentados. Es también conocida como Salón Dorado por el efecto de todos sus elementos decorativos con acabado en dorado a la hoja. No tiene escenario ni platea, y permite su acondicionamiento de acuerdo con las necesidades del espectáculo, conferencia u otro tipo de acontecimiento que se desee celebrar.

 

1968 - 2010: LA APERTURA

TEATRO CERVANTES, 1999

El Teatro Cervantes se reabrió en 1968. A partir de ese momento y por casi un período de casi tres décadas, las temporadas tuvieron una producción teatral heterogénea, que tuvo que lidiar con los vaivenes políticos, incluyendo la época de la dictadura.

 

El 1° de enero de 1997, siendo por ese entonces director el dramaturgo Osvaldo Dragún, fue otorgada, por decreto, la autarquía al teatro. Comenzó a regir el 1° de enero de 1997. Fue este un logro o reivindicación largamente anhelado, por el que gente de la cultura había luchado mucho tiempo, especialmente en los últimos años a través de la Asociación Argentina de Actores. Sigue dependiendo de la Presidencia de la Nación, a través de la Secretaría de Cultura, pero goza de mayor independencia para administrar sus recursos y por supuesto, para definir los criterios artísticos a seguir.

 
  FOYER DEL TEATRO CERVANTES, 1997

El 14 de junio de 1998, ante la muerte del llorado Osvaldo Dragún  el Teatro quedó a cargo del subdirector Osvaldo Calatayud, quien continuó la gestión hasta diciembre de 1999. Raúl Brambilla, fue nombrado nuevo director y continuó en funciones hasta diciembre de 2001.

 

En febrero de 2002 subió Julio Baccaro, junto a Eva Halac como subdirectora.

 

Desde abril de 2006 y hasta mediados de 2007 el licenciado Alejandro Samek quedó a cargo de la dirección. Actualmente, el director teatral Rubens W. Correa, se encuentra desempeñando el cargo de director del Teatro Nacional Cervantes acompañado por Claudio Gallardou en la subdirección.

 


 Raimundo Bellas
Copyright©raimundobellas

 

Última actualización el Viernes, 29 de Octubre de 2010 14:19
 
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